COP 27: Se trata de África y la acción

Por Tony Blair (tomado de Project Syndicate)
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Cop 27
Foto: cortesía @Cop27p

Sobre la Cumbre del Cambio Climático que se celebra en Sharm el-Sheik (Egipto) desde el pasado 6 de noviembre.

Se espera que la COP27, ya aclamada como “la primera COP para África”, también sea un “COP para la Acción”. Creo que estos dos conceptos, llevar a cabo una acción climática pragmática y poner a África en el centro del debate climático mundial, están inextricablemente vinculados. Para 2050, una cuarta parte de la población mundial será africana, y sus requisitos de energía y desarrollo están aumentando más rápido que en cualquier otro lugar del mundo. Cada vez está más claro que tratar a África y al mundo en desarrollo como verdaderos socios es un requisito previo para hacer realidad una acción eficaz sobre el cambio climático.

Según mi experiencia, los líderes de los países en desarrollo están tan comprometidos con la lucha contra el cambio climático como cualquier líder del mundo desarrollado. Pero también enfrentan tareas domésticas urgentes, como industrializar sus economías, transformar sus sectores agrícolas para alimentar a poblaciones en rápido crecimiento y proporcionar empleos a sus jóvenes.

Lo que se requiere, y lo que creo que podría llegar a verse como el legado duradero de la COP27, es un nuevo consenso entre los países desarrollados y el mundo en desarrollo. En el centro de ese entendimiento debe estar el reconocimiento entre los países más ricos, cuya industrialización y crecimiento económico son en gran parte responsables de causar la crisis climática, que las metas de desarrollo de los países más pobres no son negociables. Las aspiraciones de su pueblo son legítimas y merecen nuestro apoyo para alcanzarlas.

El primer pilar de este nuevo consenso implica que los países más ricos trabajen con países del mundo en desarrollo para formular planes nacionales de transición energética a medida que sean técnicamente posibles, financieramente viables y políticamente aceptables. Estas soluciones energéticas hechas a la medida permitirán que los países de ingresos bajos y medianos persigan sus objetivos de desarrollo más elevados.

Necesitamos que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo emprendan las reformas necesarias para que la inversión fluya hacia proyectos energéticos sólidos y sostenibles. Los países desarrollados deberían cumplir con sus compromisos financieros, siendo sinceros sobre los términos en los que se ofrecen. Lamentablemente, este no siempre ha sido el caso en el pasado, generando desconfianza entre los líderes de los países que se han visto incapaces de hacer planes para sus futuras necesidades energéticas sin un apoyo financiero confiable.

Por su parte, los países en desarrollo necesitan desarrollar sistemas de gobernanza más fuertes para asegurarse de que cualquier financiamiento sea bien utilizado, con el objetivo de crear una cartera de proyectos invertibles. También será necesario avanzar en los próximos años en un nuevo objetivo para el financiamiento climático, que debe estar alineado con las necesidades (centrándose mucho más en los países en desarrollo que en los países de ingresos medios, como es el caso actualmente).

Como ocurre con cualquier otro problema de política, los líderes de todo el mundo deben apoyarse en la tecnología. En todos los principales sectores económicos, la tecnología tiene el potencial de acelerar la reducción de emisiones y proporcionar a los países en desarrollo un camino hacia el desarrollo económico sostenible. Hidrógeno, tecnologías de optimización digital, biocombustibles, captura de carbono: todos son muy prometedores. Necesitan ser ampliados, y rápido.

También se necesita hacer mucho más para crear los mercados que pueden ofrecer estas tecnologías a escala. Por ejemplo, África cuenta con el 60 % de los mejores recursos solares del mundo, pero solo tiene el 1 % de la capacidad solar fotovoltaica instalada. Los planes integrales de transición energética pueden ayudar a abordar esta impactante discrepancia.

La construcción de un nuevo consenso no se completará en una sola cumbre de la COP. Pero este mes se pueden dar pasos vitales, quizás decisivos, en Egipto, antes de que se entregue el testigo a los Emiratos Árabes Unidos, donde los líderes mundiales se reunirán para la COP28 dentro de un año.

 

Tony Blair, ex primer ministro del Reino Unido, es presidente ejecutivo del Instituto Tony Blair para el Cambio Global.