Santos y Trump acuerdan fortalecer la relación entre Colombia y EE.UU.

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Foto: EFE

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido el primer mandatario sudamericano en telefonear a Donald Trump para felicitarlo por su victoria en las elecciones estadounidenses. Ambos hablaron este viernes durante cinco minutos, a iniciativa del líder colombiano, y acordaron “fortalecer la relación especial y estratégica de Colombia y Estados Unidos”, según anunció Santos en Twitter.

Santos siempre se había mostrado favorable a la candidatura de la demócrata Hillary Clinton. “Es una amiga personal, su marido y ella han sido un apoyo para mi gobierno y los anteriores. No tengo si no elogios para ellos. A Trump no lo conozco, pero sí puedo opinar que sus políticas no son las que estamos abanderando”, aseguró el presidente colombiano en una entrevista reciente con este diario.

Desde que ganó las elecciones presidenciales del martes, Trump ha hablado con más de una decena de mandatarios extranjeros, entre ellos el mexicano Enrique Peña Nieto, la británica Theresa May y el israelí Benjamin Netanyahu. También con los líderes de Arabia Saudí, Japón, Corea del Sur y Egipto, que fue el primero en felicitar al presidente electo.

La llamada de Santos, gestionada por el embajador colombiano en Washington, Juan Carlos Pinzón, es la segunda con Trump de un presidente latinoamericano, tras Peña Nieto.

Durante la campaña electoral, Trump apenas hizo mención a América Latina al margen de su fijación con México. El republicano prometió construir un muro fronterizo con México para frenar la llegada de inmigrantes indocumentados e imponer al país vecino un elevado arancel a determinados productos para frenar la deslocalización de empresas desde EE UU.

La rapidez de Santos en comunicarse con Trump contrasta con la tibieza con la que se refirió a su triunfo el pasado martes. “Celebramos el espíritu democrático. Con Donald Trump seguiremos profundizando la relación bilateral”, escribió en Twitter.

Poco después, el expresidente Álvaro Uribe, principal rival de Santos y abanderado del no que se impuso en el plebiscito para refrendar el acuerdo de paz con las FARC el pasado 2 de octubre, fue mucho más explícito: “Felicitaciones presidente Trump; el narcoterrorrismo de Colombia y la tiranía de Venezuela son los grandes enemigos de nuestra democracia”.

El mandatario colombiano terminó por felicitar expresamente a Trump unas horas después. La mera posibilidad de que Uribe utilice el triunfo de Trump para tratar de dañar el acuerdo que el Gobierno de Colombia y las FARC vuelvan a sellar previsiblemente en las próximas semanas, es algo que inquieta en la Casa de Nariño, el palacio presidencial de Colombia.

La victoria de Trump ha añadido aún más incertidumbre al acuerdo de paz, en tanto Estados Unidos ha sido el principal aliado internacional del Gobierno de Juan Manuel Santos durante los cuatro años de conversaciones con la guerrilla.

Estados Unidos fue un aliado clave en la lucha contra el narcotráfico y el debilitamiento de las FARC a través del Plan Colombia, que pusieron en marcha las Administraciones de Andrés Pastrana y Bill Clinton en los años noventa. Sin el apoyo económico y de inteligencia militar que proporcionó Washington, cuesta pensar que la guerrilla se hubiese sentado a negociar en La Habana con el Gobierno colombiano.

Estados Unidos ha contado con un enviado especial para el proceso de paz, Bernie Aronson, clave a la hora de desatascar algunos de los temas más delicados de las conversaciones, como es el caso de las extradiciones.

El presidente saliente, Barack Obama, se había comprometido a que colaboraría con una suerte de Plan Colombia 2 -llamado Paz Colombia- en el posconflicto. La intención de Obama era que el Congreso aprobase una partida inicial de 450 millones de dólares para el presupuesto del próximo año. Con Trump en la Casa Blanca y el mantenimiento de la mayoría republicana en las dos Cámaras, esta ayuda queda ahora en un limbo.