El siglo verde

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La marihuana ha sido legalizada en Uruguay y hay un clima favorable para  que el cáñamo siga los mismos pasos en otros países.

La hoja de coca ha encontrado un sucedáneo en la planta de donde se extrae la marihuana que este año ha sido legalizada en Uruguay, igual que en California, EEUU para fines medicinales. Se cree que el comercio legal  de la planta reportará multimillonarios ingresos en esos países.

Los legisladores uruguayos que han promovido la despenalización destacan que se trata de “sacarle peso al narcotráfico”. Los fumadores uruguayos podrán comprar hasta 40 gamos de cogollos de marihuana por mes a un precio de US $2.5 por gramo. La droga se expenderá en determinadas farmacias de todo el país.

Este fenómeno ha destapado el interés de grandes industrias que posan los ojos en Uruguay. Existe una cola de empresarios internacionales aguardando por la apertura de este mercado. Entre ellos la poderosa compañía holandesa Green House Seeds Company, considerada el mayor banco de semillas de marihuana del mundo, desde que se anunció públicamente que había voluntad de legalizar el porro, la marca de los Países Bajos viene patrocinando, junto con otras empresas, actividades como la exitosa Cannabis Cup uruguaya, además de talleres de cultivo. Después de una serie de demoras en la Cámara de Diputados, el proyecto de ley fue finalmente aprobado en Senadores. “Como una alternativa a la guerra a las drogas, que en países como México han costado 60.000 vidas, nosotros proponemos la   regulación responsable”, han dicho sus promotores. La regulación asesorada por la Junta Nacional de Drogas, no sólo incluirá el control de la producción y la venta, sino que también se podrá plantar, formar clubes de cultivo de cannabis de hasta 45 socios y fumar libremente en la vía pública.

El presidente de Uruguay Pepe Mujica no sólo avala el cambio, sino que fue el impulsor de un proto-proyecto de regulación del mercado, continuando así, el mandatario, con la saga libertadora de asuntos polémicos: el aborto, seguido del matrimonio igualitario, y ahora el consumo y cultivo de marihuana.

El Gobierno otorgará licencias a firmas privadas que pretendan investigar en los distintos usos del cáñamo con fines industriales de todo tipo, y garantizará su acceso para uso medicinal. Un informe de la  ONU de 2011 situó al país como uno de los quince en los que, proporcionalmente, más habitantes fuman al menos una vez al año (entre el 4 y el 6 por ciento de la población), por sobre Argentina y Brasil.

Sólo parece haber un factor que genera paranoia, y es el hecho de tener que registrarse en una lista oficial, tanto para acceder a la marihuana como para declarar si tienen o no plantas en casa. El Instituto de Regulación y Control de Cannabis (IRCCA) será el órgano responsable de llevar a cabo las eventuales

inspecciones.

El boom del negocio en California

Después de que California levantara las restricciones sobre la cantidad de marihuana que se puede tener o cultivar, el enorme crecimiento en el número de casas de cultivo está causando estragos ambientales en el Estado. La demanda de marihuana medicinal es tal que han surgido grandes casas de cultivo cuya única preocupación es producir la mayor cantidad de porro posible. Los científicos afirman que los cultivadores desvían 68 millones de litros de agua por año en el norte de California lo que pone al salmón del Pacífico en peligro de extinción. En los últimos tres años, el número de casas de cultivo en una  franja del Triángulo Esmeralda pasó de 550 a 1.100, lo que ha incrementado la presión en una tierra ya agotada por décadas de explotación forestal. El panorama en los parques nacionales es aún más sombrío. Hay miles de casas de cultivo en Redwoods, Sierras y Yosemite y muchas veces se los relaciona con los carteles de drogas mexicanos, donde han demolido montañas, arrasado bosques enteros y puesto en peligro a muchas especies, debido al uso de pesticidas.