Las pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll) | Decimoséptima entrega

Una noche de terror en Belgrado. Las aspirinas molidas pasan milagrosamente como cocaína.
Amaneció con trozos de vidrios trizados sobre la alfombra de la sala en la casa de los Williams. Los recuerdos en la cabeza de Maldox son vagos, casi inconscientes. Mientras ejercita estiramientos con sus manos tratando de volver a la realidad, a medida que sus ojos recorren la sala, se va encontrado con más destrozos. Hay objetos a su alrededor astillados: un par de adornos de porcelana, botellas de Johnny Walker vacías y vasos sobre las tres mesas centrales de la sala, aquellas que tanto le gustan al señor Williams; colillas de cigarrillos a medio fumar apagadas aparentemente con violencia.
El teléfono suena insistentemente una y otra vez. A Maldox se le ocurre que están llamando las anunciantes de ofertas del duty free diplomático, como regularmente para anunciar ofertas de sus almacenes. Vienen a la cabeza de Maldox las reclamas de la revista Life con los últimos lanzamientos de artefactos eléctricos General Electric, bebidas, cigarrillos, perfumes, joyas. Sacude la cabeza tratando de evitar una repentina punzada en la parte superior frontal, como suele ocurrir cuando algo no está bien. Aunque detesta esa vocecita grabada que habla en inglés, recuerda que la última vez que interactuó con ella fue hace un par de días para solicitar media docena de botellas de whisky Johnny Walker.
Ya incorporado en uno de los sillones de la sala, desliza uno de los portavasos de madera con el diseño del lobo “Vučko”, la mascota oficial de las Olimpiadas de Invierno. Vienen a su memoria intermitentemente imágenes de las olimpiadas. Piensa que Sarajevo es como el termómetro de la temperatura del tiempo. Los alemanes orientales se llevaron la mayor cantidad del medallero olímpico y los espías infiltrados ya conspiraban la destrucción de la ex Yugoslavia.
Maldox y la señora Williams viven en Kumodraska. Una calle larga que comienza en la ´Plaza de las Banderas´ donde se encuentran los estadios de fútbol de los dos más grandes equipos de Belgrado: Crvena Svesda (Estrella Roja) y Partisan (que quiere decir guerrillero, o algo parecido). Los partisanos tienen un significado entrañable para los serbios. Fueron el principal movimiento de resistencia en la lucha contra las potencias del eje en los Balcanes durante la Segunda Guerra Mundial. Lucharon para evitar que los nazis tomen Belgrado y sí que la lograron. La bandera blanco y negro del equipo flamea con el pentagrama de una estrella roja.
Ahí arranca Kumodraska, atraviesa a lo largo poco más de 5 kilómetros hasta terminar en el bosque de Šumadija donde la gente sale a ejercitar sus músculos para que no queden putrefactos antes de tiempo. Los deportistas del bosque cruzan miradas amigables mientras atraviesan por la alboreada. El pelo negro corto, la estatura media atlética de Maldox llama la atención, lejos de parecerse a la de los balcánicos, en su generalidad rubios de ojos claros y bastante corpulentos.
Maldox está reconstruyendo sin ningún sentido los pedazos de las tres lámparas que decoraban la sala de la residencia alquilada por la señora Williams al señor Ivan Luksic. El señor Luksic es un caballero afable y servicial jubilado de la compañía de tranvías de Belgrado donde presidió el sindicato de transporte, una poderosa organización sindical como muchas otras equiparadas con el propio Estado. El señor Luksic dice que los sindicatos tienen casi el mismo poder. “Como nuestros derechos están satisfechos no hay para que exigir aumentos de salarios, ni mejor educación para nuestros hijos, ni siquiera la salud es un problema, nuestros servicios atienden a todos desde el parto a la muerte”, dice incorporándose de orgullo, llevando atrás un mechón de su cabellera teñida de color negro azabache que ha caído sobre su frente.
El señor Luksic tiene en la entrada de su casa un cuadro del mariscal Broz Tito, un hombre lindo en la foto enmarcada; vestido con un uniforme blanco inmaculado, reconocido por su inteligencia y por ser la cabeza pensante del grupo de países no alineados, que se declaran independientes de la influencia de las potencias. Cuando el señor Luksic habla de los partisanos y de Tito sus ojos brillan de emoción, pero él es simpatizante del equipo Estrella Roja. El futbol es como el benefactor de todas las diferencias políticas.
La noche anterior a los destrozos, Maldox salió a un paseo por las discotecas de Belgrado, hasta que finalmente se detuvo en una quizá porque apenas ingresó al local estaba sonando una canción latina de moda y se lanzó directamente a la pista de baile. Apenas terminada la escena un empleado del local lo invitó a sumarse a un grupo que se encontraba en un reservado discretamente visible al fondo del salón. Eran tres hombres y cuatro mujeres. Uno de ellos lo invitó a sentarse al lado de la que se encontraba sola. Era tan hermosa como lo son las mujeres en Belgrado, así que Maldox aceptó la invitación para acompañar al grupo. Una luz verde tenue encandilaba los ojos de esta muchacha de no más 20 años dejando percibir las finas facciones de su rostro casi angelical. Alta, rubia, linda.
En medio de la euforia, Maldox los invitó a continuar la noche en la casa de Kumodraska. Ya en la residencia de los Williams, Jet como se hacía llamar el que lo había invitado a sentarse junto a aquella mujer linda, comenzó a pedir cocaína a gritos; desbordado inició la ronda de destrozos. Inició la destrucción con certeros cabezazos a las lámparas circulares de la sala que después de estrellarse contra su frente caían astilladas al alfombrado, luego siguió con los adornos de porcelana que venían incluidos en el mobiliario del señor Luksic. Cuando terminó de impactar la última lámpara, el mal tipo de Jet sacó un calibre 35mm y se acercó a Maldox conminándolo a facilitarles cocaína. El grupo se aglutinó al lado de Jet y la encantadora muchacha que estaba al lado de Maldox soltó su mano y se arrimó al furibundo delincuente. Maldox sintió una avalancha de vértigo correr por su cuerpo.
OK-, dijo Maldox. Con las manos en alto pidió unos minutos y señaló las escaleras que conducían al segundo piso. Jet ejecutó con la mano el ademan de autorización, mientras Maldox alcanzó las escaleras, se encerró en el baño, tomó un frasco de aspirinas, deslizó unas cuentas sobre el mesón de cerámica y las molió a golpes persistentes debajo de una toalla para evitar ruidos hasta convertirlas en polvo.
Al volver a la sala el grupo esperaba inquieto en la misma actitud agresiva. Jet había guardado la 35mm, pero al verlo volvió sobre sus pasos a cabecear la última lámpara que quedaba intacta. Maldox le entregó el sobre de aspirinas molidas manteniendo una serenidad asombrosa. Jet lo abrió, mojó uno de sus dedos con la lengua, lo rosó al contenido y volvió a repetir el mismo ejercicio llevándolo a la lengua. Se tomó unos segundos mientras ejecutaba movimientos con la boca mojando sus labios. A poco, como si mediara un milagro, el delincuente aprobó con la cabeza y dio la orden de abandonar el lugar.
Cada lunes una nueva entrega de la obra Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´Roll)
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Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Primera entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Segunda entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Tercera entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´Roll) | Cuarta entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Quinta entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Sexta entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Séptima entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Octava entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Novena entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Décima entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Onceava entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Duodécima entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Decimotercera entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Decimocuarta entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Decimoquinta entrega
Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Decimosexta entrega