La creciente infiltración del crimen en el poder público

Por Veja con edición dat0s
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lavado de dinero

Facciones criminales tratan de cooptar a miembros del sistema judicial y de la política en AL.

Las operaciones del Primeiro Comando da Capital (PCC) no solo se circunscriben al narcotráfico de cocaína que proviene de Bolivia y Colombia, la organización criminal ha tejido una red de colaboración de servidores públicos, que hace temer que la política está cada vez más involucrada en las organizaciones mafiosas en América Latina.

Un reporte de la revista Veja precisa que el pasado martes 16, la policía y el Ministerio Público tocaron las puertas de decenas de domicilios en doce ciudades de São Paulo para ejecutar 42 órdenes de registro e incautación y quince órdenes de detención.

El saldo de la operación incluyó 4 millones de reales en cheques y dinero en efectivo, armas, municiones, teléfonos móviles, ordenadores y lo más relevante: tres concejales detenidos, dos de ellos ex presidentes de Cámaras Municipales –uno del MDB, uno del PSD y el otro de Podemos—, bajo acusaciones de formar parte de un grupo que trabajaba para blanquear dinero del Primeiro Comando da Capital (PCC) a través de contratos de gestión de personal público con municipios, por montos superiores a los 200 millones de reales. La ofensiva expuso una vez más la creciente –y muy preocupante– contaminación del poder público por los negocios turbios de la facción criminal más grande del país.

La penetración del PCC

El nivel de alerta ya se había elevado a otro nivel la semana anterior, en otra operación en São Paulo, cuna de la organización criminal. Un megaoperativo demostró la vinculación del PCC con el sistema de transporte de pasajeros de la ciudad más grande del país. Los directores de dos empresas de autobuses fueron destituidos bajo sospecha de formar parte de un plan de blanqueo de dinero de la facción a través de contratos públicos. En conjunto, Transwolff y UpBus transportan 15 millones de pasajeros al mes en la capital de São Paulo y ganaron 870 millones de reales en 2023 (unos 16 millones de dólares). Como era de esperar, la investigación puso de relieve fallas en la supervisión de los contratos, ya que los miembros de la banda condenada por trata eran formalmente miembros de los directorios de empresas contratadas por el municipio: la investigación podría tener implicaciones para la conducta de los agentes públicos. Cuatro empresas más están bajo investigación.

Combinación de dinero sucio e infiltración política

La estrategia de la facción criminal de utilizar los servicios públicos para blanquear dinero sucio ya era perceptible desde los años 1990. En 2020, un operativo identificó que miembros de la facción controlaban todo el sistema de salud y recolección de basura del municipio de Arujá, en la región metropolitana de São Paulo, controlando sesenta clínicas médicas y organizaciones sociales que administraban un hospital y un centro de salud.

Los operativos revelan las lecciones aprendidas por el PCC de organizaciones mafiosas que crecieron a base de una combinación de dinero sucio, negocios legítimos e infiltración política. “Durante muchas décadas, la mafia italiana, por ejemplo, participó en licitaciones públicas para blanquear dinero o diversificar sus negocios. Lo mismo ocurre con el PCC”, dice Leandro Piquet Carneiro, coordinador de la Escuela de Seguridad Multidimensional (ESEM-USP).

La utilización de empresas fantasma para insertar dinero ilícito en el mercado formal está en el origen del propio delito de blanqueo de capitales, que recibió este nombre por Al Capone. El mafioso italoamericano que dominó Chicago en la década de 1920 utilizaba lavanderías para limpiar no sólo ropa sino también dinero sucio.

Investigadores e policías consideran, sin embargo, que el PCC comenzó a utilizar esquemas de lavado a partir de la década de 2000. Inicialmente, el grupo utilizó mecanismos más simples, como la adquisición de propiedades y vehículos y el uso de gasolineras y pequeños negocios, como tiendas y panaderías. En 2012, la organización criminal recaudaba 20 millones de reales (unos 3.5 millones de dólares) al año, la mayor parte gracias al tráfico, pero también a través de rifas, ayudas de miembros y pagos mensuales a los involucrados.

La cocaína de Bolivia y Colombia

Aunque algunos miembros de la organización ya estuvieron en contacto directo con productores de cocaína en Colombia y Bolivia entre 2008 y 2010, los investigadores señalan que en 2016 el año en el que la facción ingresó efectivamente al mercado internacional de la droga, lo que le dio al PCC un nuevo estatus. Con la expansión a Europa, África y, más recientemente, Asia, los ingresos estimados hoy rondan los 5 mil millones de reales por año (unos 900.000 mil millones de dólares).

Con la necesidad de calentar tanto dinero ilícito y la represión de las autoridades contra las prácticas de lavado ya conocidas, la facción necesitaba buscar formas nuevas y más sofisticadas de transformar el dinero malo en dinero bueno. Un ejemplo es el uso de herramientas financieras modernas –aún menos supervisadas– como las criptomonedas y las fintechs (startups de crédito) y las digitales, que permiten grandes transacciones alejadas de los ojos de las autoridades públicas. Por eso, ha sido más frecuente la participación del Coaf, organismo del gobierno federal especializado en la lucha contra el lavado de dinero, y de la Hacienda Federal, que trabajó con el Ministerio Público y la policía en recientes operativos en São Paulo.

El uso de empresas financieras digitales se considera una evolución en relación con los grandes cambistas, que todavía son ampliamente utilizados por la banda. Sólo en 2020, un informe del MP señaló el envío de 1.200 millones de reales a Paraguay a través de este servicio.

Para garantizar el funcionamiento adecuado de la maquinaria criminal, las facciones han estado tratando de cooptar a miembros del sistema judicial y de la política.