La reunión entre las delegaciones rusa y ucrania celebrada este martes en Estambul ha concluido sin un acuerdo en firme, pero con los avances más notables hasta la fecha y un claro cambio de tono. La parte rusa ha definido el diálogo como “constructivo” y representantes ucranios han llegado a decir que lo discutido en Turquía sienta las bases para una eventual reunión entre los líderes de ambos países, si bien Moscú prefiere que los ministros de Exteriores firmen antes un acuerdo.
El equipo de negociación ucranio del Gobierno de Volodímir Zelenski ha manifestado que Ucrania sellaría su neutralidad y, por tanto, renuncia a entrar en la OTAN ―como exige el presidente Vladímir Putin― siempre que Kiev cuente con garantías de seguridad en su territorio ofrecidas por terceros países. Por primera vez, el Gobierno de Kiev ha hablado también de negociar la situación de Crimea —que Moscú se anexionó con un referéndum ilegal en 2014— aunque dentro de un periodo de 15 años y de hablar sobre el estatus de la región de Donbás, pero en una reunión entre Zelenski y Putin que parece ahora más cercana.
Por su parte, el viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, ha anunciado que, para avanzar en el diálogo y “aumentar la confianza mutua”, Moscú ha decidido “reducir drásticamente las operaciones militares” en las áreas de Kiev y Chernihiv. Representantes del Gobierno de Kiev y sus aliados occidentales han tomado con escepticismo el anuncio y temen que pueda ser una táctica de Moscú para reorganizarse ante su falta de avances y cuando sus tropas están estancadas en muchos frentes y afrontan las contraofensivas ucranias.
El presidente de Ucrania ha afirmado, horas después de la reunión, que ve “señales positivas” en estas negociaciones. Pero también que esas señales, “no ahogan el ruido de las bombas rusas”. “No vemos motivo para creer las palabras de los representantes de un país que sigue luchando por nuestra destrucción”, ha afirmado Zelenski en su discurso diario publicado en sus redes sociales. Los negociadores enviados por Kiev ―representantes gubernamentales, parlamentarios y militares liderados por David Arajamia, presidente del grupo mayoritario del Parlamento ucranio― han presentado una moción que ahora está en la mesa de Rusia para su valoración. La propuesta principal de Ucrania pasa por su “neutralidad” militar ―que incluye la renuncia a ingresar en la OTAN, a establecer bases militares extranjeras en su territorio y a desarrollar armas nucleares― a cambio de un tratado de garantías. Este tratado debería certificarse en los Parlamentos y en una cumbre internacional en la que se designarían los países garantes.
El acuerdo funcionaría como una versión adaptada del artículo 5 de la carta de la OTAN sobre defensa mutua: en caso de agresión al territorio ucranio estos países ―tras un periodo de consultas de tres días― tendrían la obligación de enviar armas, material de defensa o incluso forzar una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. Entre los países que Ucrania ha propuesto están Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Alemania, Israel, Polonia y Turquía, aunque aún debe cerrar las negociaciones con sus respectivos gobiernos.
Quedaría fuera de esta protección la península de Crimea y el área de Donbás, que Moscú controla a través de los separatistas prorrusos. Ucrania ha dejado claro que sigue considerando sus fronteras internacionalmente reconocidas —es decir, con Donbás y Crimea incluidas—, pero se compromete a no tratar de recuperar las partes controladas por el Kremlin por la fuerza. A la salida de la reunión, el asesor presidencial ucranio, Mijaílo Podoliak, explicó a la prensa que Kiev sugiere dar a ambos gobiernos un periodo de 15 años para negociar su estatus. Respecto a Donbás, en cambio, dijo que la situación es “diferente”. El acuerdo con el compromiso de “neutralidad” debería pasar, además, por un referéndum en Ucrania, ya que requiere un cambio constitucional para retocar el artículo que marca la adhesión a la OTAN como una meta.
El Reino Unido, a través de Downing Street, ha apuntado que ve “alguna reducción” en las fuerzas rusas alrededor de la capital, aunque Washington lo ve más como un “redespliegue y no como una retirada”. Tras la mesa de diálogo en Estambul, el principal negociador de Moscú, Vladímir Medinski, recalcó que la anunciada reducción de la ofensiva en torno a Kiev y Chernihiv no representa un alto el fuego. Aún queda “un largo camino por recorrer” para llegar a un acuerdo mutuo con Ucrania, ha dicho en una entrevista a la agencia estatal TASS. El viernes, el Ministerio de Defensa ruso anunció que centraría su ofensiva en Donbás, en el este de Ucrania, aunque poco después lanzó ataques contra zonas del oeste del país.
Mediación de Turquía
La reunión se inició a las 9.30, hora local (una hora menos en la España peninsular), con la recepción por parte del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que instó a ambas delegaciones a estar a la altura de su “misión histórica” y a lograr “una paz justa” para ambas partes. Después de un encuentro de hora y media entre los jefes de delegación ruso y ucranio, los equipos negociadores al completo (entre los que hay representantes gubernamentales, parlamentarios y militares) se reunieron durante cerca de tres horas más, con pausas entre medias.
En un principio, estaba previsto que la reunión continuase el miércoles, pero dada la presentación de la propuesta ucrania, ambas delegaciones han regresado a casa para continuar las consultas con sus respectivos gobiernos. El jefe de la diplomacia turca, Mevlüt Çavosuglu, manifestó su esperanza en que el próximo encuentro se pueda dar entre ministros de Exteriores, con la intención de que salgan de la reunión con un acuerdo firmado.
Antes de las negociaciones, Erdogan instó a los representantes de Kiev y Moscú a actuar con “responsabilidad” y pactar un alto el fuego. “Estoy seguro de que se puede alcanzar un alto el fuego permanente”, dijo el presidente de Turquía en un discurso dirigido a los delegados de ambas partes en la Oficina Presidencial del Palacio de Dolmabahçe de Estambul, según recoge la agencia Efe. “Creemos que no hay perdedores en una paz justa y equitativa. La continuación de la guerra no es del agrado de ninguna de las partes y un alto el fuego inmediato beneficiaría a todos”, subrayó el mandatario turco en su alocución televisada.
Aludiendo implícitamente a los combates diarios desde que el 24 de febrero las tropas rusas invadieran Ucrania, Erdogan consideró que llegó la hora de que el fuego cese “tan pronto como sea posible”. “Todo el mundo está esperando las buenas noticias de ustedes”, insistió tras recordar sus esfuerzos de mediación.
Hasta ahora, los dos bandos se habían reunido de forma presencial en tres ocasiones en territorio bielorruso, mientras que el día 10 se reunieron sin éxito en Antalya los ministros de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y Ucrania, Dmitro Kuleba. Desde entonces, las negociaciones se han sucedido prácticamente a diario en formato de videoconferencia entre delegaciones y grupos de trabajo.
El cambio de sede de las negociaciones por Turquía, algo que había buscado la parte ucrania dada la implicación cada vez mayor de Bielorrusia en la campaña bélica rusa, se decidió durante el fin de semana tras varias gestiones turcas. Erdogan telefoneó el viernes a Zelenski, y posteriormente certificó que se habían producido “avances” en las posiciones negociadoras. El domingo, habló por teléfono con Putin, al que convenció de trasladar las negociaciones a Estambul.
Turquía, pese a ser uno de los miembros más antiguos de la OTAN, es el único país de la Alianza que no ha secundado las sanciones contra Rusia. “No podemos romper los puentes con Moscú, de otra forma, ¿quién hablará con ellos? Hemos decidido mantener abiertos los canales”, dijo el lunes el portavoz presidencial turco.