Economía naranja, el gran aporte cultural y de ideas, invisibilizado en el PIB boliviano

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Foto: El País

En Colombia, la economía naranja representa el 3,4 por ciento de su producto interno bruto, o sea que es un ingreso que mueve más que el café en este país; en México, la economía creativa (como se la conoce allá) representa el 3,2 por ciento, y da empleo al 2,5 por ciento de su masa laboral de su desarrollo, y en toda Latinoamérica, se calcula un aproximado de 3,4 por ciento, de acuerdo a parámetros de propiedad intelectual.

¿Y en Bolivia? En Bolivia, por increíble que parezca, no hay indicadores sobre este concepto, nadie se ocupó de medir su aporte, y muchas instancias del Gobierno ni siquiera oyeron hablar de ella. En Bolivia, existen muchos emprendimientos que se dedican a este rubro, algunos con resultados alentadores, pero sin saber que hacen economía naranja.

Ésta es una de las primeras conclusiones en las que al menos 15 expertos nacionales e internacionales arribaron, reunidos la semana pasada en el evento Pulso Naranja, el primero de ese tipo, organizado por Unifranz en Cochabamba.

Y si el problema es nacional, lo es también para Cochabamba. “Nosotros, como cochabambinos hemos tenido dos amargas decepciones: no somos el granero de Bolivia, y no tenemos una veta infinita de petróleo explotable y exportable. ¿Entonces, dónde crece la economía de Cochabamba?”, se cuestiona el vicerrector de Unifranz, Rolando López. Y se responde a sí mismo: Cochabamba tiene un alto potencial en economía naranja, con 200 empresas que desarrollan software (JalaSoft, como ícono), con su emblema de capital gastronómica de Bolivia, su potencial turístico, su cultura y todo el aporte creativo en la moda, la arquitectura y la música. Esto sumado al clima, para el turismo de salud y el epicentro educativo, hacen de Cochabamba un crisol ideal para la economía naranja. Una visitante destacó incluso que la luz solar en Cochabamba es la ideal pa tomar las mejores fotografías.

Por eso, una de las primeras actividades de este encuentro fue la creación de un Observatorio de economía naranja, que pueda reunir los parámetros de medición y cuyo primer aporte sea, justamente, establecer el porcentaje de aporte al PIB de Bolivia, y en función a ello, proponer líneas de integración y de apoyo.

“Hemos entendido que hay que impulsar la economía naranja, primero, generando atracción, para que todos sepan qué es economía naranja, y después pintando aquellos agentes económicos y encadenarlos de color naranja, para que todos vean que son el pilar de la transformación económica de la sociedad”, añade López.

El experto mexicano en economía creativa Paulo Mercado explica que en su país, este rubro mueve 3,2 por ciento del PIB y que da empleo a 2,5 por ciento de la masa laboral. Curiosamente, no halló información de Bolivia. “Lo primero y más conveniente es detectar qué es lo que tenemos en nuestras regiones, y ver sus necesidades, no sólo económicas, sino también de formación y capacitación”, explica a tiempo de identificar la gastronomía, el turismo, las fiestas regionales, como las grandes potenciales de Cochabamba. Otra propuesta: hacer que tomen conciencia, tanto creadores como consumidores, que la creatividad tiene también un valor económico.

La delegación colombiana, en cuyo país la economía naranja mueve 3,4 por ciento de su PIB, presentó también muchas propuestas para Cochabamba. Juliana Acevedo, de Buenaventura, una ciudad parecida a Cochabamba por su imagen gastronómica, sugiere encadenar el arte culinario regional con el turismo y la cultura, como atractivos.

Leydi Higidio, también de Colombia, sugiere que las instancias de Gobierno deberían devolver un porcentaje de los costos de producción a las películas que se filmen en Cochabamba, pues esta cinta atraerá el turismo.

 

1,9 MILLONES DE EMPLEOS EN A LATINA

La economía naranja generó en el mundo 547 mil millones de dólares en 2012 (según datos de Unctad), y 29,5 millones de empleos, equivalentes estos últimos a los de Reino Unido.

Para América Latina y el Caribe, la economía naranja representó 1,9 millones de puestos de trabajo en 2015, comparables con todo lo que genera la economía de Uruguay o Costa Rica en un año.

Todos estos datos develan el alto aporte de la economía naranja, que, sin embargo, no son visibilizados por los Gobiernos de muchos países, Bolivia entre ellos.

