Los multimillonarios de EE. UU. pagaron pocos o nada de impuestos federales a la renta, según un informe

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Foto: Joshua Roberts/Reuters; Logan Cyrus/Agence France-Presse — Getty Images; Mike Blake/Reuters

Un análisis de ProPublica muestra que millonarios como Jeff Bezos y Elon Musk aprovechan lagunas del código fiscal y un énfasis impositivo que grava los ingresos más que la riqueza.

 

Los 25 estadounidenses más ricos, entre ellos Jeff Bezos, Michael Bloomberg y Elon Musk, pagaron relativamente poco -y en ocasiones nada- en impuestos federales de ingresos entre 2014 y 2018, según un análisis de la organización de noticias ProPublica, basado en una colección de datos fiscales del Servicio de Impuestos Interno (IRS por su sigla en inglés).

El análisis mostraba que los ejecutivos más adinerados del país pagaron solo una fracción de su riqueza en impuestos: 13.600 millones de dólares en impuestos federales sobre la renta en un periodo en que su valor neto colectivo aumentó en 401.000 millones de dólares, según la tabulación de Forbes.

Los documentos revelan la marcada desigualdad en el sistema tributario estadounidense, ya que plutócratas como Bezos, Bloomberg, Warren Buffett, Musk y George Soros lograron beneficiarse de una compleja red de tecnicismos en el código tributario y también del hecho de que Estados Unidos privilegia gravar los ingresos laborales en lugar de la riqueza. Gran parte de la fortuna que acumulan los ricos, como las acciones en las empresas que administran, las casas de vacaciones, los yates y otras inversiones, no se considera “renta imponible” a menos que esos activos se vendan y se obtenga una ganancia. Incluso en esos casos, existen lagunas en el código tributario que pueden limitar o eliminar cualquier obligación tributaria.

Funcionarios del gobierno dijeron el martes que las autoridades federales investigaban la difusión de información fiscal privada, algo que podría ser un delito.

“Cualquier divulgación de información confidencial por parte de una persona con acceso es ilegal”, dijo en rueda de prensa Jen Psaki, la vocera de la Casa Blanca. “Nos tomamos esto muy en serio”.

El inusual atisbo de las tácticas de los principales multimillonarios del país sucede cuando el presidente Joe Biden intenta revisar el código fiscal a modo que las corporaciones y los más adinerados paguen más. Biden ha propuesto elevar la tasa marginal máxima de impuesto sobre la renta de 37 por ciento a 39,6 por ciento, lo que daría marcha atrás a la rebaja que introdujo el expresidente Donald Trump con sus recortes fiscales de 2017.

Los documentos y las conclusiones del análisis podrían volver a encender los llamados para que Biden considere imponer un impuesto a la riqueza, dado que elevar la tasa marginal máxima lograría poco para elevar la cuenta impositiva de los 25 estadounidenses más ricos. De 2014 a 2018, los 25 estadounidenses más ricos pagaron un promedio del 15,8 por ciento, o 13,6 mil millones de dólares, en impuestos federales sobre la renta personal.

Chuck Marr, director sénior de política tributaria federal en el Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas, dijo que los datos de impuestos privados llaman la atención sobre el enfoque relativamente modesto que Biden propone, al considerar el grado en que el código tributario recompensa la riqueza y castiga el trabajo.

“Algunas de las soluciones se suelen presentar como agresivas”, dijo Marr. “Lo que es realmente radical es la circunstancia actual”.

Legisladores como la senadora Elizabeth Warren, demócrata por Massachusetts, han defendido la idea de imponer un tributo del dos por ciento sobre el patrimonio neto de una persona por encima de los 50 millones de dólares, incluyendo el valor de las acciones, las casas, los barcos y cualquier otra propiedad, después de restar cualquier deuda. En una entrevista realizada el martes, Warren calificó las revelaciones fiscales de “profundamente impactantes” y dijo que reforzaban el hecho de que los legisladores deberían pensar en la riqueza más que en los ingresos al redactar la política fiscal.

“Aumentar la tasa del impuesto sobre la renta en un dos por ciento o en un diez por ciento no va a suponer ninguna diferencia real para estos multimillonarios”, dijo Warren. “La verdadera acción en Estados Unidos es sobre la riqueza, no sobre los ingresos”.

