Utama, sensibilidad social o la cruda verdad

Hay algo que no se puede negar de la película boliviana más laureada: las certezas del por qué recibió tantos premios. La crítica insondable son los silbidos, lo contrario los aplausos cuando por ejemplo un minibusero que hace un recorrido entre subidas y bajadas pierde los frenos y se estrella sin causar daño. Entonces todos lo aplauden. O cuando todavía hace algunos años a los pasajeros de avión se les daba por aplaudir al piloto por un cómodo aterrizaje, no sé si querrían silbarlo desde la otra vida ¿qué esperaban?

Utama (2022)

Pero más allá de aplausos o silbidos, la película Utama -que en traducción libre al aimara sería algo así como Nuestro Hogar- del joven director de cine Alejandro Loayza, es una excelente oportunidad para calibrarnos como bolivianos, de dónde vinimos, cómo vivimos y si es que aplaudimos la forma miserable de vida de nuestros hermanos del altiplano sea de Oruro, La Paz, Potosí o de donde provenga el cambio climático, la migración inevitable, o la pobreza que está poblando las ciudades. Y si de verdad vale más el intransigente abuelo Virginio de ir hasta la muerte; o la dulce abuela Sisa por acompañarlo tiernamente en esa vida de tan pocas cosas o el nieto Clever en su intento frustrado de salvar a los viejos.

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Lo que dice mucho es el aura de Alejandro. La sensibilidad de meterse en la piel algo que es muy boliviano, el silbido del silencio como en el silbido de los Far West que dicen tanto como la música de Ennio Morricone que en este caso combina con el padecimiento de una enfermedad endémica como la tuberculosis que zurra casi en toda la película como el viento.

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Utama es una película natural a diferencia de la producción de la media que te inflama los sentidos de pesadillas. Un joven –raro- que como los de mi generación sabía ir en camión al estilo hippie fumando yerba, ver atardeceres fulgurantes desde una montaña, comprender el paso del tiempo sin saber que llegarías a morir o ser viejo, ver las llamas blancas y alejarte de ellas por instinto antes de que de un escupitajo te deje la mancha que no te saldrá nunca.

Utama (2022)

El valor de Utama radica en esa sencillez tan aplaudida quizá porque para gran parte de la platea que asistió a la premier sea desconocida.

Yo vi la obra desde una butaca conocida. Fue emocionante que un cineasta joven como es Alejandro tenga los reflejos para sacudirse de tanta congestión circular que nos llega por arriba, abajo por el medio y hasta por atrás; haya sido capaz de retratar con tres actores sensacionales, una película sensacional y fácil para el espectador a diferencia de las series de Netflix, Disney o Play + que hay que verlas tres veces para entender el hilo.

Una bitácora tan conocida para los bolivianos, acaba siendo una obra prima por la calidad gestual de sus actores, la excelente imagen, la fotografía, los diálogos y que con solo tres actores –durante el 80 por ciento de la película- hubiera alcanzado tan magistral narración. No creo que ni Tarantino la hubiera logrado.

Utama (2022)

Utama es una película para sacarse el sombrero, ese que al final hereda el nieto una vez que el abuelo terco no quiere cambiar su suerte rodeada de una muerte natural como en la vida.

Ese es otro mérito, el mensaje singular que no es apenas uno sino varios otros de los cuales pronto estaremos hablando.

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