La imagen de una mujer joven, con la cara hinchada y amoratada saltó a finales de 2013 a la prensa internacional. Era Tetyana Chornovol, activista y periodista ucrania. El 25 de diciembre, tras publicar un artículo en su blog del periódico Ukrainska Pravda en el que revelaba los bienes que posee el actual ministro del Interior, fue brutalmente golpeada por dos hombres. La agresión indignó a muchos ucranios, convirtiéndose en un aliciente más para los manifestantes contra el gobierno de Viktor Yanukóvich.
Medios de comunicación: objetivos de los agentes
Las calles de Kiev, Járkov, Dnepropetrovsk y otras ciudades ucranianas son testigos desde el pasado mes de noviembre de manifestaciones y enfrentamientos entre la Berkut y los partidarios de la oposición tras la decisión del (ahora destituido) presidente Víktor Yanukovich de congelar su proceso de integración en la UE. Las razones de esta crisis política que tiene su espejo en las calles las explicaba ya en United Explanations Abel Riu.
Hasta la fecha han muerto decenas de personas y cientos han resultado heridas, y entre esos heridos hay periodistas, cámaras y fotógrafos que intentan cubrir las protestas. Reporteros Sin Fronteras ha denunciado una clara intencionalidad en agredir a medios de comunicación: hasta diciembre 46 profesionales de medios como Novaya Gazeta, Spilno Tv, Vesti y 5 Kanal, entre otros, habrían sufrido distintos ataques.
“La violencia ha aumentado progresivamente y sólo en las manifestaciones del 20 de enero, 26 periodistas denunciaron haber sido atacados con balas de goma y otro tipo de proyectiles”
Pero estas agresiones no se limitan al contexto de la manifestación: Committee to Protect Journalist afirma que un periodista y un cámara freelance fueron secuestrados en Kiev por tres hombres cuando volvían de cubrir una protesta y que fueron trasladados a un lugar apartado donde fueron golpeados y recibieron amenazas para que dejaran de cubrir las manifestaciones de la oposición. Según denuncian dos periodistas de Radio Free Europe que fueron detenidos y golpeados, la policía ignoró sus acreditaciones de prensa y otros documentos identificativos que deberían proteger su actividad profesional.
¿Respeto por la libertad de prensa en Ucrania?
Su historia más reciente no invita al optimismo en materia de libertad de prensa: en los últimos años varios periodistas, sobre todo de investigación, han sufrido amenazas y presiones en forma de agresiones, tiroteos o incendios provocados en sus viviendas. Pese a que desde distintas organizaciones se suceden las peticiones para que se investiguen estas agresiones, como la ONG ucrania Institute of Mass Information, las sentencias tardan demasiado en llegar, si llegan. Así ha sucedido con el asesinato del periodista ucranio Georgiy Gongadze, cuyo cuerpo apareció decapitado en el año 2000 y no fue hasta años más tarde que los culpables, o algunos de ellos, fueron condenados.
Por otra parte, el 16 de enero se aprobó en el parlamento ucraniano la Ley 3879 que facilita el bloqueo de páginas web sin necesidad de acudir a juicio y define a las ONG de derechos humanos que reciben financiación procedente del extranjero como “agentes extranjeros”. Habrá que ver cómo evoluciona la situación en este país y si con los cambios actuales también mejora el respeto por la libertad de prensa.