Iberkleid dice que no recibió ni un peso por Ametex

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Foto: La Razón

El empresario y expropietario de América Textil (Ametex), Marcos Iberkleid,  aseguró ayer en una entrevista con el programa Cabildeo de Amalia Pando  que su empresa no estaba en quiebra y que no recibió dinero alguno del Gobierno en el proceso de adquisición de la compañía, que luego se convirtió en la Empresa Pública Nacional de Textiles (Enatex).

El pasado 17 de junio, Iberkleid fue citado por el fiscal anticorrupción José Fernando Villarroel para que declare en una investigación por enriquecimiento ilícito con afectación al Estado, junto a  tres de sus familiares.

-La Fiscalía le ha abierto un proceso por enriquecimiento ilícito con afectación al Estado, ¿qué opinión le merece esto?

 

En primer lugar, me hace sentir muy mal, porque siento que esto es un abuso, que no corresponde a la realidad.

Creo que es una respuesta a los problemas  que están sucediendo en este momento con los trabajadores de la empresa, pero que nada  tiene  que ver con la gestión que llevé adelante  y que dejé  para que el Gobierno continúe.

A estas alturas, lo que ha salido de la Fiscalía es una exageración y sólo viene a responder a los dueños actuales.

Usted no se encuentra en el país, ¿volverá para defenderse de estas acusaciones?

Lamentablemente, como es de conocimiento público, no existe  seguridad jurídica en el país. Es muy difícil que yo pueda volver.

Yo  he sido amenazado, hace cuatro años,  por la entonces ministra Teresa  Morales y eso hace que yo no pueda volver.

Cuando me fui, me había alejado del país por unas semanas, pero a la semana que salí la exministra Teresa Morales  amenazó con encerrarme, entonces yo vi poco prudente volver al país.

La seguridad jurídica en los últimos  tiempos ha ido desmejorando muchísimo y no creo que en este momento  pueda volver al país para responder a semejante  acusación.

¿Usted vendió las fábricas al Gobierno?, ¿recibió dinero?

No, yo no he recibido un solo centavo por esto; al contrario, el proceso (de adquisición) ha sido completamente abusivo, en el cual las condiciones iban cambiando según el capricho de la exministra (Teresa Morales), que modificaba las condiciones frecuentemente y sin avisar.

Nosotros no recibíamos un centavo de nadie por Ametex, la que recibía el dinero  era la junta de acreedores. Esto servía fundamentalmente  para mantener  el pago de alquileres que tenía la empresa en lugares comerciales  y había un pago pequeño que se daba principalmente a algunos poseedores  de bonos.

Pero de ese dinero nosotros nunca recibimos un solo centavo y no tenemos conocimiento de qué se hizo con ninguno de los pagos.

Como empresa nos acercamos al ministerio y les indicamos que sin mercados no se podía continuar definitivamente a raíz del cierre del  ATPDEA.

Acudimos  al Gobierno, le explicamos esta situación y la ministra nos amenazó y nos dijo que no iba a permitir el cierre.

Empezamos a buscar soluciones que tomaron muchos meses de negociación, pero todo se hacía para que la empresa continúe, se mantengan los puestos de trabajo y ése fue  el argumento por el cual el Gobierno decidió tomar la empresa  a la fuerza.

Ese episodio sucedió en una junta de acreedores en la cual yo explicaba que a pesar de las innumerables promesas de encontrar soluciones con el Gobierno, no las habíamos encontrado.

La ministra se hizo presente en la junta y  dijo que iba  a hablar con los verdaderos dueños de la empresa (los acreedores), que son fundamentalmente las AFP y se retiró de la reunión;  cinco minutos más tarde me pidieron que vuelva  y me dijeron que  se iba a alquilar  la fábrica por una cantidad absolutamente irrisoria.

Yo miré a la parte técnica y ellos asintieron, evidentemente presionados por la situación.

Accedí principalmente por el bien de los trabajadores y para que la empresa mantenga su razón de ser, pero evidentemente bajo la responsabilidad de que las cosas se hagan bien y de una forma transparente.

Desde ese momento, las cosas se sucedieron de manera poco transparente y hasta hoy no sabemos nada, hemos tratado de conseguir información con  el ministerio o a la misma junta de acreedores, sin respuesta.

¿Cuáles eran las condiciones del acuerdo?

En el acuerdo, el Gobierno se hacía cargo de la fábrica y de sus trabajadores.

Pero dos semanas más tarde salieron ellos a decir que a  los trabajadores teníamos que despedirlos, lo cual no era parte del  compromiso; al contrario, la idea era que los trabajadores mantengan su antigüedad y que los sueldos sean más altos.

Cuando el Gobierno se hizo cargo, esa condición con los trabajadores no fue respetada; yo quise intervenir, pero ya el Gobierno se había hecho cargo.

En otros aspectos que se habían acordado, el Gobierno  fue mucho más allá.

La ministra alquiló la fábrica, en un principio por seis meses y esto de alguna manera se convirtió en 30 meses, hasta que de alguna forma se dejó de pagar hasta los alquileres.

Finalmente, también se hizo cargo de los repuestos de la maquinaria, de la  mercadería en stock y de  las tiendas, que en un principio no eran parte del acuerdo.

No ha habido espacio para discutir y finalmente nos encontramos en una situación en la que a mí se me está acusando de algo que no tengo idea qué es.

¿La empresa alguna vez estuvo en quiebra,  como ha dicho el Gobierno?

La empresa nunca estuvo en quiebra.

Cuando comenzó este proceso, la empresa tenía, en efectivo, el dinero suficiente para cancelar el 100% de las obligaciones con los trabajadores, pero se nos impidió liquidarla.

Hemos pagado hasta el último centavo. Rechazo la insinuación de que nos hayamos quedado con dinero y nos hayamos escapado.

Hemos abierto la puerta ancha y hemos salido con mucho dolor por medio siglo de trabajo de mi familia, habiendo creado la empresa de valor agregado más grande de la historia de Bolivia; ese valor fue importante en la decisión de transferir la empresa en vez de liquidarla, con la esperanza de que funcione; ésa fue la motivación por la cual se la entregamos al Gobierno.

HOJA DE    VIDA

  • Origen El empresario de origen polaco llegó a Bolivia a la edad de 13 años, de la mano de sus padres, empresarios textileros.
  • Empresario Fue propietario y presidente de Ametex, empresa que fue líder en toda la cadena textil y que luego se convertiría en Enatex en 2012.