El deporte transgredió una vez más a la política en Japón

Redacción dat0s y Agencias
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Juegos Olímpicos tokio 2020

EEUU terminó convirtiéndose en el ganador indiscutido del medallero olímpico, quedando primero con 113 medallas en total (39 de oro, 41 de plata y 33 de bronce). China logró el segundo puesto con 88 (38 de oro, 32 de plata y 18 de bronce).

Aunque los Juegos Olímpicos contengan códigos que evitan mezclar el deporte con la política, ocurre como en los tiempos de la ley seca; mientras más ajenos los deportistas de la corriente que recorre las aguas de la prohibición, el deporte encuentra un terreno fértil para alzar la voz de protesta contra los autoritarismos, los excesos y las laceraciones humanas; allí donde el atleta en competición que representa una bandera se hace sensible y a la vez más fuerte.
Tokio no fue la excepción de la marcha contra el reloj de la decodificación de las prohibiciones. Los estadios vacíos por la emergencia sanitaria no acallaron la protesta y marcaron puntos de inflexión de códigos que se escriben en papel pero que no resisten la transpiración ni los sentimientos que se mezclan contra las ideologías para alcanzar una meta ficticia, pero tan real como las medallas de oro de un mundo desigual que se compone de cientos de posturas e injusticias.
Para ilustrar la vertiginosa marcha habrá que citar los nombres de algunos atletas. La bielorrusa Kristina Timanovskaya evocó la Guerra Fría de los 60 con su disidencia de los JJOO. La velocista decidió refugiarse en la Embajada de Polonia no precisamente al ritmo de una Polka, sino denunciando que si no lo hacía sufriría las terribles consecuencias del despótico régimen que en ese país gobierna.

Estos han sido los 5 momentos más destacados de la competición Olímpica inspirados en la política.
1. La bielorrusa Timanovskaya se va a Polonia

La atleta de 24 años fue noticia mundial tras rechazar las órdenes de su equipo de volver a Bielorrusia antes de lo previsto. El giro más dramático de la historia sucedió el domingo 1 de agosto, cuando en el aeropuerto Haneda de Tokio pidió ayuda a unos policías mostrándoles un texto que había escrito y traducido al japonés en su celular.
Según Bielorrusia, Timanovskaya fue retirada de la selección nacional debido a su estado emocional. La velocista, en cambio, aseguró que fue llevada a la fuerza al aeropuerto por criticar a los entrenadores y expresó temores por su seguridad si la devolvían a su país. El caso es un reflejo del momento que vive Bielorrusia, un país que desde 1994 es gobernado por Alexander Lukashenko, quien abiertamente admite tener un “estilo autoritario”. Actualmente la atleta se encuentra en Polonia, país que le concedió una visa humanitaria.

2. El nacionalismo chino presente en los JJOO
El Partido Comunista que gobierna la China Popular no es precisamente un lugar en el que los atletas puedan expresar sus ideas. El régimen al frente del que se encuentra su presidente Xi Jimping no permitiría que sus atletas hagan alusiones sobre las condiciones de libertad en la que se entrenan; bajo los inescrutables ojos de los rojos que se esconden bajo el mordaz reglamento. “Ningún tipo de manifestación ni propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación u otro lugar que se considere parte de los emplazamientos olímpicos”, dice el artículo 50 de la Carta Olímpica.
Cuando las ganadoras del oro de sprint por equipos femenino -las chinas Bao Shanju y Zhong Tianshi- subieron al podio, cada una lucía una insignia con una imagen del exlíder del país, simplemente Mao Tse Tung que en 1949 proclamó la fundación de la República Popular China (RPC), un Estado de partido único controlado por el Partido Comunista Chino (PCCh). Su Gobierno se caracterizó por intensas campañas de reafirmación ideológica, que provocarían grandes conmociones sociales y políticas en China.

3. El boicot a Israel por Palestina

El conflicto de la Franja de Gaza fue otro de los motivos presentes en los JJOO de Tokio. Los judocas, el argelino Fethi Nourine y el sudanés, Mohamed Abdalrasool renunciaron a su turno enfrentarse con el israelí Tohar Butbul. “Trabajamos mucho para llegar a los Juegos Olímpicos”, dijo el atleta de 30 años Fethi Nourine. “Pero la causa palestina es más grande que todo esto”. Días después Mohamed Abdalrasool no se presentó a competir contra Butbul sin dar explicaciones. La prensa internacional asumió que se trataba de otro boicot a Israel por los asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén Este, y por el trato hacia los palestinos.
De acuerdo con la Carta Olímpica, “toda persona debe tener la posibilidad de practicar deporte sin discriminación de ningún tipo y dentro del espíritu olímpico, que exige comprensión mutua, espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio”.

4. La “X” inédita que reivindica el colectivo LGBTI

Al recibir la medalla de plata, y mientras las otras medallistas posaban para las fotos en el podio, la lanzadora de peso estadounidense Raven Saunders levantó los brazos en forma de “X”. Según explicó luego, este gesto representa “la intersección en donde todas las personas oprimidas se encuentran”. La joven afroestadounidense de 25 años, integrante de la comunidad LGBTI, ha hecho público que lucha contra la depresión.
“Para mí haber ganado esta medalla y que eso sirva de inspiración al colectivo LGBTI, a las personas con enfermedades mentales y a las minorías negras, es algo que significa todo”, dijo Saunders sobre su protesta política realizada en un país como Japón, donde el matrimonio de personas del mismo sexo no está reconocido. Saunders fue investigada por el COI también por violaciones al artículo 50 de la Carta Olímpica, pero suspendió el proceso cuando días después se supo de la muerte de la madre de la deportista.

5. Maduro atento a las reacciones de Mayora

El 28 de julio, Julio Mayora dio a Venezuela la primera de las cuatro medallas que obtuvo el país en estas Olimpiadas, ganando la plata en levantamiento de pesas en masculino 73 kilos. Ese mismo día era el cumpleaños del fallecido presidente Hugo Chávez. Entre las llamadas que recibió por su logro estuvo la del actual presidente, Nicolás Maduro, a quien Mayora le dijo: “El regalo de esta medalla de plata es para el presidente Hugo Chávez”.
Según un video que circuló en redes sociales, la conversación sucede cuando todavía tenía la medalla puesta, las flores en la mano y la bandera venezolana colgada en los hombros.
En declaraciones a la prensa, Mayora declaró: “Ser el primer venezolano en subir al podio en Tokio me llena de mucha motivación para seguir adelante. Podemos darle alegría al pueblo de Venezuela. Sé que los muchachos que están aquí también pueden y les tengo mucha fe”.

 

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