Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll) | Duodécima entrega

Por Carlos Rodriguez San Martín
0
139
maldox capítulo 12 revista life en español

Maldox es transferido a una prisión preventiva de BH. Su caso a la justicia. La charla con el custodio que se empeña hablar español.

Maldox Williams y Mauricio Alexander fueron trasladados en compartimientos separados en la blitz policial y nunca más desde entonces se volvieron a ver. Maldox pasó tres noches detenido en una celda del subsuelo en la PM de BH. Al cuarto día fue transferido a Lagoinha, un peligroso centro de detención preventiva. Maldox había perdido la noción del tiempo y solo le venían a la mente las imágenes de sus padres, sin conciliar el sueño durante el tiempo que permaneció en ese ambiente hermético.

Con la mente que puede ir más allá del cuerpo físico, orbitaba tratando de aceptar la realidad; ausente y a la vez confundido como se encontraba, aferrado su pensamiento a lo que acababa de perder: su libertad. Escuchaba una voz en su fuero interno ensanchada por el espacio de cemento de aquel lugar de frio aspecto. De sus investigaciones para las clases de Clovis Rossi, había sacado la conclusión de que el cuerpo de cualquier delito está rodeado de premuras insatisfechas, de preguntas sin respuestas, excesos que podrían bien conducir de un desliz menor a otro mayor. De un robo a un desenlace violento.

Guardaba en su inconsciente esa idea fija que le devolvía esperanzas de que al final se imponía en su caso el delito menor. El único antecedente era una combinación de subestimación y prejuicios por la tenencia de un porte menor de maconha. Había en todo esto un contraste del escalpelo humano, trizado ante la miseria del alma. Hipérboles de quienes caen en situaciones extremas.

Maldox estudiaba casos del drama humano en sus prácticas guiadas para la materia del profesor Rossi, que en su generalidad pierden la apremiante sensación del dominio de las cosas. La complexidad de una supremacía táctil. Involuntariamente, la pérdida del contacto con la realidad física de lo que quieres. Las reclamas luminosas de Coca Cola se encendían y apagaban en sus pesadillas.

Finalmente, el cuarto día fue convocado a las oficinas del director de la PM. Vestido a la paisana con un bleizer caqui, le hizo un par de recomendaciones de mala manera y advertencias de la peligrosidad del lugar al que sería trasladado, preventivamente, hasta que su proceso se definiera en la justicia.

Maldox sintió una desolación muda al ser despojado de sus pertenecías al llegar a la prisión. Se preguntaba si la levedad del delito que dio lugar a su detención podría escalar a niveles más serios. Dependía de la justicia. Esa frase acrecentaba sus temores. ¡La justicia!

No bastaba la cantidad de evidencias de que estaba detenido por la imposición de un par de policías que se deleitaban con su sufrimiento y probablemente con su nacionalidad. Los cargos por los que se lo imputaría bajo condiciones y procedimientos abusivos. Maldox estaba en un punto ciego, sindicado por la densidad amplificada de un esquema de corte represivo.

Antes de abordar definitivamente el área de reclusión, fue conducido a una oficina en la que descansaba un policía de rango con los pies apoyados sobre un escritorio de metal oxidado. La máquina de escribir comenzó a teclear. Volvió el recuerdo intenso, sus padres, el señor Williams; su madre, apoyada en el robusto mueble de roble que consumía en sus oraciones; las páginas con olor a tinta de Life. La publicidad colorida de la revista terminó por ensombrecer la claridad de sus pensamientos. Un ventilador giratorio colgado del techo de la oficina del delegado, emitía un chasquido desagradable de aire denso.

Sento muita tristeza por usted parece uma persona legal, más está metido num problema. – Comenzó el delegado, esforzándose en pronunciar un español mal hablado, como lo hacían quienes querían hacerlo sentir agradable o inservible. Luego lo invitó a sentarse y atinó a descolgar sus piernas del escritorio; sus botas de loma y cuero que parecían apestar a humedad.

