Gobierno afronta conflictos con indígenas de 4 regiones

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Foto: Alex Villca / Los Tiempos

El Gobierno afronta conflictos con pueblos indígenas de cuatro regiones del país por políticas públicas de desarrollo ligadas con la intervención de áreas protegidas para la construcción de megaproyectos y la exploración petrolera.

Los especialistas consultados por este medio advirtieron que el modelo de desarrollo económico impulsado por el Gobierno evidencia una tendencia a la extracción de recursos naturales no renovables y una fuerte dependencia a los precios internacionales del petróleo que no contempla el impacto medioambiental a largo plazo.

El caso más reciente de confrontación con pueblos indígenas es el caso del Tipnis, donde el Gobierno levantó la intangibilidad del área protegida sin tomar en cuenta las voces en defensa de ese territorio. La segunda región donde el Gobierno tiene conflictos es en el río Beni, donde 17 comunidades indígenas se oponen a los estudios para la construcción de la hidroeléctrica El Bala.

Por otra parte, la exploración petrolera en Tariquia y las áreas protegidas del norte de Beni y Pando se constituyen en los otros dos frentes con los que el Gobierno también tiene dificultades. Recientemente un grupo de indígenas de Tariquia realizó una marcha hasta Tarija en rechazo al ingreso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

En este sentido, el investigador del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), Jorge Campanini, resaltó que el Tesoro General del Estado destina el 60 por ciento de los recursos del país a la ejecución de proyectos de hidrocarburos, minería y generación de energía en áreas protegidas y otras regiones.

“La política estatal está enfocada a fomentar megaproyectos o actividades extractivistas en realidad, y con ello se va a generar una serie de choques con tradiciones lógicas del modelo de desarrollo de las comunidades”, manifestó Campanini.

Por su parte, la investigadora Sarela Paz, manifestó que el Gobierno impulsa el desarrollo basado en un modelo que avanza sobre áreas que cumplen funciones ambientales, ante el desgaste de las fuentes tradicionales de recursos.

“Estamos entrando en una encrucijada porque la condición de perspectiva, de visión de desarrollo tan anclada en visión extractivista hace que el Gobierno tome decisiones sobre áreas que cumplen funciones ambientales y se conviertan en áreas extractivas”, añadió.

Campanini cuestionó el modelo de extracción y advirtió que se expone a la economía nacional que continuará dependiendo de la variación de los precios internacionales de las materias primas. “El segundo impacto es el tema ambiental, se genera conflictos con comunidades, pueblos; riesgos de pérdida de valores naturales, de ecosistemas importantes”, dijo.

Paz advirtió que no se contempla la importancia que las áreas protegidas tienen para la generación de precipitaciones pluviales, tanto en las zonas amenazadas como en las grandes ciudades del país.

 

SOBRE EL TIPNIS

El ministro de Obras Públicas, Milton Claros, anunció ayer un estudio de prefactibilidad para la carretera por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) una vez que se cuente con el reglamento de la Ley 266 que será en 180 días. Sin embargo, anticipó que hasta en la escuela se aprendió que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta.

Claros dijo que el trazo por el Tipnis para unir los departamentos de Beni y Cochabamba saldrá del informe técnico, económico, social y ambiental (TESA) y del estudio a diseño final.

“El estudio será el que defina cuál es la mejor alternativa, las condiciones técnicas están dadas, podemos construir por encima, podemos hacer un túnel por debajo, la mejor condición será la que se adopte”, apuntó citado en ANF.

 

ALTERNATIVAS DE DESARROLLO

La investigadora Sarela Paz explicó que existen alternativas de desarrollo económico que no comprometan las áreas protegidas y la vida de sus habitantes, a través de proyectos ecoturísticos.

“Necesitamos mirar en perspectiva, no con ojos tan inmediatistas que son un riesgo de desarrollo, que está anclada en la perspectiva extractivista, anclada en aprovechamiento de materias primas, gran parte son materias primas no renovables, son planes muy inmediatistas”, sostuvo.

Al respecto, precisó que hasta el año 2011 se registraron dos proyectos de ecoturismo impulsados por dos hoteles ubicados en la zona de Alto Sécure.

La experiencia también permitió recibir hasta 400 turistas que buscan realizar pesca salvaje en el área protegida. Gracias a ello, las comunidades involucradas recibieron 200 dólares por cada turista que ingresó a la zona. Al mismo tiempo, se otorgó hasta 50 dólares a las organizaciones locales como beneficio.