Aunque destacó algunas de las propuestas de Biden, como el aumento de los impuestos sobre las ganancias de capital y la focalización en los beneficios corporativos “reales”, Warren dijo que le gustaría que la Casa Blanca fuera más ambiciosa.

“Quiero que el gobierno Biden presione más en los impuestos sobre la riqueza”, dijo Warren.

Biden y sus asesores han considerado en general que la idea de un impuesto sobre el patrimonio es inviable, pero no han cerrado formalmente la puerta a la idea. En su lugar, el presidente quiere 80.000 millones de dólares adicionales durante un período de diez años para fortalecer al IRS, de modo que esté mejor equipado para perseguir a los defraudadores fiscales. Y ha propuesto duplicar el impuesto sobre las ganancias de capital -el producto de la venta de un activo como una acción o un barco- para las personas que ganan más de un millón de dólares.

“Sabemos que hay que hacer más para garantizar que las empresas, los individuos que tienen los ingresos más altos, paguen más de lo que les corresponde”, dijo Psaki.

En un evento del DealBook de The New York Times en febrero, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que un impuesto sobre la riqueza es “algo que presenta problemas de implementación muy difíciles”. Indicó que otros cambios fiscales que aumentarían los impuestos sobre la riqueza que se transfiere al morir podrían tener un efecto similar. En marzo, sin embargo, Yellen sugirió que seguía abierta a un impuesto sobre el patrimonio.

“Es algo que todavía no hemos decidido”, dijo Yellen en ABC News, antes de señalar otras ideas fiscales que también afectarían a los ricos.

ProPublica no reveló cómo obtuvo la información y esta no pudo ser verificada de forma independiente por The New York Times. Pero la publicación dijo que los documentos fueron proporcionados al medio “en forma bruta, sin condiciones ni conclusiones” y que había circulado la información por todos los ejecutivos cuya información se incluyó en el artículo.

“Se solicitó a todas las personas cuya información fiscal se describe en esta historia que comentaran”, dijo ProPublica, y agregó que de los que respondieron, “todos dijeron que habían pagado los impuestos que debían”.

En un artículo separado, el medio dijo que publicaba la información “de forma bastante selectiva y cuidadosa, porque creemos que sirve al interés público de forma fundamental, permitiendo a los lectores ver patrones que hasta ahora estaban ocultos”.

El informe pone de relieve las técnicas que los ricos suelen utilizar para reducir su pago de impuestos, que incluyen aprovecharse de una compleja red de tecnicismos y deducciones que son perfectamente legales y pueden minimizar de forma significativa la responsabilidad fiscal. Eso incluye pedir prestadas enormes sumas de dinero respaldadas por enormes tenencias de acciones. Los préstamos no están sujetos a impuestos y los intereses que los ejecutivos pagan por el dinero prestado a menudo pueden deducirse de sus declaraciones tributarias.

En 2007, Bezos, director ejecutivo de Amazon, no pagó nada en impuestos federales sobre la renta, incluso cuando el precio de las acciones de su empresa se duplicó. Cuatro años más tarde, cuando su riqueza aumentó a 18.000 millones de dólares, Bezos declaró pérdidas y recibió un crédito fiscal de 4000 dólares para sus hijos, según ProPublica. Un portavoz de Amazon no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Buffett, presidente ejecutivo de Berkshire Hathaway que ha dicho públicamente durante mucho tiempo que el código fiscal debería impactar más a los ricos, pagó solo 23,7 millones de dólares en impuestos de 2014 a 2018, cuando su riqueza aumentó en 24.300 millones de dólares.

En una declaración a ProPublica, Buffett dijo que esperaba que el 99,5 por ciento de su riqueza se destinara a los impuestos y la caridad después de su muerte, y agregó: “Sigo creyendo que el código fiscal debe cambiarse sustancialmente”.

Soros, filántropo e inversor multimillonario, no pagó ningún impuesto federal sobre la renta durante tres años consecutivos, según el informe. Un portavoz de Soros dijo a ProPublica que “entre 2016 y 2018 George Soros perdió dinero en sus inversiones, por lo que en esos años no debía impuestos federales sobre la renta”.

