Bolivia se alía a 5 países vecinos contra narcos
Los narcotraficantes utilizan dos rutas para introducir la droga a Bolivia, un paso obligado para que la mercancía llegue al país de destino, dependiendo del tipo de sustancia, por lo que el Gobierno coordina acciones con los cinco países limítrofes.
En el caso de la cocaína, los emisarios entran por la Amazonia y en el caso de la marihuana, utilizan las carreteras del sur del país.
El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, dijo a Los Tiempos que estos 10 años ha observado cómo esta actividad ilícita ha ido evolucionando.
Cáceres considera que el país sigue siendo utilizado como un tránsito de la droga, sobre todo de la cocaína y marihuana, y, a pesar del esfuerzo que se haga para luchar contra esta actividad ilícita, el “zar antidrogas” afirma que el “problema de fondo” es que siguen existiendo países demandantes que en los últimos años han elevado su demanda.
¿Pero cómo los narcotraficantes se las ingenian para introducir la droga a Bolivia? Según la experiencia de Cáceres existen dos modalidades. En el caso de la cocaína: vía aérea, principalmente utilizando avionetas clandestinas que llevan más de 100 kilos del producto, pero también vía terrestre con personas conocidas como los “mochileros”, quienes caminan días, hasta semanas por lugares inhóspitos llevando sólo algunos kilos de droga y que, en la mayoría de los casos, son interceptados.
Según el director Nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), Santiago Delgadillo, en esta gestión se logró secuestrar 39 avionetas, todas utilizadas para transportar cocaína cotizada con un valor aproximado de 3 millones de dólares.
¿Qué ruta utilizan para la cocaína? El ministro de Gobierno, Carlos Romero, en reiteradas oportunidades dijo que un punto vulnerable a ilícitos como el narcotráfico es la Amazonia boliviana, y justamente la que se comparte con Perú es el área más utilizada por los narcos para trazar su ruta hacia Bolivia.
Cáceres explicó que del Vraem (sigla abreviada para el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro) de Perú sale la pasta base de cocaína y en algunos casos el clorhidrato de cocaína, pero en menor proporción, en avionetas y después de algunas horas de vuelo tienen que aterrizar de manera obligatoria en territorio boliviano, primero para abastecerse de combustible y segundo para refinar la droga.
“De ese modo llega del Vraem a alguna pista clandestina. Puede ser Pando hasta norte de La Paz. Estamos hablando de Ixiamas o de San Buenaventura, pero la gran parte llega por Riberalta, San Borja, San Joaquín o Santa Ana en Beni”, explica el “zar antidrogas”.
Una vez refinada la pasta base, llegan los emisarios de los cárteles de Brasil con capitales, acopian el producto y nuevamente utilizan avionetas para salir a Brasil. “Lastimosamente es un paso obligado” para los narcos y justamente en la Amazonia boliviana se han encontrado laboratorios, incluso en la Chiquitania. “Ésa es la ruta del tráfico de droga que hay en el país”.
¿En el caso de la marihuana? Los traficantes, en su mayoría, proveniente de Paraguay utilizan vehículos para transportarla por carreteras, “principalmente en el sur, Bermejo, Yacuiba, Villamontes toda esa zona”.
De acuerdo a las declaraciones de personas detenidas, el 70 por ciento tiene por destino Chile y casi un 30 por ciento ingresa a la nación Argentina. “Según la declaración de un narco, algún porcentaje entra también a Brasil, porque la marihuana de Paraguay (…) es la mejor que existe en el mundo, por su calidad”.
“No estamos mirando de palco”, dijo Cáceres. Por lo mismo, en “Bolivia hemos fortalecido lazos de cooperación. Con Brasil trabajamos a diario, tenemos policías de enlace, tenemos unidades de inteligencia que trabajan las 24 horas en coordinación con la Policía Federal. También con la Gendarmería de Argentina y Carabineros de Chile. Ahora, últimamente con la Dinandro de Perú, incluso con la Secretaria Nacional de Drogas de Paraguay.
¿Qué pasa en Chapare? El viceministro Cáceres asegura que hace algunos años atrás en el país existían 50 mil hectáreas de coca. “Hoy en día, no hay más de 8 mil hectáreas. Significa que esas 40 mil hectáreas que antes era coca ahora son hectáreas de bananales, cítricos, piña, palmito, hoy en el día el tema del crianza de peces es otro de los proyectos estrella”.
Asegura que en Chapare, de los 43 mil productores que están registrados en el Padrón Biométrico, lo que antes no existía, todavía hay entre un 15 y 20 por ciento de gente que no respeta el cato de coca. “Eso se ve en las cercanías de los parques nacionales como el Isiboro Sécure, Parque Nacional Carrasco e incluso en la provincia de Yapacaní en el departamento de Santa Cruz. Casi todos los años estamos erradicando en el mismo lugar. Eso significa que erradicamos y vuelven a plantar”.
Cáceres reconoce que también existen “debilidades, problemas que como Gobierno estamos atravesando, pero reitero el trópico cambió por la lucha contra las drogas, la represión al narcotráfico hay menos pozas de maceración”.