A través del espejo y lo que Gilka Wara encontró allí.

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Through the looking-glass, and what Gilka Wara found there.

Recomendable e intensa.

Si alguna vez el genial Lewis Caroll se imaginó a Alicia descendiendo entre las madrigueras para encontrarse con un mundo mágico y de encanto, valga la comparación con la obra prima Alicia en el País de las Maravillas. En el fantástico e increíble mundo de Gilka Wara su reciente y más última producción artística, una colección irresistible de 31 bellos y mágicos cuadros, nos invita a viajar con ella por los aires como suspendidos en la grandeza del ser que a medida que sube se encuentra con colores brillantes que desbordan una incesante búsqueda a lo desconocido. “Hay una simbiosis en la obra entre la naturaleza y el cosmos”, dice Gilka. Lo que no advertimos pero que está ahí. La desbordante fascinación por la naturaleza, el mundo animal que alcanza una nueva configuración de encanto en las obras de la artista y todos los seres que rodean y se anidan, están presentes. No hay detalle que la artista no haya incorporado en su pintura.

Gilka tuvo que desprenderse espiritualmente para presentarnos este rito de colores; para que nos acerquemos a lo que rodea nuestras vidas. De lo que se habla en conferencias y reuniones de líderes y jefes de Estado, a lo que los expertos señalan como intangible sin ninguna otra explicación. Lo complejo del ser encuentra en sus cuadros una explicación de la intensidad que tuvo que transcurrir en los tres años de trabajo semi-clandestino que realizó para incorporar en estas piezas de dimensiones enormes la respuesta a lo que nos inquieta, pero que al mismo tiempo parece tan lejano e incomprensible de explicar.

Se trata sin duda de una lejanía palpable. Como la misma Gilka explica con una sencillez que a veces nos hace volver a ser niños. La pintura naif a la que nos había acostumbrado ha sufrido un cambio mágico, una faceta de la artista desconocida y una puesta  magistral que nos invita a reflexionar. Se dice a menudo que la inspiración del artista es la genialidad que nos presenta, en este caso además un acercamiento a la tercera dimensión, el viaje astral que todo sueñan realizar algún día para entender de más cerca casi milimétricamente nuestra comprensión con la naturaleza, nuestra fascinación particular por la vida.

La artista explica que la experiencia de más de 1.000 días incorporó fotografía y un periodo de conocimiento intelectual que reveló la conjunción sin la que no hubiera sido posible que la obra alcance el nivel que adquiere en sus formas, delicadas y suaves, pero que deja asimilar experiencias fuertes y graves en la reflexión que incorpora el mensaje. La pintura de Gilka está llena de alusiones a los amigos que buscan cambio, la educación y hasta temas políticos muy actuales. El País de las Maravillas de Gilka es creado básicamente a través del desprendimiento de su ser para alcanzar una respuesta de una forma tan especial que la obra puede ser vista en los más variados ambientes, desde niños o matemáticos hasta psiconautas.

En esta obra que la autora ha titulado Viaje Astral aparecen algunos de los personajes más actuales, cercanos, familiares pero tan lejanos a la vez, el Conejo Blanco, la Oruga, el Caimán, las Rosas que acompañan la elevación sin remordimientos cobran importancia suficiente para ser reconocidos en el increíble mundo de Gilka.

Esta magistral obra se la podrá ver en la Galería de la Fundación Simón I. Patiño (Ecuador esq. Belisario Salinas hasta el 28 de Julio)