En 2018, Bloomberg, que controla el gigante de los medios de comunicación Bloomberg L.P., declaró ingresos de 1900 millones de dólares y pagó 70,7 millones de dólares en impuestos sobre la renta. Según el informe, Bloomberg pudo reducir su factura de impuestos a través de deducciones, donativos y “créditos por haber pagado impuestos extranjeros”.

Un portavoz de Bloomberg, en una declaración a ProPublica, dijo que utilizarían “todos los medios legales a nuestra disposición para determinar qué individuo o entidad gubernamental filtró esto y asegurarse de que se les responsabilice”.

El Departamento del Tesoro dijo que el gobierno federal busca determinar cómo se divulgaron los registros de impuestos.

“La divulgación no autorizada de información confidencial del gobierno es ilegal”, dijo Lily Adams, una portavoz del Tesoro. “El asunto está siendo remitido a la Oficina del Inspector General, al Inspector General del Tesoro para la Administración Tributaria, a la Oficina Federal de Investigación y a la oficina del fiscal del Distrito de Columbia, que tienen, todos ellos, autoridad independiente para investigar”.

Un portavoz del Departamento de Justicia remitió la consulta sobre una investigación al FBI, que a su vez remitió el asunto al IRS.

Durante una audiencia de la Comisión de Finanzas del Senado en la que testificaba el martes, Charles Rettig, el comisionado del IRS, dijo que no podía comentar sobre la aparente filtración en su agencia, pero dijo que estaba bajo examinación.

“Puedo confirmar que hay una investigación con respecto a las alegaciones de que la fuente de la información en ese artículo provenía del Servicio de Impuestos Internos”, dijo Rettig. “Los investigadores van a investigar”.

Ron Wyden, senador por Oregón, presidente del comité de finanzas, dijo a Rettig que le preocupaba la seguridad de los datos de los contribuyentes. También subrayó que las revelaciones dejaban claro que el código tributario necesitaba reescribirse.

“Lo que estos datos revelan es que los más ricos del país, que se beneficiaron enormemente durante la pandemia, no han pagado su parte justa”, dijo Wyden, añadiendo que tiene propuestas para arreglar esa disparidad.

Tras la audiencia, Wyden declinó ofrecer detalles sobre su plan para abordar la cuestión, pero hizo hincapié en su preocupación por la injusticia del código fiscal.

“Las personas a las que represento trabajan, por ejemplo tratando a los pacientes de covid, ellos pagan impuestos con cada salario”, dijo Wyden. “Los más ricos del país, incluso durante la pandemia, se beneficiaron generosamente y luego no pagan su justa parte porque, con buenos abogados y contadores, han descubierto cómo aplazar y retrasar y posponer y hacerlo casi a perpetuidad”.

Algunos republicanos restaron importancia a la idea de que los ricos no pagan suficientes impuestos y, en cambio, utilizaron las revelaciones para plantear dudas sobre la confiabilidad del IRS.

El senador Patrick J. Toomey, republicano por Pensilvania, dijo el martes que, si bien era problemático que algunos de los estadounidenses más ricos no pagaran impuestos sobre la renta, pensaba que los que más ganan en general estaban pagando lo justo. Señaló los datos que muestran que el diez por ciento de los que más ganan en Estados Unidos obtienen aproximadamente la mitad de todos los ingresos obtenidos y pagan el 70 por ciento de todos los impuestos sobre la renta.

“Existe la mitología de que las personas con altos ingresos no pagan ningún impuesto”, dijo Toomey en una reunión telefónica. “¿Hay excepciones individuales? Estoy seguro de que las hay. Deberíamos ver si hay lagunas que están perpetuando eso, pero tenemos un código fiscal muy muy progresivo”.

Mike Crapo, senador por Idaho, el principal republicano del comité, dijo que las revelaciones se sumaban a su preocupación por una propuesta del gobierno Biden de dar al IRS más acceso a la información financiera de los contribuyentes. Sugirió que no se puede confiar en que la agencia mantenga la seguridad de los datos.

 

Emily Cochrane, Jeanna Smialek y Karen Weise colaboraron con reportería.