“Me sacaron de mi trabajo, me dijeron que saque mis cosas”

Hace alrededor de dos semanas, Alejandro Vaca Morales (76) está sin trabajo. Ha sido despedido a pesar de las promesas del director de la Empresa de Apoyo para la Producción de Alimentos (EMAPA), cuando con una resolución administrativa visiblemente manipulada se hizo cargo de la hacienda El Cruce que tenía como depositarios a los trabajadores de la propiedad antes de que fuera incautada por la Dirección de Bienes Incautados (DIRCABI).

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El pasado 5 de mayo el director de DIRCABI, que se ha visto forzado a aceptar su dimisión tras el escándalo por las fotos en las que aparece con el capo de uno de los más connotados clanes del narcotráfico, en presencia del director de EMAPA Franklin Flores y una delegación de funcionarios de esas oficinas ocuparon la hacienda El Cruce, ubicado en la Provincia Guarayos en el departamento de Santa Cruz, despojando de su derecho laboral a los empleados del campamento que hasta ese día habían sido los legítimos depositarios de esas tierras.

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El argumento esgrimido para tal intervención fue que Bolivia requiere producción de cereales para evitar la escasez de alimentos. La idea hubiera sido plausible si no mediaran irregularidades en esa doble disposición. Por un lado, Flores se comprometió respetar las fuentes laborales de los trabajadores de El Cruce que desde 2011 conformaron un sindicato cuando la hacienda comenzó a destacarse por producir arroz a gran escala.

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Alejandro Vaca escuchó a Flores y se le entró el alma al cuerpo porque, además de trabajar sin interrupción desde 2011 en la hacienda, al igual que otros trabajadores, pensó que seguiría ocupando su antiguo lugar como sereno de la propiedad. Dat0s habló con él. Nos atiende desde su casa en Trinidad donde se fue con los pocos enseres que le dejaron sacar luego de haber sido desalojado de la hacienda que cuidaba desde hace 11 años. El cree que se ha cometido una injusticia. “Me sacaron, me dijeron que saque mis cosas”. Confiesa su tristeza. Dice, además, que el director de EMAPA, Franklin Flores, incumplió su palabra de mantenerlo en su puesto.

Desde que la hacienda ha pasado a manos de EMAPA se han cometido muchas irregularidades. Don Alejandro dice que espera que le paguen lo que se le debe y sus beneficios sociales que antes de la intervención los tenía al día. No se hubiera imaginado vivir tanta inestabilidad. Relata que funcionarios de DIRCABI deschaparon las oficinas de la propiedad en la que actualmente viven cuatro funcionarios de EMAPA. “Han abierto la despensa y han sacado los platos, las tasas y los platillos que habían allí. Se los han llevado”, afirma desilusionado.

“Llegaron una mañanita los de EMAPA los saludé y me dijeron qué hacía allí, que debía desalojar la hacienda. Me sacaron en la camioneta y me vine a mi casa a Trinidad. Me sacaron ese rato, les explique que no tenía plata para trasladar mis enseres personales”, relata. Eso poco importa. Recuerda que los interventores convocaron a una reunión con los antiguos trabajadores de la propiedad y les dijeron que los recontratarían, “que iban a darnos trabajo para que no estemos sin hacer nada”. Qué sabe del resto, le preguntamos: “No sé nada de mis compañeros”, afirma.

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