 

OPINIONES DE LOS EXPERTOS INTERNACIONALES

“En México, la economía creativa mueve el 3,2 por ciento del PIB y esto representa 2,5 por ciento de la masa laboral. Lo primero y más conveniente es detectar qué es lo que tenemos en nuestras regiones, y ver las necesidades no sólo económicas, sino también de formación y capacitación. Los artistas debemos estar conscientes de que lo que producimos vale, y después sensibilizar a los otros de que reconozcan nuestro valor”. Paulo Mercado. Experto economía creativa (México).

“En 2001, el BID empieza a medir qué había movido el PIB de ingreso per cápita y generado trabajo en países como Colombia. Y se descubrió que estaba dentro de lo creativo, era algo intangible, de gente joven sub-30, sin saber qué paraguas tenía encima. No había tasación de mercado. A través de Colombia, conseguimos ese paraguas, y fueron las universidades privadas las que encabezaron. En Argentina el problema es que no tenemos formadores de formadores”. Liana Sabbatella. Experta en economía naranja (Argentina)

“Buenaventura es una ciudad del Pacífico que, por su valor gastronómico y saberes afrocolombianos, mereció la designación d e la Unesco como ciudad creativa de la gastronomía. Lo que se busca es que la identidad se preserve y que a partir de allí se genere desarrollo económico. Pienso que es uno de los sectores que más tienen potencial en Cochabamba. Hay que encadenar la cultura gastronómica con temas turísticos y otros”. Julia Acevedo. Gestora cultura Buenaventura (Colombia).

“En el ámbito TIC, uno podría decir que está dentro de la economía de servicios, pero no podemos aislarnos de lo que quiere el futuro y la sociedad. No es sólo tecnología alquilada, sino con arte, mezclada con el aprender del usuario, saber qué piensa y siente, y necesitamos desarrollar un talento humano, y eso significa orquestar todo lo que estamos tratando de desarrollar. Estamos tras de una ley de exportaciones de servicios”. Karem Infantas. Experta en TIC y tecnologías (Bolivia).

“Vengo trabajando desde hace tres años en la apropiación de íconos culturales y comunicándolos, en la moda. Se hace un trabajo de investigación previa. He trabajado con Gladys Moreno, Juana Azurduy, cultura afroboliviana o de Beni. Ahora, la moda visibiliza todo esto: todo lo que hay en el país que no lo explotamos de la mejor manera. La punta de lanza se ha ido generando en Cochabamba. A la moda se le está dando un espacio, al arte”. Luis Daniel Ágreda. Diseñador de modas (Bolivia).

“Lo que compartimos es cómo la faena de valor se puede formalizar y hacer tangibles los conocimientos creativos. Hemos cruzado la cadena de valor con tendencias, como son el diseño orientado al mercado, el ritel, la sostenibilidad y la personalización, ejercicios de ideación, un modelo de negocio donde es fundamental la presencia de un emprendedor técnico, que tenga conocimientos en la parte creativa y en la administrativa”. Juan Fernando Loayza. Investigador Inexmoda (Colombia).

 

NACE UN OBSERVATORIO PARA MEDIR LA PRODUCCIÓN

REDACCIÓN CENTRAL

Una de los primeros fruto del encuentro Pulso Naranja fue la creación de un Observatorio, que identifique a los actores de esta economía y mida su aporte, para que una vez que se tengan los datos, se puedan elaborar las políticas y demandas, según explica Roberto Araníbar, coordinador nacional de Mercosur, embajador cultural de Unfranz, y responsable de este Observatorio,

El Observatorio había comenzado con un convenio entre Unifranz y la Federación de Entidades Empresarios Privadas de Cochabamba (FEPC), y para dirigirlo, se establecieron convenios con la Cámara Argentina de Empresarios Culturales y la Red Cultural Mercosur.

Según explica Araníbar, son varias industrias culturales creativas, donde entran las artes, el cine, la música, diseño, moda, software, videojuegos, gastronomía, turismo… pero que no están reconocidas como profesiones ni siquiera para la cédula de identidad. Por ello, la economía naranja está invisibilizada y ninguna instancia de Gobierno tiene medidores para identificar su aporte económico, con patrones comunes en toda Latinoamérica.

Estos resultados serán publicados de forma trimestral para sentar presencia. “Si no te ven, no existes. Por eso hay que visibilizar. Porque ni para la banca ni para el Gobierno existe la economía naranja”, remata Rolando López.

¿Y por qué surge en la Universidad? Por lo mismo, porque ni para el Estado ni para el privado tiene importancia el desarrollo de la investigación de desarrollo de la innovación, añade López.

En cambio, las universidades tienen jóvenes a quienes se les puede enseñar investigación y economía de acuerdo con lo que se necesita dentro.