En la última semana el S&P 500 – índice que acompaña las acciones de grandes empresas negociadas en las bolsas de Estados Unidos – subió 301 puntos, o 12%. Fue el mejor desempeño en 46 años. En la misma semana, el número de americanos muertos por el Covid-19 creció 11.499 o 161%. Fue el mejor desempeño del coronavirus en todos los tiempos. Así parece un buen momento para revaluar la creencia de que el buen desempeño en los mercados de acciones refleja un escenario positivo para la humanidad.
Analizando: Donald Trump, publicó el siguiente tuit: ¡This week, in only 4 days, we had the biggest Stock Market increase since 1974. We have a great chance for the really big bounce when the Invisible Enemy is gone! (¡Esta semana, en apenas 4 días, tuvimos la mayor alza en el mercado de acciones desde 1974. Tenemos grandes posibilidades de una buena recuperación cuando el enemigo invisible se haya ido!)
En cuanto eso, el número de muertos por Covid-19 en ese mismo día de la semana pasada pasó de 2 mil por primera vez. De acuerdo con un gerontologista de San Diego, es la principal causa de muertes en EEUU, superando las campañas tradicionales -enfermedades cardiacas y cáncer. Nuevos datos señalan que el Covid-19 está matando afro-americanos y latinos en la ciudad de Nueva York a una tasa dos veces superior a la de los blancos, porcentaje que también aparece en el resto de ciudades del país.
En la semana pasada, más de 6 millones de norteamericanos entraron con pedido de seguro/desempleo. El economista-jefe de la RSM, una de las más grandes empresas de contabilidad del país dijo que “el mercado de trabajo americano continua invariable”. El total acumulado de desempleados reciente es de 16,8 millones de personas, o cerca de uno de cada 10 trabajadores.
Con norteamericanos perdiendo sus empleos y preocupados con el hambre, el sistema económico incentivo a los agricultores a destruir a propósito su producción. Por lo menos 60 mil galones de leche fueron derramados en depósitos de estiércol, el último lugar en el que gustaríamos ver la comida. Vacas lecheras fueron enviadas al matadero. Huevos de gallina fertilizados fueron aplastados.
Un informe enviado a la Casa Blanca el martes pasado por la Academia Nacional de Ciencias sembró dudas a la esperanza de que el nuevo coronavirus disminuya su acción naturalmente durante la primavera y el verano. “No se debe esperar una diminución de casos con el aumento de la humedad y las temperaturas en la región”, explicó el informe. “Las cepas de influenza pandémicas no exhibirán el padrón estacional típico de las cepas endémicas e epidémicas”.
En medio de todo este clima adverso, el presidente Trump parece creer que el Covid-19 es una enfermedad causada por bacterias, no por virus. La diferencia entre bacterias y virus generalmente es una lección aprendida alrededor de quinto de primaria cuando los alumnos tienen una edad promedio de 10 años.
La combinación de esas dos noticias con el buen desempeño de los índices de las acciones, tornan difícil dejar de pensar que los mercados se aprovechen activamente del sufrimiento humano. Durante la década de 1990, por ejemplo, cuando empresas anunciaban dimisiones en masa, los índices subieron exponencialmente.
Mirando esos vicios, el comportamiento reciente del mercado de acciones es comprensible. Como explica Dean Baker, economista senior del Centro de Pesquisa Económica y Política en Washington: “El alza reciente significa que los inversionistas están apostando que el Congreso y Trump les darán mucho dinero”.
Ese es el verdadero significado de esta extraña combinación de eventos la semana pasada. Su abuela puede morir de Covid-19 minutos después de recibir alta del hospital. Profesionales de los servicios en salud pueden ser forzados a protestar por no recibir equipamientos básicos de protección individual. Incluso esto es irrelevante. Nada importa, del punto de vista del mercado de acciones. Lo que todos debemos entender ahora es de forma clara que él puede prosperar vertiginosamente, mismo con los Estados Unidos desintegrándose a su alrededor.