Al menos 120 personas han muerto y decenas han resultado heridas en varios ataques terroristas coordinados en París ocurridos alrededor de las diez de la noche, según el recuento provisional de la policía. El fiscal de la República, François Molins, ha indicado que cinco terroristas han sido “neutralizados”. Varios atacantes con fusiles de asalto han protagonizado al menos tres tiroteos en los distritos 10 y 11 de la capital. El más grave se ha producido en la conocida sala de fiestas Bataclan, situada en el número 50 del Boulevard Voltaire, donde han fallecido más de 80 personas, según fuentes policiales. A media noche, el presidente François Hollande ha decretado el estado de emergencia en toda Francia y ha anunciado el cierre de fronteras -poco después, el ministro de Exteriores informó de que los aviones y trenes seguirían operando- y la movilización de más fuerzas militares en el país, en torno a 1.500 soldados extra. Unas horas después, Hollande ha manifestado que el “combate [contra los terroristas] será sin piedad”.
El fiscal de la República ha indicado que dos personas han muerto en el Estadio de Francia; 18, en el Boulevard de Charonne; una en el Boulevard Voltaire; cinco en la Rue de Fontaine-au-roi, y 14 en la Rue Alibert. Salvo el Estado de Francia, los otros lugares se encuentran en los distritos 10 y 11. Las víctimas de la sala Bataclan aún no están contabilizadas.
En las inmediaciones de la sala ha habido al menos dos tiroteos, uno de ellos en la calle Charonne. Los atacantes tomaron a decenas de rehenes del interior de Bataclan. Dos horas después del ataque a la sala de fiestas, se escuchaban disparos aislados en el interior y en el exterior. Un testigo aseguró que, mientras disparaban, los atacantes gritaron “Allahu Akbar” (Dios es el más grande). Benjamin Cazenives, que estaba en el interior dijo a una amiga, que a su vez trasladó la narración: “Estoy vivo. Solo tengo unos cortes. Una carnicería. Cadáveres por todas las partes”. Es el mensaje que puso en las redes sociales.
Poco antes de la una de la madrugada (hora española), la fuerzas especiales francesas han entrado en la sala de conciertos y en pocos minutos han informado del término de la operación. Cuatro de los asaltantes del Bataclan murieron, tres de ellos tras activar sus cinturones de explosivos, según informó la policía. Tras la operación, los canales han mostrado cómo miembros del cuerpo de bomberos sacaban cadáveres del interior de Bataclan.
Las calles próximas a los lugares de los tiroteos han sido cerradas al tráfico. La plaza de la República es una de las cercadas por la policía. A la zona han llegado también equipos de bomberos movilizados. El jefe de una de las unidades antiincendios ha dicho a sus subordinados: “París está en guerra”. Las zonas atacadas están cerca de la sede de la revista Charlie Hebdo, donde en enero fueron asesinadas doce personas por dos yihadistas.
“Había sangre por todos los lados. Han disparado sobre la multitud. Tenían metralletas y han disparado en todas las direcciones”, han contado personas que han logrado huir de la sala en medio del tiroteo y cuyos testimonios se han difundido a través de redes sociales.
Uno de los ataques se ha producido cerca del restaurante Petit Cambodge. Uno de los clientes ha contado que, en ese caso, el tiroteo se prolongó durante más de medio minuto. Hacia las 23.30, personas que se encontraban cerca del gran centro comercial de Les Halles, en las proximidades del ayuntamiento de París, aseguraron que habían escuchado disparos en el interior del local.
También alrededor de las 22.00 horas, se han registrado tres explosiones en las proximidades del Estadio de Francia, en el que jugaban un partido amistoso las selecciones de fútbol de Francia y Alemania. Tres personas han resultado muertas. La policía especula con la hipótesis de un ataque suicida. Al menos una de las explosiones fue provocada por una bombona de gas que tenía adosadas piezas metálicas, según una persona que vio el artefacto antes de que estallara. Las explosiones se produjeron en el descanso del partido.
El presidente François Hollande, que se encontraba en el estadio, ha sido evacuado en helicóptero. Se ha dirigido de inmediato al Ministerio del Interior, donde se ha establecido una célula de crisis en el sótano del ministerio. El Ejecutivo ha puesto en marcha el plan Rojo Alfa, concebido para casos de ataques múltiples.
En una intervención televisada, Hollande ha declarado esta madrugada el “estado de emergencia” en todo el país. El presidente, que ha sido la primera autoridad en calificar los sucesos de “ataques terroristas”, ha dicho que ese estado de urgencia conllevará numerosas detenciones por todo el país y “el cierre de fronteras” para evitar que entren nuevos terroristas o que huyan los que puedan encontrarse en el interior. También supondrá restricciones en la circulación. “Es un horror. Hemos movilizado a todas las fuerzas. Sabemos de dónde vienen y quiénes son”.
Hollande ha convocado un Consejo de Ministros extraordinario para esta misma noche que será el encargado de aprobar esas medidas concretas del estado de urgencia. El presidente ha anunciado también la movilización de fuerzas militares basadas en París y alrededores. Añadió que Francia se enfrenta a una gran “prueba de unidad y sangre fría”.
Los ataques han coincidido con el primer día de la alerta policial especial lanzada por la Cumbre del Clima que se celebrará en París entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre. Desde este viernes, y durante un mes, Francia ha dejado en suspenso el acuerdo de Schengen y ha restablecido controles fronterizos.
El Gobierno y las fuerzas de seguridad esperaban algún ataque terrorista en Francia, el país occidental más amenazado por los yihadistas. Desde los ataques del pasado enero, cuando murieron 17 personas en la capital, la policía ha desbaratado más de media docena de atentados. El último, a finales del mes pasado. Desde comienzos de año, más de 7.000 militares patrullan por las calles o vigilan centros públicos.