El inútil frenesí de vidas gastadas sedientas de más

Por dat0s con Agencias
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Foto: Paul Daly |AP

La guardia marina de los Estados Unidos comenzó a retirar del mar las partes que quedaron del irreconocible sumergible de OceanGate.

La tragedia del sumergible Titan -que alude al Titanic- es una de esas tragedias imprevisibles que se conocen porque en el ritmo alucinante en el que vive el mundo moderno, lo menos inimaginable es que un viaje a las profundidades al Atlántico Norte, donde descansan los restos del Transatlántico que para su época era lo que viene a ser hoy el Titan, el frenesí de gastar US$ 250.000, una locura ajena para tan triste descomposición que acaba en pocas horas en una tragedia.

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Durante cuatro noches el mundo hilvanó teorías como quien teje una bufanda. El tiempo volaba a contrarreloj y las pocas pistas acerca del paradero y el estado del sumergible se convirtieron en fuente de inspiración para dar respuesta a la única pregunta que parecía sobrevolar el Atlántico: ¿Qué ha pasado con el Titan y con la vida de los cinco pasajeros que transportaba, entre ellos un jovenzuelo de apenas 19 años que se habría resistido a viajar en esa cápsula de poco más de seis metros de largo, para observar por la escotilla una de las tragedias más impactantes que dio para escribir el guion de un film espectacular: “Titani”.

En el Titan viajaban el empresario británico Hamish Harding, el empresario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y Stockton Rush, CEO y cofundador de OceanGate.

Primero fueron aquellos sonidos. Una firma acústica que interceptó la Armada norteamericana a través de una red de sensores especiales que se despliegan en el océano, y que terminó por impulsar la esperanza de aquellos que velaban por la vida de sus cinco pasajeros. Sin embargo, a esta le siguió otra pista que fulminó las mejores hipótesis y dejó la “implosión catastrófica” como única vía posible. Se trató de la aparición de partes del artefacto de OceanGate.

 Las piezas, rescatadas y fotografiadas

En concreto, funcionarios del cuerpo marítimo norteamericano encontraron cinco piezas diferentes de escombros. Entre ellas parte del cono y de la cámara de presión. La extirpación del cuerpo total del sumergible solamente podía significar una cosa. El diagnóstico era el peor.

Y ahora, estas piezas han sido rescatadas desde el fondo marino. Algunas cámaras han captado el momento en el que los trabajadores del muelle canadiense de St. John’s, en Newfoundland, las sacaban del agua. Una gran pieza blanca de metal curvado, otro pedazo lleno de cables y otras partes mecánicas son la huella de la tragedia.

Los escombros se han cubierto con grandes láminas de lona antes de ser retirados por grúas. La última vez que estas piezas vieron la luz del día desde la superficie fue antes de que el Titan se sumergiera con destino al Titanic. No completó su travesía y terminó por implosionar antes de alcanzar el mítico Trasatlántico.