Rusia reconoce el envío de militares a Venezuela
Finalmente, Rusia ha reconocido que ha enviado a militares a Venezuela. El Gobierno de Vladímir Putin ha tratado este martes de acallar las sospechas y las críticas desatadas este fin de semana tras la llegada a Caracas de dos aviones con un centenar de soldados a bordo. La presencia de “especialistas” de Rusia en suelo venezolano, ha afirmado la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, “cumple con la Constitución” y se debe a “un acuerdo de cooperación técnico-militar” firmado hace años entre Rusia y Venezuela. Moscú no ha aclarado sin embargo cuál será la misión de los soldados rusos en el país latinoamericano.
Moscú, uno de los mayores aliados del régimen de Nicolás Maduro, no había reconocido hasta ahora oficialmente la presencia de militares rusos en Venezuela, pese a las informaciones y evidencias publicadas por los medios. A ello se suma el despliegue de unas baterías antiaéreas rusas S-300 por parte de las Fuerzas Armadas bolivarianas en los alrededores de Caracas.
Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente interino de Venezuela, ha asegurado, sin embargo, que la presencia de militares rusos viola la Constitución. “Parece que (el Gobierno de Nicolás Maduro) no confía en sus propios militares y tiene que traerlos del extranjero”, ha declarado Guaidó en el Parlamento. Alrededor de un millar de militares venezolanos han desertado ya. Y lograr que esa cifra aumente es el objetivo de Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por una cincuentena de países.
La Organización de Estados Americanos (OEA) aseguró el lunes que la llegada de tropas rusas a Caracas es “un acto lesivo” para la soberanía venezolana. “Es inadmisible que un Gobierno extranjero tenga programas de cooperación militar con un régimen usurpador que ha sido declarado ilegítimo por resoluciones y derecho interamericano, lo cual atenta además contra la paz y seguridad hemisférica”, aseguró la OEA en un comunicado.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, advirtió el mismo domingo al ministro de exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que Washington no permanecerá de brazos cruzados mientras Moscú “exacerba” la tensión del país latinoamericano. Lavrov, que hace solo unas semanas recibió en la capital rusa a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, le contestó que los intentos de EE UU de orquestar un golpe de Estado en Venezuela son una “abierta injerencia” y una violación de los estatutos de la ONU, según el comunicado de Exteriores sobre la charla.
El aterrizaje de las dos aeronaves rusas -un Antonov An-124 y una aeronave de pasajeros Ilyushin Il-62- el sábado en el aeropuerto de Maiquetía, a las afueras de Caracas se produjo solo unas horas después de que Maduro afirmase que había tenido que reforzar su seguridad debido a un supuesto plan para matarle liderado por el presidente de la Asamblea y autoproclamado presidente interino de Venezuela Juan Guaidó.”Tenemos la intención de continuar construyendo una cooperación constructiva y mutuamente beneficiosa tanto con Venezuela, un socio estratégico de Rusia, como con otros países de América Latina y el Caribe”, ha recalcado este martes la portavoz rusa de Exteriores en un comunicado.
Rusia y Venezuela tienen estrechos vínculos desde hace años. Y mantienen distintos acuerdos de cooperación económicos, energéticos y de defensa. En diciembre, Moscú envió a Caracas dos cazas rusos con capacidad nuclear. Y el Kremlin, aunque en las últimas semanas ha espaciado sus intervenciones de defensa al régimen de Maduro, ha seguido firmando acuerdos de colaboración con el Gobierno chavista; los últimos el pasado día 2 de marzo, cuando la venezolana Rodríguez anunció además que trasladaría las oficinas europeas de la petrolera estatal PDVSA de su sede actual en Lisboa a Moscú.
Hoy, Venezuela debe a Rusia un mínimo de 6.500 millones de dólares (5.600 millones de euros). La mitad es deuda soberana a pagar al Estado ruso; la otra parte, a la petrolera estatal, Rosneft, según datos oficiales.