Su inconfundible voz, particular bigote y pantalones ajustados perduran en la memoria colectiva. Y sin embargo, han pasado treinta años desde la muerte de Freddie Mercury, el vocalista de la banda británica Queen.
Freddie Mercury no siempre fue Freddie Mercury. Hijo de una familia parsi, procedente de la India, nació en 1946 en Zanzíbar, una pequeña isla frente a la costa Este africana. En ese entonces, la futura estrella se llamaba Farrokh Bulsara.
Criado con una educación estricta, a los siete años fue enviado al internado de San Pedro, en India, donde se reveló su talento musical. Tras la revolución de Zanzíbar en 1964, la familia Bulsara emigró a Feltham, en Reino Unido. Fue allí donde descubrió a Jimi Hendrix y los Beatles, que influyeron en su identidad musical.
Sus compañeros de colegio son los que le empezaron a llamar ‘Freddie’, un apodo que le iba a seguir toda su vida. En 1970, el ya talentoso vocalista se unió al grupo Smile. Nada más llegar, rebautizó la banda como Queen, que significa tanto reina como homosexual en el argot inglés. Y al lado del guitarrista Brian May, el baterista Roger Taylor y el guitarrista John Deacon, dio a luz al mito.
Gruñidos, mezclas de géneros musicales inéditas y derroche de talento
Con Queen es difícil no usar superlativos. Treinta años después del fallecimiento de su vocalista, la banda británica sigue acumulando récords. Sin embargo, sin menospreciar el talento de los otros miembros, que escribieron muchos de los clásicos de Queen, es su líder quien los llevó a la gloria.
Carismático, y con una voz sencillamente inimitable, Freddie Mercury desafió sin miedo muchos de los parámetros imperantes en el pop rock de esa época. Dispuesto a asumir riesgos musicales, no dudó en acentuar sus letras con gritos y gruñidos.
La fascinación que provocó y sigue provocando Queen es ante todo una cuestión de canciones que no se parecen a ninguna otra. Empezando por la famosa ‘Bohemian Rhapsody‘, una canción de la cual la compañía discográfica inicialmente no quería saber nada.
Y es que era a priori lo más alejado de una canción comercial. Con casi seis minutos de duración, un inicio a capella, y una mezcla de balada, ópera y hard-rock, el tema era inclasificable.
Solo grabar la canción les tomó más de tres semanas. Los miembros de Queen quisieron además acompañar su obra con una pequeña película, considerada como el primer videoclip de la historia.
Queen también produjo el funky ‘Another One Bites The Dust’, su single más vendido, y ‘Under Pressure’, un dúo con David Bowie. Pero no se puede hablar de Queen sin mencionar ‘Will Rock You’, una canción que el guitarrista Brian May ideó principalmente para interactuar con el público durante los conciertos. Lo que obviamente ocurrió en más de una ocasión.
Un ícono para la comunidad LGBTIQ+
El éxito musical también supuso una liberación personal para Freddie Mercury. Poco a poco, el vocalista, aunque nunca habló abiertamente de sus preferencias sexuales, adoptó una imagen abiertamente homosexual, con trajes de cuero negro, camisas de tirantes y cadenas.
Sin embargo, en 1987, los resultados de unas pruebas médicas mostraron que Freddie Mercury estaba infectado por el VIH, el virus del sida. En aquella época se sabía de esa enfermedad poco más que su alta mortalidad y las víctimas de ese virus seguían siendo estigmatizadas; por lo que el cantante decidió seguir trabajando.
Solo reveló su enfermedad un día antes de su muerte, el 23 de noviembre de 1991, en un comunicado: “Tras las numerosas especulaciones aparecidas en la prensa durante las dos últimas semanas, deseo confirmar que he dado positivo en la prueba del VIH y que tengo sida. Ha llegado el momento de que mis amigos y fans de todo el mundo sepan la verdad y espero que todos se unan a mis médicos y a sus colegas en su lucha contra esta terrible enfermedad”.
Al día siguiente, el 24 de noviembre de 1991, se silenció la voz de Freddie Mercury. Tenía 45 años.
Mercury contribuyó a romper innumerables tabúes sobre el sida
Al revelar su condición de seropositivo, el ícono gay contribuyó en gran medida a cambiar las visiones hacia el sida. Meses después de su muerte, la flor y nata del rock mundial se reunió en Londres para celebrar un concierto en su honor. Ese evento marcó la historia por el impacto que tuvo en la percepción pública del VIH.
La muerte de Mercury también impulsó el interés por Queen. La canción ‘Bohemian Rhapsody’ volvió a alcanzar el número uno, más de 15 años después de su publicación. También, el estreno en 2018 de la película con el mismo nombre supuso un éxito mundial, y reavivó la fascinación por la trascendental figura de Freddie Mercury.
Con AFP y medios locales