La actriz Carla Ortiz habló con dat0s sobre su participación en la serie La Reina del Sur, una de las más taquilleras de Netflix que se encuentra en su tercera temporada. Hace poco el equipo de producción de la película estuvo en Bolivia donde se filmaron secuencias de la serie. Ortiz dice que es un orgullo participar en la película en la que el rol de la mujer asume protagonismo incluso a riesgo de su propia vida por denunciar el crimen organizado. “Es un orgullo haber sido invitada a participar en La Reina del Sur en su tercera temporada donde el papel de la mujer es develar hechos que casi siempre quedan impunes”.
También consultamos a la actriz boliviana sobre la producción del documental La voz de Siria que ha sido -según ella misma revela –una de sus grandes preocupaciones por los efectos devastadores de la guerra en el país. Carla Ortiz dice que le tocaron vivir momentos apremiantes mientras vivía en Siria. “Fui perseguida por las agencias de seguridad e inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos por denunciar la utilización de niños con el pretexto de intervenir el país”. Ha dicho que los cascos blancos auspiciados por las Naciones Unidas reciben a los niños en sus brazos con el pretexto de salvarles la vida cuando en realidad el objetivo es saquear sus riquezas naturales y desatar la destrucción.
Tan cerca como en Siria, recientemente, como se sabe, el Gobierno norteamericano decidió retirar sus tropas de Afganistán tras 20 años de intervención militar en lo que analistas internacionales consideran el gran fracaso de la política de EEUU en la región. Como se sabe en 2001, el entonces presidente George W. Bush decidió atacar Afganistán luego de la explosión de Torres Gemelas en Manhattan y la sede del Pentágono en Washington, atribuidas al fundamentalismo religioso, asociado al terrorismo internacional.
Ortiz afirma que las potencias mundiales los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia –citó textual- son responsables por la devastación de esos países que promueven la destrucción mientras saquean sus riquezas y sus recursos naturales. “En Siria como en Afganistán, como fue la Primavera Árabe, el plan funciona facilitando el saqueo de sus riquezas. Es un problema de fondo no apenas del sistema, sino por la propia sobrevivencia del imperio”, denunció.
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