Gracias – replicó inmediatamente Maldox pensando que al hacerlo en español estaba buscando la esperanza disuasiva de una liberación.

No entiendo –continuó – por qué… – trató de explicar, pero fue interrumpido. No amigo – inquirió el delegado que intentaba articular nuevas palabras en español. Todo a partir de agora tem um tempo; um tempo que debe esperar, que no funciona muito bacana. Hay quienes ya saben de tu caso-. Dio una vuelta alrededor de Maldox, tomó en sus manos un papel y volvió a repetir la vieja historia. Nombre, apellido, el riguroso procedimiento policial.

Williams – corrigió Maldox, deletreando las letras de su apellido.

¿Qué viene después de esto? – preguntó siempre en español para ganar la confianza del delegado que parecía obedecer al controlador. Sin levantar la vista de las hojas de papel que tenía en frente, agregó:

Pasará aquí ate que o juez conozca tu caso. – Hizo una breve pausa… Posesión de maconha… Hummmm. Podría tomar dez anos. – sentenció.

¡Diez años! – Maldox, estuvo a punto de soltar un grito seco.

A imputacao tráfico de drogas, e grave – repitió el policía. Aquí en Brasil é um delito muyyy grave, estiró sus palabras dando a entender que utilizaba un español correcto.

Boliviano – afirmó el policía.

So é maconha – argumento Maldox. Nada mais; herba, maconha, marihuana, é a mesma coisa – explicó.

Nos aquí no entendemos de esas coisas, quem entende melhor é a ley. Uma droga e uma droga, aquí en Brasil son prohibidas. Ilegales – insistió.

Ambos quedaron en silencio. Maldox aprovechó esa fracción de segundos y por primera vez se propuso hacerse fuerte. Pero esa fracción de segundos fue nuevamente interrumpida por más pensamientos. Sus padres, nuevamente ganaron la mente. Recordó las cartas certificadas que llegaban cada mes con su remesa para sostener sus estudios. Sería un duro golpe para todos.

¿Tem familia na Bolivia? – preguntó el delegado como leyendo su pensamiento.

Maldox asintió con la cabeza.

Va a ser muyyy doloroso para eles – insistió el policía arrastrando la y sin dejar de intentar hablar en español.

Si – alcanzó a decir.

Vamos cuidar de usted aquí – le dijo el delegado después de repasar una vez más los papeles que tenía en mano. Llamó a uno de los guardias y volcando las espaldas a Maldox, ordenó: Acompanha-lo – se acercó le extendió la mano y le recomendó en voz baja mantener calma.

Muyyy calma para no ter problemas – fueron las últimas palabras del policía, las que aleatoriamente infundieron cierta esperanza. ´Vamos a cuidar de usted aquí´, las palabras le retumbaron, en medio de todo, eran las primeras que contenían algo de aliento.

Maldox y el custodio, caminaron por un corredor estrecho, hasta alcanzar la celda en la que fue introducido después de sortear un mecanismo electrónico.

Los investigadores de la policía que requisaron la habitación de Maldox en Santo Antonio no encontraron la cocaína que buscaban. Destrozaron todo en busca de indicios para sustentar la acusación. Arrancaron las solapas de los libros, desordenaron en los cajones del armario, la mesa, el piso, los cuadros que adornaban el recorte del póster enmarcado de Todos los hombres del Presidente.

 

Cada lunes una nueva entrega de la obra Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´Roll)

Acceda a las anteriores entregas en los siguientes enlaces:

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Primera entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Segunda entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Tercera entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´Roll) | Cuarta entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Quinta entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Sexta entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Séptima entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Octava entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Novena entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Décima entrega

Las Pistas de Maldox (Guerra Fría, Drogas y Rock n´ Roll)| Onceava entrega

"Estudio y practico la tecnología para odiarla mejor"

Nan June Paik (artista e investigador)
Si quieres apoyar nuestro periodismo aporta aquí
Qr dat0s