Un millón de dólares al mes

La condena que llevan tras sus espaldas los padres de Sam Bankman-Fried, el muchacho que fundó FTX y defraudó intercambiando criptomonedas unos US$ 12.000 millones.

Los padres de Sam Bankman-Fried han estado sintiendo los efectos del presunto fraude de su hijo. Los profesores Joseph Bankman y Bárbara Fried se han visto obligados a dejar de enseñar en Stanford Law por su participación informal, pero muy bien remunerada en FTX, la compañía de intercambio de criptomonedas que su hijo destruyó.

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Los padres de Sam también han expresado su preocupación de que los elevados honorarios legales de su hijo les represente una carga financiera para el resto de sus vidas. Y con su hijo enfrentando un juicio penal en dos semanas, Bankman y Fried ahora parecen cargar su propia condena.

El martes, FTX demandó a los padres de Bankman-Fried, alegando que utilizaron su “acceso e influencia dentro de la empresa para enriquecerse”. Específicamente, la compañía quiere recuperar un regalo de US$ 10 millones de SBF para su mamá y su papá, así como una casa de US$ 16,4 millones en las Bahamas que les compró en febrero de 2022. La demanda afirma que la pareja “sabía las brillantes señales de alerta que revelan que su hijo y otros miembros de FTX estaban orquestando un vasto plan fraudulento”.

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Si bien Joseph Bankman atestiguó que su función en FTX involucraba principalmente al ala filantrópica de la compañía, la demanda cita el hecho de que Bankman era miembro del “equipo administrativo” central de la compañía y que presionó a su hijo para que le pagara un salario muy alto. Después de ausentarse de Stanford Law en diciembre de 2021, Bankman se unió formalmente a FTX como asesor.

Cuando la nómina inicialmente lo tenía con un salario de US$ 200,000, le envió un correo electrónico a su hijo pidiéndole US$ 1 millón. “Vaya, Sam, no sé qué decir aquí”, le escribió Bankman a su hijo. “¡Esta es la primera vez que oigo hablar del salario de 200.000 al año! Poner a Bárbara en copia”.

Bankman obtuvo el salario que quería. Dos semanas después, según la demanda, SBF les dio a sus padres el regalo de US$ 10 millones. Y después de que SBF les compró la propiedad de lujo en las Bahamas, su madre, una abogada de ética, les dijo a los empleados de FTX que les compraran un “sofá, al menos ocho jarrones y cinco alfombras, una de las cuales era una alfombra persa labrada a mano que costaba más de US$ 2,500”, según la demanda.

El caso está nuevamente en el foco de la prensa después de las revelaciones sobre uno de los más grandes escándalos financieros que dejan al descubierto hasta donde puede actuar la falta de ética, el decoro  y la decencia.