La pandemia deja apenas 19% de vacunados en los países pobres

Por dat0s con Agencias
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OMS covid

La pandemia contagió a 765, 22 millones de personas y mató a 6, 97 millones en el mundo.

La OMS ha declarado el fin de la pandemia que se desató en la ciudad china de Wuhan provocando la peor crisis sanitaria comparada con la peste bubónica en el medioevo o la gripe española a principios del siglo pasado. Al marcar el registro del fin de la Covid-19 se han registrado 765,22 millones de contagios, 6,92 millones de muertes y se han aplicado 13,38 billones de vacunas en el planeta, según la plataforma Our World Data. El nivel más alto de alerta fue mantenido por casi tres años. A pesar del dato la OMS considera que el mundo vive una “pandemia en andamiento” una vez que el virus sigue en circulación.

Mientras la OMS hace el anuncio, uno de los hombres más ricos del planeta, a saber, Bill Gates, amo de Microsoft, (la compañía más valiosa del mundo con US$ 2,47 mil millones) se atreve a anunciar una nueva pandemia en los próximos años, mientras se esfuerza por llevar a cabo sus adelantos siniestros de la IA.

Sea como sea, lo que sobrevenga, la industria biotecnológica no está haciendo lo suficiente para mitigar los determinantes sociales de las disparidades en los resultados de salud y el acceso a tratamientos médicos. Las empresas podrían abordar estos desequilibrios dañinos con fondos equitativos de investigación y desarrollo, un enfoque inclusivo para los ensayos clínicos e inversiones en programas de uso compasivo.

En ese momento, solo el 19 % de la población en los países de bajos ingresos esta vacunada, en comparación con el 75 % en los países de altos ingresos.

A pesar de este desequilibrio, los países más ricos sufrieron mayores pérdidas de años de vida per cápita que los países más pobres, una paradoja que destaca cómo la desigualdad en salud existe en muchos niveles.

En los Estados Unidos, por ejemplo, los datos acumulados muestran que las personas de color experimentaron tasas más altas de infección y muerte por COVID-19 que las personas blancas. La disparidad se puede atribuir a los determinantes sociales de la salud, los factores no médicos que desempeñan un papel fundamental en los resultados clínicos. Sufrir discriminación institucional y estructural, alfabetización en salud reducida o barreras culturales y de idioma hace que sea difícil vivir la vida más larga y saludable.