El G 8 se transformó en G 7

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En un comunicado, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Estados Unidos, Canadá y Japón indicaron que las acciones de Rusia en las últimas semanas no son congruentes con los principios del grupo y suspendieron una cumbre en Sochi.

El G-7 no participará hasta nuevo aviso en encuentros con Rusia, tal como el previsto en junio, en el marco de una cumbre del G-8, e informó estar dispuesto a aprobar sanciones conjuntas contra el gobierno del Kremlin en caso de que así lo exijan las políticas rusas en relación con el conflicto ucraniano. En un comunicado emitido ayer en La Haya, los integrantes del G-7 (Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Estados Unidos, Canadá y Japón) indicaron que las acciones de Rusia en las últimas semanas no son congruentes con los principios del grupo, por lo cual, en lugar de la reunión prevista inicialmente por el G-8 en la rusa ciudad de Sochi, se celebrará una cumbre del G-7 en Bruselas. Ese encuentro excluirá a Rusia, aislada por las principales potencias debido a la estrategia que ha aplicado en relación con la península ucraniana de Crimea. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que la posibilidad de que Rusia deje de formar parte del G-8 -tras la anexión de la república autónoma de Crimea- no es un gran problema para su país.

El comunicado del G-7 condena el referéndum prorruso celebrado en Crimea, destaca que la anexión de la península viola el derecho internacional y que ese paso no es reconocido por el grupo. Asimismo, destaca que los integrantes del G-7 evaluarán la aprobación de sanciones conjuntas significativas que tendrían un importante impacto en la economía rusa en caso de que el Kremlin siga adelante con una estrategia que hace aumentar la tensión en la región.

“Suspenderemos nuestra participación en el G-8 hasta que Rusia cambie de curso de acción y el contexto vuelva adonde el G-8 es capaz de sostener una discusión significativa”, destaca el escrito publicado ayer. El G-7, convocado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al margen de la Cumbre de Seguridad Nuclear para tratar de adoptar una posición común frente a Rusia tras la anexión por parte de Moscú de la región autónoma ucraniana de Crimea, abogó también por suspender otras reuniones previstas con Rusia. En concreto, se refirieron a la reunión de ministros de Exteriores del Grupo, prevista para abril en Moscú -bajo la actual presidencia rusa del G-8-, y apuntaron que acordaron que sus ministros de Energía “se reunirán para discutir maneras de reforzar nuestra seguridad energética colectiva”. Recordaron que el G-8 se reunía por sus “creencias y responsabilidades compartidas”, y señalaron que las acciones de Rusia en las últimas semanas no son consistentes con ellas. Los líderes también reafirmaron su apoyo por la soberanía, integridad territorial e independencia de Ucrania.

“La ley internacional prohíbe la adquisición de parte o la totalidad del territorio de otro Estado a través de la coacción o la fuerza”, declararon, y subrayaron que tal supuesto viola el sistema internacional.

“El G-8 es un club informal, no hay credenciales de membresía. Nadie puede echar a nadie”, dijo el ministro de Exteriores Ruso, Serguei Lavrov, y recordó que Rusia participa en otros formatos de reuniones internacionales como el G-20 (que agrupa a los países más industrializados y emergentes), el Cuarteto para Oriente Medio (Naciones Unidas, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia) o el Grupo 5-1 para negociar con Irán sobre su programa nuclear (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, además de Alemania).

“No nos parece un gran problema que el G-8 no se reúna. Se puede esperar un año o un año y medio y ver cómo funciona todo sin este formato”, comentó Lavrov, que representó a su país en La Haya luego de que el presidente Vladimir Putin cancelara su asistencia en la Cumbre sobre Seguridad Nuclear.

El jefe de la diplomacia rusa también confirmó que mantuvo, en el marco de la Cumbre de Seguridad Nuclear, la primera reunión con su homólogo ucraniano, Andrei Deschitsa. Sin entrar en detalles sobre el encuentro, Lavrov recordó que su país ya planteó hace semanas mantener contactos con miembros en funciones de la Rada (el legislativo ucraniano). “No sé cuál de los contactos ha sido el más fructífero”, apuntó.

Lavrov también hizo referencia a la entrevista mantenida ayer en La Haya con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ante quien defendió el respeto por el resultado del referendo sobre la anexión de Crimea a Rusia -considerado ilegal por Estados Unidos y la Unión Europea-, así como la importancia de “evitar las atrocidades de los radicales” en la zona.

“Vemos la necesidad de proteger a los rusos que viven ahí desde hace cientos de años”, dijo, a la vez que comparó la situación de Crimea con la de Kosovo, antigua provincia serbia que declaró unilateralmente su independencia. Consultado sobre la firma de los capítulos políticos del acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania, Lavrov indicó que sólo representa “una vigésima parte” del total del acuerdo ofrecido por Bruselas a Kiev, que en su versión completa incluye un tratado de libre comercio.

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