Un donjuán japonés muere envenenado con una droga aplicada por su esposa 50 años más joven que él

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En ´El Imperio de los Sentidos´ Nagisa Oshima interpone un inaudito parecido de la propiedad sexual hasta entonces considerada en el mundo Occidental como parte de un proceso cultural respetuoso entre la tradición y la educación nipona. El sexo atrapa los sentidos en la película que se consagró por la crudeza de la relación entre el propietario de un hotel y una exprostituta que traspasa los límites de la cordura. El simple contacto de sus pieles hacía que una fuerza magnética incontrolable les impida separarse. La película fue estrenada en 1979 cuando el género de la narrativa comprendía cavilaciones inocultables de pudor en ese mundo mágico japonés de la forma como la entendían nuestros antecesores.

Más de 40 años después, otra historia de placeres, pero esta vez real, entre un millonario japonés de 77 años y una dama 50 años más joven que él ocupan las primeras planas de la prensa amarillista nipona. El empresario Kosuke Nozaki se enamoró perdidamente de la modelo Saki Sudo hasta las nupcias que no duraron mucho ya que tres meses después el empresario fue encontrado muerto en su departamento. Las investigaciones han determinado que Nozaki pudo haber sido envenenado ya que se encontraron evidencias de contactos que la joven esposa mantenía con distribuidores de droga.

El caso ocupa lugar en una sociedad donde el sexo es tan importante como la belleza trascendente. Y aunque los samuráis tenían una esposa para procrear y firmar alianzas políticas, disfrutaban de relaciones con jóvenes de ambos sexos. Kosuke Nozaki que no era samurái en el sentido estricto de la palabra disfrutaba sus conquistas que el mismo las reveló conquistando 4000 jovencitas y gastando 30 millones de dólares, hasta que por su insaciabilidad acabó como acabó. Una muerte menos imperiosa que el efecto emborronado sobre los órganos sexuales de los protagonistas de la vida real.