B.B. King, el rey del blues idolatrado por las estrellas de rock

Por Metro con dat0s
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Foto: Henning Kaiser -dpa

Nacido en Misisipi el 16 de septiembre de 1925, el legendario B. B. King está considerado uno de los cantantes de blues más influyentes de la historia. Su legado musical es enorme. Galardonado en infinidad de ocasiones, incluidos quince premios Grammy. En 1987 entró a formar parte del Salón de la Fama del Rock and Roll junto con otros grandes de la música.

Los tiempos eran difíciles para los negros de Misisipi, sur de Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX. El Klu Klux Klan campea por los estados sureños. Nada raro encontrar el cadáver de un negro colgado de las ramas resistentes de un árbol, producto de un linchamiento. La Gran Depresión asola el país y castiga a la comunidad negra empobrecida por una situación de sometimiento. Tras sufrir toda clase de privaciones, los trabajadores se dejaban la vida en unos campos de algodón que en muchos casos acababan convertidos en sus tumbas. Fueron esas plantaciones las que Esas vastas plantaciones serían testigo del nacimiento de un niño llamado Riley Ben King, la futura leyenda del blues conocido mundialmente como B. B. King.

Las plantaciones de algodón

Riley Ben King nació en la localidad de Itta Bena, pequeña cabaña de una plantación de algodón. Sus padres se separaron cuando apenas tenía cuatro años, esto obligó a que el niño pase largas temporadas en casa de su abuela Eleanor, lo que no evitó que con apenas 7 años pasara extenuantes jornadas de trabajo en la plantación. El joven Riley conducía un arado doce horas al día durante seis días a la semana, y fue durante ese duro trabajo donde quedó enamorado de las melodías que entonaban los trabajadores del campo. Siempre había alguien que iniciaba una canción y otra persona, desde el otro extremo del campo, respondía con otra melodía. Así nació una forma muy particular de blues, el llamado “call and response” (llamada y respuesta).

Los oídos de Riley se familiarizaron con este tipo de melodías y ritmo cadencioso, sobre todo cuando su abuela lo llevaba los fines de semana a casa de su tía Mima y esta le dejaba escuchar sus viejos discos de blues de músicos como Blind Lemon Jefferson y Lonnie Johnson.

El joven Riley conducía un arado doce horas al día durante seis días a la semana, y fue durante su trabajo en los campos de algodón donde quedó prendado de las melodías que cantaban los trabajadores bajo aquel sol de justicia.

Riley empezó en el mundo de la música de la mano de Archie Fair, el ministro de su iglesia, quien a mitad de cada celebración religiosa dejaba que el muchacho difundiera la palabra de Dios acompañado de su guitarra. Su madre murió cuando tenía nueve años, y con un padre ausente, Riley se fue a vivir definitivamente con su abuela. Fue en ese tiempo cuando con la ayuda de un préstamo del capataz de la plantación pudo comprarse su primera guitarra eléctrica. Poco después, el joven Riley tocaba por las calles cuando era su día libre. Pero pronto volvería a golpearle la desgracia: su abuela falleció y tuvo que dejar la cabaña donde vivía con ella y mudarse por corto tiempo con su padre, a quien apenas conocía.

Un accidente con suerte

Una noche mientras conducía un tractor, tuvo un aparatoso accidente. Pensó que era su oportunidad para cambiar de vida y se fue a Memphis con dos dólares en el bolsillo. Allí, bajo la tutela de su primo, famoso cantante de blues Bukka White, Riley aprendió sobre el negocio de la música. Su primera gran oportunidad le vendría de la mano de Sonny Boy Williamson en la emisora Kwem de West Memphis. Aquella presentación fue la oportunidad de poder actuar de manera regular, hasta incluso de hacer una aparición en un anuncio de diez minutos para la emisora Wdia. La fama de Riley empezó a crecer, y muy pronto necesitó un nombre que resultara pegadizo: primero se hizo llamar Beale Street Blues Boy, nombre que se convirtió en Blues Boy King y finalmente en B. B. King.

Bajo la tutela de su primo, el famoso cantante de blues Bukka White, Riley aprendió todo lo que necesitaba saber sobre el negocio de la música. Su primera gran oportunidad le vendría de la mano de Sonny Boy Williamson en la emisora KWEM de West Memphis.

 El primer gran éxito de B. B. King llegaría en 1952 con un arreglo del tema Three O’Clock Blues del guitarrista de blues Lowell Fulson. La canción encabezó las listas de éxitos durante nada menos que 15 semanas. Tras aquel boom, llegarían otros éxitos como Please Love Me, You Upset Me Baby, Ten Long Years y Sweet Sixteen. A mediados de la década, King actuaba en un local de Arkansas cuando estalló una violenta pelea entre dos hombres que derivó en un incendio King como todos salió a las carreras para salvar su vida, pero una vez afuera se dio cuenta que había dejado su guitarra, así que volvió para rescatar a su Gibson 335, a la que desde ese día apodó Lucille como homenaje a la mujer por la cual aquellos dos hombres habían empezado a pelear.

