Periodismo & Futuro | Jhon Arandia

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Foto: Revista dat0s 235

Comunicación en tiempos de pandemia

“La prensa no debe perder su rol de fiscalizador y eso no es estar en contra de nadie; hay quienes soñarían transmitir una sola idea”.- Jhon Arandia, periodista de radio y televisión, hace una evaluación sobre el papel de la prensa y el uso de las tecnologías en la nueva normalidad que vive la humanidad.

Durante todo este largo tiempo de la pandemia que paso entre trabas y obstáculos para el normal desenvolvimiento de la sociedad, el periodismo ha estado en la primera línea con el mismo compromiso de siempre. Lo dice Jhon Arandia, a quien se lo considera por su eficiencia profesional a la hora de manejar información. No todas han sido malas noticias en el plano personal del año que ha pasado entre ofertas tentadoras para saltar a la política. El prefiere reconstituir su piel y sin pensar dos veces poner freno a las ambiciones de grupos que se valen de la vieja forma de hacer política para identificar hojas de vida con las que trepar a mansalva. Jhon Arandia no se ubica ahí.

La percepción de muchos intelectuales de todo el mundo es que el periodismo está sufriendo síntomas por falta de credibilidad, ¿cómo evalúas su trabajo? Si uno se aleja de los fundamentos del periodismo dejándose llevar por el corazón más que por la conciencia, va a despegarse de estos fundamentos. El streaming es uno de los nuevos paradigmas de hoy; a los medios se les decía que tenían el papel de entretener, educar e informar, pero hoy tienen el compromiso de asentar su intermediación para construir una mejor sociedad. El medio ha dejado de ser una representación del pueblo al poder y un traductor del poder al pueblo, el medio tiene que ser un escenario donde se propongan soluciones y se viabilice un mundo mejor. Una multiplataforma (radio, televisión, periódico) con una gran cantidad de información que te convierten en filtro. Si ayer el afán del periodista era conseguir información hoy es filtrar esa información y sobre todo acentuar el papel de la educación; hoy las redes sociales dan la oportunidad de comunicarse y el papel del periodismo es enseñar a la gente la responsabilidad de lo que estos datos representan.

¿Todo lo que explicas no le ha quitado al periodista su nivel de atención de casos importantes por la cantidad de información que recibe? La prensa sigue siendo un factor de poder fuerte en el sentido que cumple varios roles. Hace de fiscal, juez, policía ante la ineficacia de las instituciones en dar respuestas. El claro ejemplo es que cuando sucede un hecho, la gente no llama a la policía sino a la prensa para que se lo cuente. En ese sentido el nivel de confianza a los medios de comunicación está presente.

¿Parecería que hay un ciclo perverso de apuntar al periodismo por superficial, una llamada de atención innecesaria? En la nueva forma de ver la división de la sociedad entre blancos y negros o entre ricos y pobres, hoy todo se ha mezclado y la nueva división de esta sociedad es una especie de mosaico de colores donde prima el gusto; por eso los medios que antes querían ganar todo hoy se dedican a un nicho de mercado: música 24 horas, películas 24 horas, noticias 24 horas. Y aunque la tendencia en Bolivia no es tan fija, ha pasado un límite que no se debería permitir: el periodismo ideológico que sirve a uno de los lados que lo convierte al periodista en relacionador público.

¿Se está perdiendo el equilibrio? Algunos representantes de medios no escatiman en decir sí pertenezco a una línea política y soy periodista. Es una aberración en el marco de la ética de la profesión. Se permite una apertura, que el periodista pueda incluir en su material, algo de lo que piensa y siente, pero no es la noticia; la noticia está bajo el canon de que no puedes incluir lo que sientes y opinas en tus productos periodísticos. Ese es un principio básico, pero cuando te pones al lado de alguien, dejas de escuchar, desbalancea tu trabajo. Una línea delgada que no existe solamente en el periodismo, que no es ético. Somos seres humanos, los periodistas soñamos, podemos estar de acuerdo o no, tener una ideología, estamos en nuestro derecho, pero el recinto de prensa te obliga a no ir contra la objetividad que debes presentar a la gente.

¿No ves que la prensa ha perdido el rol de intermediador de las demandas de la sociedad? La gente juzga, la gente valora, está bien, pero no se da cuenta de que con sus propias acciones alienta este quiebre del periodismo. Cuando sales, mucha gente te puede decir que mientes. Es probable que reflexiones entonces en lo que estás haciendo, porque su verdad no ha sido adecuadamente reflejada y se sienta insatisfecha porque su voz ha sido postergada.

¿Crees que el periodismo ha perdido motivación por materias acuciantes? En el país ha habido una docena de periodistas muertos en esta última pandemia. El desconocimiento nos hizo cometer errores, es cierto. Los médicos, los profesionales y la prensa también pueden equivocarse. Cuando dices que el periodista está menos comprometido en ponerle atención a temas acuciantes quizá tienes razón, pero el mundo de la agilidad de la comunicación hace que mientras estas trabajando un tema aparecen dos nuevos. A la gente hay que darle productos que le interesan. Y eso ha disminuido la capacidad del periodismo para investigaciones que pueden tomar meses. El sustituto es llegar a las fuentes primarias para conseguir información de primera mano. Un Sherlock Holmes puede pasarse años investigando. ¿Hay cuerpo para eso? La prensa está dedicada a lo rápido sin que deje de ser importante.

Hoy en día todos pueden ser un periodista, ¿eso es una oportunidad o por el contrario un obstáculo? Una oportunidad porque el periodista proporciona datos para que la gente juzgue, si tu informas que va a subir el precio de la carne la gente se va temprano a comprar carne. Gracias a tu información la gente toma decisiones. Es primordial en ese sentido. Otro motivo que hace la diferencia es el periodismo como el pilar de la democracia, así como las informaciones han puesto presidentes también ha descubierto quienes no deberían seguir en el poder. Ese es un trabajo que le corresponde a la prensa.

Hay una tendencia a los autoritarismos, ¿es un gran retroceso para las democracias y la libertad de expresión? Hay una fábrica de la mentira y de manipulación de datos. Existe una tendencia a crear una teoría de la espiral del silencio de los que piensan diferente sean aplastados. Lo que debemos garantizar es la libertad de expresión con responsabilidad, asumir este rol lo más cerca a la verdad. Por todo esto creo que hay un grupo bastante grande dentro del periodismo que está haciendo un esfuerzo por respetar los cánones y por hacer ver esta manera de comunicación y periodismo como aportante. En el marco de estas diferencias individuales o de grupo que rigen el mundo, creo que nos debemos entender. La prensa termina siendo una suma para demostrar la esencia y pensar de la sociedad. Ese es el papel del periodismo. La prensa no debe perder su rol de fiscalizador y eso no es estar en contra de nadie; hay quienes soñarían transmitir una sola idea.