Carlos Mesa y Rodríguez Veltzé, mar

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EL PERIODISTA E HISTORIADOR CARLOS Mesa, primero vicepresidente de Bolivia en la fórmula ganadora de las elecciones de 2002 y posteriormente presidente constitucional por sucesión en octubre de 2003, tras la denominada Guerra del Gas que derivó en enfrentamientos y la caída del Gobierno de la coalición encabezada

por el MNR, se ha convertido en el sujeto más votado como personaje del año, por nada de eso sino por el mar.

Durante los primeros años del Gobierno de Evo Morales, el expresidente fue acosado para responder en la justicia por disposiciones ejecutadas durante el año y nueve meses de su mandato presidencial. El Congreso Plurinacional de Bolivia estuvo a punto de aprobar por mayoría una propuesta para recortar las garantías constitucionales de las que goza como exdignatario de Estado. Al no surtir efecto camaral, ni político, la

estrategia del partido de Gobierno se disipó en el transcurso de los siguientes años. En esas circunstancias adversas, el presidente Morales se fi jo en él y lo invitó a finales de 2014 a sumir la vocería de la causa marítima boliviana.

La actual administración gubernamental, había definido una estrategia internacional de aproximación de 13 puntos con el Gobierno de Chile buscando una salida al enclaustramiento marítimo. Sin resultados aparentes, la agenda fue minando fuerzas y el presidente Morales conformó un equipo de notables para estudiar los alegatos históricos y jurídicos que sustentaran una demanda en tribunales internacionales.

En esa proyección de acontecimientos, Carlos Mesa fue una fi gura preponderante no solo por su capacidad y conocimiento en sus varios libros que ha escrito sobre historia, sino por su reconocida capacidad de comunicación y facilidad de palabra.

Durante gran parte de este año el vocero de la demanda viajó por el mundo para demostrar que Bolivia tenía fundamentos lógicos para plantear un juicio a Chile bajo la premisa de que negoció públicamente asuntos pendientes desde la Guerra del Pacífi co. Como vocero de la causa marítima, el expresidente sostuvo reuniones con autoridades de varios gobiernos del mundo para explicarles los alegatos de la demanda. Su oratoria convirtió la causa boliviana en instrumento de notable comunicación.

El también expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé tuvo que ver mucho en el planteamiento jurídico de la

demanda; se convirtió en exponente del derecho moderno y de jurisprudencia del Estado Plurinacional. Rodriguez Veltzé, expresidente de la Corte Suprema de Justicia antes de llegar a la presidencia de Bolivia por

sucesión constitucional, ocupa paralelamente también por invitación del presidente Morales el cargo de agente de Bolivia ante la CIJ de La Haya. Más allá de la sustancia jurídica y derecho sorprendió al apoyar abiertamente la repostulación del presidente Morales a un nuevo mandato presidencial. Esa posición le restó cierto atributo de independencia, pero al margen de ese pronunciamiento incómodo su trabajo fue el corazón articulador por donde pasaron las arterias más importantes de la demanda jurídica.

Su relacionamiento y disposición a interactuar en un campo tan complejo abrió los canales de articulación y su rol fue central para que la CIJ desestimara la incompetencia planteada por Chile. El trabajo de Carlos Mesa y Rodriguez Veltzé, junto al de un equipo de juristas y abogados de reconocida trayectoria reforzaron el objetivo sustentado en la demanda. El resultado sorprendente hasta ahora generó beneplácito por la invocación de que Bolivia había instalado en el ambiente una versión clara y muy eficiente del conflicto centenario y una mala imagen de negación de lo que Chile se negaba a reconocer como

materia pendiente con Bolivia.

La prensa conservadora de Chile reaccionó dolida por el resultado y resolvió invitar a Carlos Mesa a una

entrevista que se difundió a través de Televisión Nacional del país. Fue otra jornada gloriosa. Mesa se plantó con mueca fi rme frente a las cámaras y deslizó una imagen de seguridad que desbarató uno por uno los ataques del conductor chileno. Fue una noche de campanillas que culminó con toque de oro el excelente trabajo de un equipo a la cabeza del presidente Morales; han conseguido hasta aquí un resultado notable a favor