La farsa de los financistas del cambio climático

Por Redacción dat0s con Agencias
0
324
ODS 2030, cambio climático
Foto: Gaceta UNAM

El cambio climático está inscrito dentro de los 17 ODS de las Naciones Unidas. A estas alturas resulta más probable que los gastos gubernamentales sobrepasen cualquier requerimiento de financiación para el desarrollo sostenible.

Los bancos multilaterales de desarrollo y las instituciones financieras internacionales sostienen que movilizar la inversión privada es crucial para satisfacer las necesidades de financiación climática y de desarrollo de las economías en desarrollo. Pero es mucho más probable aumentar los ingresos del gobierno que genere los billones de dólares necesarios para cerrar estas brechas de financiamiento.

El sector del desarrollo internacional se ha obsesionado con el cálculo de los déficits de financiación. Apenas pasa un día sin nuevas estimaciones de los fondos que los países de ingresos bajos y medios (PIBM) necesitan para cumplir sus objetivos climáticos y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

El Grupo Independiente de Expertos de Alto Nivel sobre Financiamiento Climático, por ejemplo, estima que las economías en desarrollo y emergentes (excluida China) necesitan 2,4 billones de dólares anuales para 2030 para cerrar la brecha de financiamiento para inversiones en mitigación y adaptación. Para alcanzar los ODS se necesitarían 3,5 billones de dólares adicionales al año. De manera similar, el Informe sobre Comercio y Desarrollo 2023 de la ONU sugiere que los países de ingresos bajos y medianos necesitan aproximadamente 4 billones de dólares al año para cumplir sus objetivos climáticos y de desarrollo.

Estas estimaciones pueden provocar una variedad de respuestas psicológicas y políticas. Idealmente, alentarían una mayor ambición y urgencia en la formulación e implementación de políticas tanto a nivel nacional como internacional. Pero también pueden distraer y desmoralizar, especialmente dadas las actuales deficiencias en el financiamiento para el clima y el desarrollo. En consecuencia, un número creciente de comentaristas sostiene que los gobiernos y los prestamistas multilaterales por sí solos no pueden satisfacer las necesidades financieras de los países en desarrollo.