Cómo el fuego pone en peligro las metas del Acuerdo de París

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Foto: Getty

Los incendios que están afectando a la Amazonía harán que los objetivos del Acuerdo de París sean más difíciles de alcanzar.

Este tratado busca que la temperatura mundial sea menos de 2°C superior a la que se tenía en la era preindustrial, con el fin de evitar impactos dañinos para el planeta.

Se estima que la pérdida del follaje de los bosques tropicales representa casi el 10% de las emisiones mundiales de carbono.

Los árboles no solo absorben dióxido de carbono de la atmósfera, sino que también atrapan ese carbono.

En este momento, el planeta va rumbo a tener un aumento de 3°C o más en este siglo, según la Organización Meteorológica Mundial. Este aumento significa un gran desafío para los firmantes de París.

Un estudio de 2018 del Global Forest Watch mostró que si la pérdida de la cubierta de los árboles tropicales continuaba al ritmo de entonces, sería casi imposible mantener el calentamiento por debajo de los 2°C.

“Los incendios en la Amazonía brasileña este año representan un desafío para el objetivo climático que nos hemos fijado”, dice Doug Boucher, asesor científico de la Iniciativa de Bosques Tropicales y Clima de la Unión de Científicos Preocupados.

“La preocupación también se debe a que el nuevo gobierno de Brasil ha dado un vuelco a la política de gestión de los bosques y podría deshacer el significativo progreso que el país había visto en los últimos años”.

Los satélites de la NASA han confirmado un aumento en los incendios en la Amazonía brasileña, convirtiendo a 2019 en el año de incendios más activo en esa región desde 2010.

El Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE) calcula que este año los incendios han aumentado un 85% respecto al mismo periodo del año pasado.

El reporte de los satélites

Inicialmente, las dos agencias espaciales parecían tener distintas opiniones sobre la situación, pero ahora parecen estar sintonizadas sobre el tema.

“El INPE también usa datos de incendios activos de Modis, los satélites de la NASA, para monitorear la actividad del fuego en la Amazonía brasileña”, dice Douglas Morton, jefe del Laboratorio de Ciencias Biosféricas en el Centro Goddard de la NASA.

“Como resultado, la NASA y el INPE tienen las mismas estimaciones de cambios en la actividad reciente de incendios”.

Modis ha detectado más incendios en 2019 que el año pasado en los siete estados que comprenden la Amazonía brasileña.

Árboles talados: el “problema real”

El gobierno brasileño ha enviado al ejército para combatir los incendios, mientras que ha rechazado la ayuda internacional para estas labores.

Pero la temporada de incendios acaba de comenzar y existe el temor de que la situación empeore.

“Incluso si los incendios logran contenerse ahora, la verdadera preocupación es la tala de bosques en la región”, dice Boucher.

Explica que tan pronto como se talan los árboles, comienza a liberarse el dióxido de carbono almacenado en ellos, sin importar si se prenden en fuego o no.

Los árboles se talan para despejar los bosques y dedicarlos a la agricultura, la ganadería o la minería.

Los incendios se generan para abrir espacio y para pasar los nutrientes de la vegetación quemada hacia el suelo.

Las emisiones brutas anuales de dióxido de carbono proveniente de la pérdida de la cubierta arbórea en los países tropicales fueron en promedio de 4,8 gigatoneladas por año entre 2015 y 2017, según Global Forest Watch.

Si la deforestación tropical fuera un país, ocuparía el tercer lugar en emisiones equivalentes de dióxido de carbono, solo detrás de China y Estados Unidos.

La Amazonía es la selva tropical más grande del mundo y la parte brasileña de la selva representa casi dos tercios de esta región.

La semana pasada, los incendios en la cuenca amazónica brasileña habían generado emisiones equivalentes a 228 megatoneladas de CO2, según el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de la Unión Europea.

Fronteras de fuego

“La pregunta es qué tan lejos se moverán las fronteras del fuego y cuánto de los bosques restantes serán degradados por el humo de estos incendios”, dice Rod Taylor, director global del programa forestal del Instituto de Recursos Mundiales.

“¿Van a romper el récord de deforestación de principios de la década de 2000?

“Todo esto es muy preocupante con respecto al objetivo climático global”.

Al otro lado de la frontera brasileña, la selva tropical en Bolivia también está ardiendo.

Se estima que el tamaño de los incendios se ha duplicado desde el jueves. Alrededor de un millón de hectáreas se han visto afectadas.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) presentó recientemente un informe que destaca el daño que se está haciendo a la superficie terrestre del planeta.

Dijo que las actividades humanas estaban degradando los suelos, expandiendo los desiertos, talando bosques y expulsando la vida silvestre.

En el proceso, agrega el IPCC, la tierra pasó de ser un activo que combate el cambio climático a una importante fuente de carbono.

Pero los científicos también dicen que la deforestación representa solo una parte del problema climático, y uno relativamente pequeño.

“El problema fundamental en la lucha contra el cambio climático son los combustibles fósiles”, dice Guido van der Werf, científico del clima de la Vrije Universiteit de Ámsterdam.

“Podría ser demasiado temprano para sacar conclusiones sobre cuánto daño climático han causado estos incendios en el Amazonas”.

“E incluso si descubrimos eso, será un pequeño porcentaje de las emisiones mundiales de combustibles fósiles a lo sumo. Pero, obviamente, el Amazonas también tiene muchas otras funciones que sufrirán por la deforestación”.