Los Papeles de Pandora: ¿cómo esconden su dinero los poderosos del mundo?

Por Rick Gladstone | The New York Times
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Suiza, paraísos fiscales
Foto: Arnd Wiegmann/Reuters

Y los titulares rugieron: el rey de Jordania acumuló una fortuna de 100 millones de dólares en propiedades ocultas, incluidas casas en Malibú, California, Londres y Washington. Una presunta amante del mandatario de Rusia pudo comprar una residencia de lujo en Mónaco de manera encubierta. El primer ministro de la República Checa, un supuesto enemigo de la corrupción, adquirió en secreto una propiedad en la Costa Azul.

Las revelaciones de los Papeles de Pandora, una colaboración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y de algunos asociados como los diarios The Washington Post y The Guardian, comenzaron a resonar a lo largo y ancho del mundo financiero de los ricos y poderosos casi inmediatamente después de que empezaron a publicarse el domingo.

Este informe (el nombre de Pandora proviene del mito griego sobre una caja sellada que contenía todos los males del mundo) se basó en lo que sus autores describieron como 11,9 millones de registros filtrados de 14 despachos de la industria de servicios financieros extraterritoriales que ilustran cómo es que los ricos ocultan sus capitales. En este proyecto trabajaron más de 600 periodistas en 117 países.

Los Papeles de Pandora establecen vínculos entre políticos y funcionarios públicos y actividades financieras en paraísos fiscales en una cifra que supera, en más del doble, a las personas señaladas en los Papeles de Panamá, un informe incriminatorio sobre la industria bancaria extraterritorial que hace cinco años fue publicado por este mismo consorcio de periodistas. Los Papeles de Pandora incluyen información sobre más de 330 políticos y funcionarios públicos de más de 90 países y territorios, entre ellos 35 exmandatarios y actuales jefes de Estado.

Un próspero sector de la industria de servicios financieros se especializa en ayudar a sus clientes acaudalados a ocultar sus activos y reducir al mínimo los impuestos que deben pagar. Estos beneficios se consiguen con algunos métodos ideados en torno a los principios de ocultar a los dueños de las propiedades y la poca reglamentación. Esconder la riqueza es una especialidad que ofrecen los paraísos fiscales como Panamá, Dubái, Mónaco, Suiza y las Islas Caimán, al igual que algunos estados estadounidenses como Dakota del Sur y Delaware.

La posesión de casas y otros bienes puede ser camuflada por empresas anónimas (compañías que no tienen que identificar a sus propietarios). En algunos países, no hay requisitos regulatorios para identificar y registrar a los “beneficiarios efectivos” de la propiedad (quienes se benefician de manera directa de una propiedad aunque esté registrada a nombre de otro). El uso de este vacío legal en la posesión efectiva permite que los verdaderos dueños se oculten detrás de montones de expedientes legales que pueden ser difíciles o imposibles de desenmarañar: el propietario de una empresa A puede ser identificado como empresa B y el dueño de la empresa B puede ser identificado como empresa C, y así sucesivamente.

Tal vez muchas personas acaudaladas tengan razones válidas para proteger de manera legal la información sobre su riqueza: por ejemplo, con el fin de salvaguardarlos de socios sin escrúpulos o de intentos de extorsión o, bien, para garantizarles una herencia a sus descendientes. Pero quienes abogan por una mayor transparencia financiera afirman que se abusa de ese sistema, que es vulnerable a la corrupción y está concebido para alimentar la avaricia. Gran parte de la industria de los servicios financieros extraterritoriales no está regulada o se regula a sí misma. Algunos de los banqueros, auditores y contadores que trabajan en esta industria son exfuncionarios que conocen las fallas en el sistema.

“Los Papeles de Pandora revelan el funcionamiento interno de lo que constituye un mundo financiero en las sombras y arrojan luz sobre las operaciones ocultas de una economía extraterritorial global”, señaló la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, un grupo de defensoría con sede en París que aplaudió el informe. Explicó que el sistema “permite que algunas de las personas y multinacionales más ricas del mundo escondan sus fortunas y, en algunos casos, paguen pocos o nada de impuestos”.

El informe fue publicado en el contexto de una brecha cada vez más aguda —y empeorada por la pandemia— entre las personas ricas y pobres del mundo, la cual en muchos países ha reforzado los resentimientos hacia el privilegio de los ricos.

Las revelaciones también pueden tener repercusiones políticas, incluso en lugares donde los dirigentes rinden pocas cuentas a la población, como Rusia, un país que tiene un líder autoritario, y Jordania, que es una monarquía. Este tipo de trabajo le brinda a la población la información y el conocimiento sobre sus dirigentes que la estructura política no le otorga, y puede ser perjudicial en términos políticos.

En el informe de los Papeles de Pandora no se menciona de manera directa al presidente de Rusia, Vladimir Putin, pero algunos colaboradores lo vincularon con propiedades en Mónaco que incluyen una casa adquirida por una mujer rusa que, según se informó, tiene un hijo con él. El portavoz de Putin calificó estos hallazgos como infundados.

El rey Abdalá II de Jordania fue acusado de usar empresas fantasma registradas en el Caribe para adquirir quince propiedades en Estados Unidos, el Reino Unido y otros lugares. Su oficina afirmó que el rey las había comprado con su propia fortuna.

“No creo que sea el final de Vladimir Putin, no nos hagamos ilusiones”, comentó Gary Kalman, director de la oficina en Estados Unidos de Transparencia Internacional, una organización que monitorea la corrupción financiera en todo el mundo. “Pero creo que a los líderes de esos países, como el rey Abdalá y otros, sí les preocupa su reputación”, explicó Kalman en una entrevista telefónica.

Sobre todo al rey Abdalá, señaló Kalman, pues ahora los jordanos saben que “ha gastado dinero en propiedades en Malibú y Georgetown, mientras que Jordania no tiene el dinero necesario para brindarle los servicios básicos a la población. Eso se ve muy mal”.

Para los dirigentes que en sus campañas electorales se comprometieron a acabar con la corrupción (como los de Pakistán, la República Checa y Kenia, por ejemplo), estar incluidos en el informe de los Papeles de Pandora es muy vergonzoso.

“En todos los países siempre hay un punto de quiebre en el que el pueblo se enoja y se altera”, comentó Lakshmi Kumar, directora de políticas en Global Financial Integrity, un grupo de investigación en Washington sobre flujos financieros ilícitos y otras actividades de corrupción. “En muchos de esos países, ya se llegó a ese punto”.

Kumar y otras personas manifestaron que esperan que el informe de los Papeles de Pandora acelere las acciones para fortalecer la reglamentación financiera internacional, frenar la evasión de impuestos y restringir los modos en que los ricos pueden ocultar sus fortunas. Señaló que una de las principales aportaciones del informe fue evidenciar la complicidad de los banqueros que ayudan a sus clientes más adinerados.

“Cuando tienes tanto dinero y quieres esconderlo de una manera creativa, no puedes hacerlo solo”, comentó. “Necesitas una red de profesionales que te ayuden. Esas personas casi siempre son las encargadas de salvaguardar el sistema financiero”.

 

Rick Gladstone es editor y periodista en la sección Internacional y está radicado en Nueva York. Ha trabajado en el Times desde 1997, cuando comenzó como editor en la sección Negocios. @rickgladstone