La gigantesca colisión que dio origen a la Luna

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La Luna pudo haberse formado por la colisión entre la Tierra y un objeto muy similar en composición a nuestro planeta.

Y esto vendría a explicar por qué las rocas de la Tierra y la Luna son mucho más parecidas de lo que se podría esperar de esta “hipótesis de un impacto gigante”.

Esta es la conclusión de un estudio publicado esta semana en la revista Nature.

Y en combinación con otros dos estudios publicados el año pasado, que reportan sutiles diferencias entre las rocas de ambos cuerpos, el misterio de la creación de nuestro satélite parece haber quedado resuelto.

El modelo científico del primer estudio, llevado a cabo por investigadores de Israel y Francia, simula el caos del Sistema Solar temprano y cuantifica la variedad de colisiones que pudieron haber ocurrido.

Y es que se estima que, en los inicios, la Prototierra pudo haber sufrido una serie de colisiones brutales con otros potenciales planetas.

Hasta donde se sabe, la última fue contra un cuerpo planetario diez veces más liviano que la Tierra.

Y los escombros producidos por este choque se aglutinaron eventualmente para formar la Luna.

Sutilezas

El problema es que la mayoría de lo que se convirtió en la Luna debería haber sido parte del planeta impostor.

Y, basándonos en el conocimiento de lo que había flotando en ese momento, se consideraba que el impostor debía ser un tipo de planeta muy diferente.

“Si el objeto que hizo impacto tenía una composición muy diferente a la Tierra, la Luna debería tener una composición diferente”, le explicó a Nature Hagai Perets, uno de los autores del estudio.

“Pero son casi idénticos. Éste es uno de los mayores desafíos en esta bella hipótesis del impacto gigante”, añade el investigador del Instituto de Tecnología Technion-Israel.

Por esta razón, un estudio que mostró pequeñas diferencias entre las rocas terrestres y lunares llegó a los titulares de los medios en 2014.

Y lo que Perets y sus colegas descubrieron en sus nuevas simulaciones, es que el planeta que hizo impacto podría haber tenido una composición muy similar a la de la Ttierra: de ahí las sutilies diferencias entre las rocas.

“Lo que descubrimos es que muchos de estos planetas tienen composiciones similares a la de los planetas con los que colisionan”, señaló Perets.

Específicamente, los modelos mostraron una posibilidad de un 20% de que el impacto pudo haber ocurrido entre protoplanetas similares.

“Estas probabilidades apoyan nuestra teoría del origen de la Luna”, añadió el investigador.

Balance

¿Qué ocurrió tras la colisión?

Para explicar ciertos detalles de la composición de la Tierra, investigadores proponen que tanto la Luna como la Tierra incorporaron una gran cantidad de material adicional durante el siguiente período en el que fueron bombardeados por un gran número de meteoritos.

Y, al igual que con el impacto gigante, este proceso debió dejar evidencia que no fue detectada sino hasta ahora.

Incluso si la Tierra y la Luna se gestaron a partir de los mismos bloques, como parece indicar el estudio, este bombardeo tuvo que haber tenido un efecto mucho mayor en la Tierra (que tenía una gravedad y un tamaño mayor).

Y esto habría modificado el balance de los ingredientes, favoreciendo a la Tierra.

Las investigaciones sobre las rocas lunares -llevadas a cabo en Estados Unidos y Alemania- hallaron pruebas de este cambio en el balance, tras analizar las muestras de las misiones Apolo con nuevos niveles de precisión.

Ambos equipos investigaron específicamente los restos de tungsteno dentro de pequeños trozos de la Luna que tomaron prestados de la NASA. Y descubrieron diferencias menores, pero cruciales, con las rocas terrestres.

Problema resuelto

Tras evaluar los tres estudios, Matthias Willbold, de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, dijo estar sentirse “impresionado y entusiasmado”.

“Todos cuentan la misma historia, todo encaja en su sitio”, le dijo Willbold a la BBC.

“Es muy sorprendente. (Los estudios sobre las rocas lunares) mencionan que es bastante curioso el hecho de que la Tierra y la Luna tengan en los inicios la misma composición, antes del bombardeo”.

“Y esto encaja perfectamente con el estudio de los modelos. Si miras los modelos, el objeto que hizo impacto y la Tierra son similares. ¡Por lo tanto hemos resuelto un problema!”, aseguró el científico.