Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll) | Décima entrega

Por Carlos Rodriguez San Martín
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maldox 10 revista life en español

La apertura brasileña después de 15 años de dictadura militar. La teoría de la Seguridad Nacional. Libros, música y experiencias trascendentales. La propaganda sigue en curso. El retorno de los grupos insurgentes. Homosexualismo, lencería y liberación femenina. El provocativo ritmo de la Música Popular Brasileña.

 

Brasil también había acabado de salir de la dictadura militar, aunque, mejor dicho, estaba en proceso de transición. El general Ernesto Geisel que asumió el Gobierno por la vía de un golpe en 1964, entregó a su vicepresidente Joao Batista Figuereido el mando de la nación en 1979. Hay testimonios que aseguran que la de Geisel fue una de las más temibles dictaduras de América Latina. En Brasil, se gestó la temible doctrina de la Seguridad Nacional que declaró enemigo número uno al comunismo. En el contexto de la Guerra Fría, la formación intelectual de sus militares tuvo una enorme influencia doctrinaria. “La guerra contra el comunismo es una guerra por la sobrevivencia, por lo tanto, es una guerra a muerte”, proclamaba la doctrina militar.

Cuando todos los países latinoamericanos fueron volviendo poco a poco a la normalidad democrática, Brasil tomó un rumbo menos condicionado a la norma en el sentido estrictamente cultural, ya sea por el tamaño del país o por el idioma. A los brasileños no les interesó pensar su modelo dentro de un concepto de integración genuinamente latinoamericano.

Muchos intelectuales que habían salido perseguidos por la dictadura estaban de vuelta con una producción intelectual internacional nada despreciable.

Fue un periodo de mucha intensidad creadora sobre todo en el ámbito de la cultura popular, que volvió a ocupar un espacio gravitante en la sociedad brasileña. Incluso sus círculos conservadores se retroalimentaron de esa creación en un ambiente intelectual en el que había mucho que decir y por hacer.

A Maldox le tocó respirar ese clima. En Brasil uno siempre está en el corazón del otro, es una sociedad que hace mucha química energética entre todas sus peculiaridades: fútbol, carnaval, la Música Popular Brasileña (MPB) que año tras año se convierte en una de las manifestaciones más importantes del América Latina; su producción televisiva de exportación, también generó una perfecta sincronía con la narrativa de la novela, la comedia, el drama. En Brasil, Maldox aprendió a palpar esa conexión que penetra el alma y a la vez es un sentimiento.

Fue como dar un salto a un lugar seguro. La actitud a la vida era distinta. Un grupo de gente linda interesada en saber más del otro, sus raíces y su cultura. Gracias a Dios por eso. Todos los días, Maldox esperaba el primer rayo de luz para ganar el baño de un departamento que compartía con dos estudiantes en una zona residencial de BH próxima a la facultad. Estudiar jornalismo en Brasil fue estímulo liberador.

En la FAFICH estaba recibiendo lecciones de un excelente nivel académico. Muchos docentes de la FAFICH habían pasado por universidades norteamericanas y el nuevo periodismo formateó nuevas técnicas de redacción habitualmente propias de la narrativa de la novela y el cuento. Por su diversidad cultural, Brasil no necesitaba copiar estructuras ajenas, pero también eso comenzó a cambiar con el retorno de sus intelectuales.

Decoró una de las paredes de su habitación con el póster de “Todos los hombres del Presidente”. La famosa película sobre los dos periodistas del Washington Post, del escándalo Watergate. Colgando: Bob Woodward y Carl Bernstein. “Pimp Daddy Is In” (el capo está) de un lado y “Pimp Daddy Is Out” (el capo no ésta) del otro.

En las aulas de la FAFICH las imperdibles clases del profesor Paulo Francis que durante años ejerció la corresponsalía de la Folha de Sao Paolo en Nueva York. Luego comentarista de los análisis más geniales para TV Globo. El timbre ronco de su impresionante voz simulaba el histrionismo de Alfred Hitchcock; provocativo y audaz.

Periodista erudito, tenía la habilidad de escribir con sarcasmo. Sus opiniones incluían venenosas críticas también a la izquierda de la que decía se “masturbaba ideológicamente para elevar a los pobres a una posición de falso prestigio”. Eso no cambió y sigue siendo así hasta ahora. Esa capacidad de adelantarse a los acontecimientos es algo que impermeabiliza para hacer menos daño, para advertir que la historia avanza y se repite una y otra vez. Es la magistral grandeza de los periodistas como Francis. El periodismo es un arte de derechos en el que la estética debe hacer pausas moderadas con la intuición para adelantarse a los hechos. Y aunque la guerra de Vietnam ya había terminado para él, “la presencia norteamericana en cualquier parte del planeta era por si sola una amenaza”.

