¿Por qué Nigeria trató de prohibir campaña por las niñas secuestradas?

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En abril, más de 200 niñas fueron secuestradas desde su escuela en Chibok, un pueblo en el norte de Nigeria. Los padres, junto a un grupo de activistas que los apoyaba en su causa por la liberación de las adolescentes, comenzaron a marchar por la capital, Abuya. En sus manos tenían carteles con la frase Bring Back Our Girls(Devuelvan Nuestras Niñas).

Pronto esas cuatro palabras tomaron una fuerza inesperada. El hashtag se volvió viral en redes sociales y los medios internacionales hicieron eco del fenómeno.

El grupo radical islámico Boko Haram se adjudicó el asalto, mientras la comunidad internacional rechazaba la acción.

Potencias como EE.UU. y Reino Unido comprometían ayuda logística para dar con el paradero de las niñas, mientras personalidades como la primera dama estadounidense, Michelle Obama, la activista paquistaní por la educación Malala, la modelo británica Cara Delevingne y el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, se fotografiaban con carteles con la etiqueta.

Sin embargo, el lunes el gobierno del presidente Goodluck Jonathan, a través de la policía de Abuya, decidió prohibir cualquier manifestación relacionada con el movimiento.

El grupo dijo que la medida atentaba contra sus derechos constitucionales y decidió apelar en la Corte.

“Estamos seguros de que la Corte reafirmará que podemos ejercer nuestros derechos constitucionales y que, por lo tanto, podremos seguir con nuestra protesta”, le dijo a la BBC Jibrin Ibrahim, director del Centro por la Democracia y el Desarrollo de Abuya y miembro de Bring Back Our Girls.

El rechazo a la medida, no sólo en Nigeria, sino a nivel mundial fue tal que menos de 24 horas después la policía emitió un comunicado diciendo que la medida no era una prohibición, sino una recomendación y que las protestas pacíficas se seguirían permitiendo.

Pero, ¿por qué quiso Nigeria vetar la campaña para liberar a las niñas secuestradas?

BBC Mundo conversó con Naziru Mikailu, periodista nigeriano del Servicio Hausa de la BBC, y con Nick Ericsson, editor de planificación regional del Servicio Africano de la BBC, para entender las posibles razones.

1. Amenaza a la seguridad

Desde el secuestro, día tras día el grupo liderado por familias y activistas, se reúnen en la Fuente de la Unidad. “Es una plaza grande, con árboles”, cuenta Milaiku.

Son cientos de personas con sillas y carteles las que se instalan allí.

La plaza queda frente a uno de los hoteles más emblemáticos de Abuya, el Hilton y, según las autoridades, una aglomeración de gente cada vez mayor es peligrosa.

El comisionado de la policía de la capital nigeriana, Joseph Mbu, aseguró que las manifestaciones constituían hoy una “seria amenaza de seguridad”.

“Pueden haber grupos criminales que aprovechen la concentración para hacer un atentado o explotar una bomba. Como el propio Boko Haram”, explica Mikailu.

A esto se suma que las últimas semanas ha habido algunas discusiones entre los manifestantes y un grupo que defiende la actuación del gobierno, el cual ha aparecido en la plaza para molestar a quienes protestan, según cuenta Mikailu.

2. “Culpen a Boko Haram”

A pesar de que la única razón aducida por el gobierno de Jonathan fue “motivos de seguridad”, el editor de planificación del Servicio Africano de la BBC afirma que hubo otros motivos respecto de la prohibición original que no se comentan en la versión oficial.

“No es el discurso oficial, pero se sabe que el tono con es ‘¿por qué nos culpan a nosotros? Dirijan su rabia contra Boko Haram'”, le explica Ericsson a BBC Mundo.

Aunque no nació como un grupo antigubernamental, los escasos resultados en la búsqueda de las niñas y el cuestionado manejo inicial -que incluyó incluso la negación del secuestro- ha hecho que los dardos de Bring Back Our Girls apunten contra el gobierno de Jonathan.

“No es una protesta contra el gobierno, pero su molestia está dirigida hacia ellos”, asegura Ericsson.

3. El peligro opositor

Otra de las razones no mencionadas por el gobierno -y quizá la más importante- es el temor a la politización que ha tenido el discurso del movimiento, según explican los dos expertos de la BBC.

Nigeria celebrará elecciones presidenciales en febrero del próximo año. Tras el secuestro de las adolescentes, Bring Back Our Girls se volvió viral y el mundo puso los ojos en el país africano. Y la evaluación del gobierno no ha sido necesariamente favorable.

“El noreste de Nigeria históricamente no vota por el actual gobierno, por lo que era prácticamente ignorado por éste hasta el fenómeno Bring Back Our Girls. Ahora el mundo los observa. Es vergonzoso. Creen que prohibiendo una protesta en la calle van a parar un fenómeno social. Hay un interés global en su incompetencia [para encontrar a las niñas]”, explica Ericsson.

Sin embargo, el gobierno ve a Bring Back Our Girls como “un partido político, más que un movimiento social”, asegura el editor. Y, en ese contexto, lo mejor es acallarlo.

“Algunos del gobierno creen que hay una complot de algunos políticos de oposición detrás del movimiento”, complementa Mikailu.