Temperaturas extremas: Cuando el calor asfixia y mata

Por redacción dat0s
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Por qué uno de los países más ricos del mundo se está volviendo inhabitable.

Con su territorio completamente ocupado por desiertos, Kuwait, un país de 2,7 millones de habitantes ubicado en la península del Golfo Pérsico, siempre ha tenido que lidiar con altas temperaturas. Cada verano, la ciudad ha estado registrando temperaturas muy por encima de los 40°C. Pero desde 2016 las temperaturas han alcanzado asombrosos 50°C en junio, semanas antes de que el verano alcanzara su punto máximo.

Temperaturas en ascenso

Los climatólogos advierten que la repetición de eventos extremos no es casualidad y que en 2022 la temperatura podría alcanzar los 54°C. Kuwait, el cuarto mayor exportador de petróleo del planeta, está a punto de volverse inhabitable como consecuencia del calentamiento global.

La temperatura media local podría subir 4,5°C entre 2070 y 2100. Un aumento que haría inhabitable toda la región.

“Desde las 11 de la mañana hasta las 4 de la tarde no se puede salir a la calle”, asegura una influencer en redes sociales sobre el grave problema del calor extremo en el país. “Vivir sin aire acondicionado es imposible. Estamos soportando un cambio de temperatura aterrador porque hay zonas que se están convirtiendo en un desierto y sin sombras las temperaturas suben hasta 70°C en el suelo”.

Un presentador de noticias del tiempo desde 1984 dice que “no sabe cuánto tiempo más Kuwait será habitable. Las temperaturas han subido aquí desde 2016 al doble de velocidad que en otros lugares del mundo”.

Kuwait sufre, además, una intensa desertificación que hace aún más difícil sobrevivir a las altas temperaturas. “La economía del país está dominada por la exportación de combustibles fósiles que generan el 100% de la energía que se consume. Esto es un círculo vicioso porque genera un impacto aterrador”, afirma.

Flora y fauna agonizan

Los ecologistas garantizan que el escenario ya va tomando forma. Durante las estaciones más calurosas llama la atención la profusión de pájaros que mueren en las calles. Las imágenes de palmeras plantadas en carreteras calcinadas se viralizaron en las redes sociales. Los árboles muertos conmocionaron a las generaciones más jóvenes, la parte de la población que tendrá que soportar las peores consecuencias del efecto invernadero.

Otra advertencia que proviene de la vida silvestre es el escape de los zorros salvajes. Animales resistentes a la sequía, están abandonando el desierto para buscar refugio en zonas urbanas sombreadas. Esto se debe a que la poca vegetación que solía florecer en algunas zonas del desierto, ya no puede prosperar con el sol implacable.

Incluso con la emergencia climática llamando a la puerta, Kuwait está haciendo poco para iniciar su transición hacia una economía baja en carbono. Durante la COP 26, en 2021, el Gobierno afirmó que reducirá sus emisiones contaminantes en un 7,4% para 2035, un compromiso muy por debajo de sus vecinos de Medio Oriente. El país tampoco discute su dependencia del automóvil, ni la creación de sistemas eficientes de transporte público.

Una investigación de la London School of Economics mostró que la mayoría de la población no cree en el calentamiento global. Además, que todos los ciudadanos mayores de 50 años rechazan inversiones en redes de metro similares a las que operan en Dubái, en Emiratos Árabes y en Riyadh.

La alienación se explica, en parte, por la burbuja de riqueza y comodidad en la que vive una parte importante de sus ciudadanos. Los residentes del emirato suelen permanecer en ambientes refrigerados las 24 horas del día. Casas, autos y centros comerciales están preparados para el calor extremo.

Un lujo que no se extiende a los inmigrantes. Procedentes de los países más pobres de Asia y África, esta parte llega a Kuwait para trabajar principalmente en la construcción civil y el trabajo manual al aire libre durante los meses más cálidos. A largo plazo, los climatólogos dicen que el calor incontrolable tendrá un impacto en ricos y pobres.

 

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