 El blues

B. B. King nunca tocó acordes y tampoco era bueno con el slide (un cilindro de acero que se desliza a lo largo del mástil), debido a que tenía los dedos demasiado gruesos y no los podía introducir en su interior, pero supo imitar el sonido slide mediante el bending, una técnica que consiste en tocar una cuerda de la guitarra y, cuando la nota empiece a sonar, mantenerla estirada hacia arriba o hacia abajo para obtener una nota aún más aguda. Muy influenciado por el estilo de artistas de blues como Lonnie Johnson, Blind Lemon Jefferson y T-Bone Walker, el estilo de King ha sido imitado por generaciones de músicos. B. B. King recordaría en una entrevista que cuando escuchó a T-Bone Walker tocando Stormy Monday, “ese fue el sonido más bonito que creo que he escuchado en mi vida. Eso fue lo que me hizo empezar a tocar blues”.

 

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“Escuché una guitarra eléctrica que no tocaba lo espiritual, era T-Bone Walker haciendo Stormy Monday y ese fue el sonido más bonito que creo que he escuchado en mi vida. Eso fue lo que me hizo empezar a tocar blues”, diría B.B. King en una entrevista.

La extensa discografía de este bluesman ha dejado para la posteridad infinidad de éxitos que ya forman parte de la historia de la música. Uno de sus temas más legendarios es The Thrill is Gone, de 1969, y a pesar de que la versión original es del músico tejano Roy Hawkins, B. B. King lo convertiría en una joya musical. Durante los años siguientes, King siguió sumando éxitos y dando conciertos sin parar; realizando colaboraciones con otros artistas. El reconocimiento recibido por su aportación a la música empezaba a llegarle de todos los rincones del planeta. Pero su enfermedad (King era diabético) lo obligaría a reducir la intensidad de sus giras mundiales, aunque sus conciertos nunca duraban menos de dos horas. En el año 1970, King tocó en la cárcel de Chicago y grabó un disco en vivo (al igual que Johnny Cash hizo en su día). En la actualidad, Live in Cook County Jail está considerado como uno de los mejores discos que se hayan grabado en directo.

Galardones sin fin

A lo largo de su carrera musical, King recibió quince premios Grammy, entre los que destacan el de 1970 por el tema The Thrill is Gone a la Mejor Grabación de Blues Tradicional; el de 1983 por Blues ‘N Jazz, y el de 1985 por My Guitar Sings The Blues. En 1989, King recibió dos nominaciones más: a la Mejor Grabación de Blues Contemporáneo King Of The Blues y a la Mejor Interpretación de Rock por When Love Comes To Town, canción que interpretó con la banda irlandesa U2.

En 1990 recibió un Grammy a la Mejor Grabación de Blues Tradicional por el álbum Live at San Quentin. Asimismo, en 1996, junto a Eric Clapton, Jimmie Vaughn, Robert Cray, Bonnie Raitt, Buddy Guy, Dr. John y Art Neville, King recibió el premio a la Mejor Interpretación Instrumental de Rock por el tema SRV Shuffle incluido en el álbum A Tribute to Stevie Ray Vaughan. En 1997 fue premiado con el Lifetime Achievement Award de la Blues Foundation además de otros premios honoríficos. Además, en 1987 entró a formar parte del Salón de la Fama del Rock and Roll.

En 1989, King recibió dos nominaciones: a la Mejor Grabación de Blues Contemporáneo King Of The Blues y a la Mejor Interpretación de Rock por When Love Comes To Town, canción que interpretó con la banda irlandesa U2.

Aunque B. B. King continuó durante muchos años en activo (incluso actuó ante el presidente Obama en 2012), ocho de las últimas actuaciones de la gira que emprendió en el año 2014 fueron canceladas por problemas de salud derivados de su diabetes y su hipertensión. El rey del blues murió el 14 de mayo de 2015, a los 89 años, mientras dormía debido a una serie de accidentes cerebrovasculares (a pesar de que la autopsia practicada al músico no reveló nada anormal, algunas de sus hijas [King tuvo quince hijos fruto de diversas relaciones] llegaron a decir que su padre había sido envenenado por dos de sus colaboradores para provocarle un shock diabético). Tras su muerte, el cortejo fúnebre de King recorrió lentamente las calles de Memphis bajando por Beale Street siendo acompañado durante todo el trayecto por una banda de música que tocaba la célebre When the Saints Go Marching In.

La gente salía a las calles para contemplar la procesión y dar su último adiós a una de las más grandes leyendas del blues. Tras recorrer la Ruta 61 (que abarca 2.300 kilómetros desde Nueva Orleans a Wyoming, siguiendo el curso del río Misisipi), el féretro con los restos de B. B. King llegó a su localidad natal, Indianola, donde reposa para siempre en el Museo B.B. King.

 

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