García Lorca, muerte no resuelta

Por Redacción dat0s con Agencias
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Federico García Lorca

El 18 de agosto de 1936, Federico García Lorca murió fusilado durante la Guerra Civil de España. Recordar al poeta español es recordar una generación inmortal, conocida como la del 89 uno de los grupos más influyentes en la literatura española.

Una constelación de escritores y poetas nacidos al finalizar el siglo XIX y fallecidos en pleno siglo XX forma parte de lo que se denominó la Edad de Plata de las letras españolas; un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social en España provocada por el golpe de Estado de Francisco Franco que dio lugar a un periodo de oscurantismo de la cultura española.

La apuesta por el arte, fue el denominador común de este grupo de artistas. Federico dramaturgo inquieto, poeta, escritor y artista, amigo de Salvador Dalí, otro de los grandes, aunque no mencionada entre ellos. Con el pintor avistaron otras inquietudes, cada uno a su estilo contra el relato impuesto de una sociedad ensimismada e inquieta, que cayó bajo las sombras de la dictadura, silenciando la incómoda mirada de su devenir histórico.

En 1919 Lorca viajó a Madrid y se instaló en la Residencia de estudiantes donde se quedó hasta 1928, este lugar tuvo mucha influencia en su formación intelectual ya que allí conoció personajes como: John Maynard Keynes y Albert Einstein. Entre los años 1919 – 1926 tuvo conexión con muchos escritores e intelectuales, importantes de España, entre ellos Salvador Dalí, Luis Buñuel, Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, en este ambiente lleno de cultura salió con su arrolladora personalidad y sus intereses polifacéticos a dedicarse con pasión no solo a la poesía sino también a la música y al dibujo interesándose también por el teatro.

García Lorca y Dalí habían ingresado en 1922 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y vivían en la Residencia. Fue allí donde trabaron amistad. Durante cinco años, los mundos artísticos de Dalí y de Federico se compenetraron hasta tal punto de que se habla, con razón, de un período daliniano en la obra del poeta, y de una época lorquiana en la del pintor. Fruto de esta amistad, que se convirtió en pasión amorosa, fue la “Oda de Salvador Dali”, que Federico publicó en abril de 1926 en la Revista de Occidente, poema “didáctico” -así lo llama- en que canta …un pensamiento / que nos une en las horas oscuras y doradas.

La genialidad del autor

Lorca decía que el descubrimiento de la imprenta fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad porque permitió después de un largo tránsito desde los escritos en piedra, las láminas de plomo, la escritura de los antiguos egipcios en papiros y el pergamino; el conocimiento de la palabra escrita. Lorca defendió a capa y espada el florecimiento de la impresión. La importancia del papel para Lorca permitió- según decía- documentar las grandes civilizaciones y la cultura. “El libro es la mayor obra de la humanidad”, decía el poeta nacido en Fuente Vaqueros, España en 1898.

“En los libros se ha escrito la Revolución Francesa y el Capital de Marx”, señaló en cierta ocasión al inaugurar la biblioteca pública del pueblo donde el poeta nació. “Yo no guardo libros ni los acumulo, los regalo porque no hay más grande satisfacción del hombre de enseñar a la gente la luz de la cultura. El hambre se combate con un pedazo de pan o con frutas, pero estar privado de conocimiento por la falta de lectura es la peor hambruna que existe”, decía el poeta que rebuscaba entre sus preferidos para encontrar ejemplos de la privación de lectura de un buen libro.

Citaba continuamente a Dostoevski que privado de libertad en Siberia pedía a gritos libros para no morir. “El libro es el horizonte. No estoy contra la protesta de las personas que se juntan para pedir mejores condiciones, pero solo a través de la cultura podremos resolver todos los problemas”.

García Lorca como sucede con frecuencia con los genios que se adelantan a los tiempos defendía la impresión de los diarios. Para él nadie que sea amante de la cultura podrá prescindir de los diarios. “No podemos privar a la gente de su lectura que se imprime en dos o tres hojas; tienen la virtud de haberse convertido en un latido unánime del mundo”.

La misteriosa muerte

García Lorca fue fusilado la madrugada de un 18 de agosto de 1936 en Viznar, España, fue el corolario del final de una historia llena de rivalidades políticas en la ciudad en la que habitaba “la peor burguesía de España”, como dijo el poeta. Su fusilamiento nunca fue aclarado por las pugnas entre partidarios del golpismo que entronizó pocos meses antes al dictador Franco. El asesinato de Lorca ha estado rodeado de preguntas. Se cree que fue fusilado junto a Francisco Galadí, Joaquín Arcollas, y el maestro Dióscoro Galindo, pero sus cuerpos siguen aún en una de las 2 000 fosas sin abrir que hay en España.

Varias son las hipótesis sobre el paradero del escritor granadino, pero todavía no sé conoce a ciencia cierta su ubicación.  De acuerdo a los documentos que hay escritos se cree que Lorca fue trasladado al Gobierno Civil de Granada, donde quedó bajo la custodia del gobernador, el comandante José Valdés Guzmán. Entre los cargos contra el poeta -según una supuesta denuncia, hoy perdida – figuraban el ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual.

Fueron infructuosos los varios intentos de salvar al poeta por parte de los Rosales quienes lo ocultaron en su casa y, más tarde, por Manuel de Falla. Según Ian Gibson, hay indicios de que, antes de dar la orden de matar a Lorca, Valdés se puso en contacto con el general Queipo de Llano, jefe supremo de los sublevados de Andalucía.

 

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