Por entonces, Francis publicó el libro Las hijas del Segundo Sexo, descripción peculiar sobre los preconceptos de la burguesía brasileña y el rol de la mujer. Clara, el personaje central de esa novela de ficción, era por decirlo de alguna manera la esencia de la lucha por la emancipación femenina, capaz de desarrollarse en el campo intelectual. Clara, había asistido en París a conferencias de Althusser, Foucault, Lacan, -por los que el profesor sentía una gran simpatía intelectual-. Llevaba una vida apretada económicamente, pero prefería las privaciones a convertirse en un objeto del deseo machista. “El mundo no es gobernado por la justicia o la moral; el crimen no es castigado ni la virtud recompensada. El crimen es olvidado tan rápido como la virtud. El mundo es gobernado por el poder”, decía Clara, en Las hijas del Segundo Sexo.

Como todo gran periodistas Paulo Francis tuvo que enfrentar en 1996 una acusación por injurias y difamación –cuando conducía el programa Manhattan Connection que la TV Globo producía en Nueva York- denunció que principales ejecutivos de Petrobras tenían anotados a nombre de terceros fortunas ilegítimas avaluadas en miles de millones de dólares en bancos suizos. Esa acusación le valió un proceso en la justicia norteamericana, alegando la estatal del petróleo que el programa era transmitido en los Estados Unidos para suscriptores brasileños. Los amigos de Francis quisieron librarlo de esa batalla judicial, pero fue imposible. Apelaron al presidente Fernando Henrique Cardoso que en vano intentó disuadir a los ejecutivos de la estatal brasileña que exigieron una indemnización de 110 millones de dólares. El caso tumbó a Francis. En 1999 el periodista murió abatido por un fulminante ataque al corazón.

Los movimientos armados en Brasil

Los latinoamericanos estaban muy compenetrados con los movimientos armados de Argentina y Uruguay, no así de los grupos brasileños que luchaban desde la guerrilla urbana desprendidos de organizaciones políticas de izquierda radical. En 1971 guerrilleros de una de estas facciones, el Comando Revolucionario Brasileño MR-8, secuestró al embajador suizo en Rio de Janeiro. A cambio de la cabeza del diplomático, el movimiento pidió que 50 insurgentes que se encontraban detenidos fueran deportados a Argelia. En el exilio los combatientes sufrieron transformaciones radicales en su manera de pensar. Fernando Gaviria, que fue parte del grupo, ya de retorno en Brasil escribió el libro O Crepúsculo do Macho, que se convirtió en un best seller. Es quien mejor sintetiza el cambio:

“Antes de dejar Cuba pregunté a los brasileños que querían de Argelia. Las mujeres me encomendaron lengerie y píldoras anticonceptivas. La derecha brasileña siempre afirmaba que las mujeres de izquierda tomaban anticonceptivos. La lista de pedidos que tenía en la mano confirmaba largamente aquella deducción. Cuando volví tenía la maleta llena de anticonceptivos. En la Habana tuve que pasar horas explicando que no era un contrabandista del mundo occidental ni de anticonceptivos peligrosos para la salud. Los cubanos son liberales sobre el asunto, pero la verdad es que no fabrican anticonceptivos ni les importa. Cuestión de prioridad que también es válido para el mundo socialista…”.

Los exguerrilleros del MR-8 retornaron a Brasil idealizando una izquierda con otra cara. Indagaba sobre el consumo de drogas leves, homosexualidad, comida macrobiótica y ese tipo de cosas. Belo Horizonte se contagió de ese ambiente new wave. La vuelta a casa de los guerrilleros reconvertidos, resultó un acontecimiento equiparable al hecho de que los militares volvían también a sus cuarteles. No podías decir que te lo encontrarías un Keith Richard o a Fidel Castro en un buteco de Belo Horizonte, pero era factible ver a Milton Nacimiento, Rita Lee o a Chico Buarque, gestores trascendentales de ese ciclo.

El periodismo incorporó nuevos conceptos en el devenir del cambio que se estaba produciendo. La época daba para hacer reconstrucciones filosóficas sobre muchos aspectos de la vida y las transgresiones incorporadas en el existencialismo de Sartre. Fue un periodo también intenso para el mundo femenino. Eminentes mujeres entrevistadas por la revista Elle que se editaba en Brasil, coincidían que todo lo que habían alcanzado se lo debían a Simone de Beauvoir. Era como volver atrás mirando adelante.

Esta intelectualidad agregó colorido a una sociedad ya de por si explosiva y natural. ´Brasil es desbordante´, decía Maldox. Joao Gilberto, Vinicius de Moraes, Caetano Veloso, Gilberto Gil, María Bethania, Gal Costa; el teatro de Nelson Rodrigues, el cine de Glauber Rocha, volvieron a ocupar un lugar en la apertura democrática.

 

Acceda a las anteriores entregas en los siguientes enlaces:

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Primera entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Segunda entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Tercera entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´Roll) | Cuarta entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Quinta entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Sexta entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Séptima entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Octava entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Novena entrega

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Nan June Paik (artista e investigador)
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