Jesucristo un gran comunicador perseguido

Por Redacción dat0s con Agencias
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El faro espionaje, pegasus
Foto: Rodrigo Sura/EPA vía Shutterstock

No importa cuánto te asemejes a Jesucristo si tienes la capacidad para elaborar tuits tan cortos como lo hacía hace dos mil años con el modelo de no más de los 140 caracteres máximos de Twitter, usados sistemáticamente por el hijo de Dios con frases incisivas como “conviértete que el reino de Dios está cerca”. El mundo no parece haber cambiado desde entonces demasiado ya que un grupo de periodistas de El Faro –portal digital salvadoreño- demandan al fabricante de software espía Pegasus

Esa gran necesidad de comunicar sigue tan intacta como intacta la persecución que en su caso lo llevó a ser perseguido primero y luego crucificado en el Gólgota. La comunicación hoy en día parece atravesar señales de descomposición. Regímenes autoritarios que restringen la libertad de información se encargan, siempre lo han hecho, de apoyarse en escuchas ilegales, pasando por amedrentamiento, presión económica, hasta la muerte. Son tiempos difíciles para la libertad de expresión en todas partes dependiendo el alcance.

15 periodistas de El Faro, periódico digital salvadoreño, han presentado una demanda contra el fabricante del software espía Pegasus, empresa tecnológica israelí, “de violaciones a la ley de abuso y fraude informático”, según ha informado el medio a través de Twitter.

La denuncia en concreto detalla que más de la mitad de los teléfonos de sus trabajadores estuvieron intervenidos entre junio de 2020 y noviembre de 2021, durante el mandato del presidente Nayib Bukele. El espionaje fue dirigido contra varios cargos del diario: editores, redactores, miembros de la junta directiva y hasta personal administrativo. La demanda fue presentada en la misma corte en la que Apple demandó a NSO en 2021 por aplicar “vigilancia sofisticada” con Pegasus empleando teléfonos iPhone. Se calcula que el medio sufrió 226 intervenciones distintas.

De acuerdo a Carlos Dada director de El Faro, la demanda es un precedente para que las empresas que distribuyen programas espía sepan que atacar la libertad de prensa tiene consecuencias. “Buscamos un tribunal en otro país porque no existe posibilidad en El Salvador de obtener justicia”, dice Dada.