Por tercer año consecutivo, La Paz es el departamento con más feminicidios

Página Siete
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Foto: EFE

Por tercer año consecutivo, La Paz es el departamento que registra más feminicidios. Especialistas explican que esta situación se debe al empoderamiento, a la resistencia al sistema patriarcal y a que denuncian más hechos de violencia.

Desde el 1 de enero hasta la fecha, el país registró 74 feminicidios, de los cuales el 39% (29) corresponden al departamento de La Paz, el 24% (18) a Santa Cruz, el 14% (11) a Cochabamba.

Estas cifras muestran que del eje troncal, la sede de Gobierno es la región que presenta más casos, de acuerdo con un registro elaborado por Página Siete.

La Paz mantiene esta tendencia desde hace tres años y este tema es de mucha preocupación, en especial hoy, en el Día de la Mujer Boliviana. Según este registro, en 2021 el departamento paceño reportó 33 casos de los 91 que se registraron en todo el país. En 2020, esta región contabilizó 34 casos de 92 totales.

La representante de la Coordinadora de la Mujer, Tania Sánchez, dijo que no existen estudios que expliquen esta alta incidencia de los feminicidios en el departamento de La Paz.

“Creemos que tienen que ver con el empoderamiento de las mujeres en esta región del país, donde se observa que las mujeres han avanzado un poco más en diferentes ámbitos, en su educación y en su autonomía económica, entre otros”, sostuvo.

Para la investigadora y especialista en temas de feminicidio, Marlene Choque, lo que ocurre en La Paz es un tema complejo y que probablemente tenga que ver con una expresión de “resistencia” patriarcal frente al hecho de que las mujeres tienen mayor presencia en los espacios públicos y ocupan lugares más importantes en distintos ámbitos.

Choque aseguró que con el reconocimiento de sus derechos políticos en los años recientes, las mujeres están en la búsqueda de ejercerlos en todos los términos, pero todavía hay sectores amplios que se resisten a reconocer su participación.

“Lo que sucede con el feminicidio es que se expresa un sentimiento de propiedad del agresor sobre la víctima. Esto se pone en duda cuando las mujeres no juegan un papel subordinado, secundario y sumiso”, sostuvo.

Sánchez, de la Coordinadora de la Mujer, añadió que existen más iniciativas públicas y privadas que promueven la denuncia contra la violencia machista.

“Las mujeres ahora suelen denunciar más y callar menos, pero, en respuesta, reciben violencia como un castigo, como una medida aleccionadora por atreverse a cuestionar o enfrentar ese poder que el macho agresor quiere ejercer sobre ella”, sostuvo la representante.

Para la investigadora y la directora de Acción Semilla Bolivia, Patricia Chulver, a pesar de que Bolivia tiene un marco jurídico que ampara y “garantiza” a las mujeres una vida libre de violencia mediante la Ley 348, hay dificultad en el acceso a la justicia debido a los “cuellos de botella” del sistema judicial.

Se suman —indicó— los procesos de revictimización hacia las mujeres que fueron víctimas de la violencia por parte de las instancias que están a cargo de atender los casos.

Por su parte, Choque apuntó que el problema se repite y se presenta a escala nacional porque se conoce que Bolivia es un territorio especialmente violento hacia las mujeres. A pesar de los cambios legales, los niveles de violencia no van en descenso.

“Ahora está creciendo la conciencia de que hay que luchar contra la violencia. No sabemos si eso conducirá a un cambio de orientaciones y percepciones, pero reconocer a la violencia es importante”, manifestó Choque.

Consultada sobre el mismo tema, Sánchez indicó que desde el Estado se hicieron esfuerzos por reforzar las acciones punitivas en contra de los agresores, pero que aun con esas modificaciones a la legislación nacional, las medidas todavía resultan insuficientes en este contexto.

“Está bien, pero no es suficiente (…). Hay que cambiar los imaginarios sociales que subordinan el cuerpo de las mujeres y naturalizan la violencia”, dijo la fuente de la coordinadora.

Carolina fue estrangulada

En junio, Carolina F. L., de 31 años, fue llevada ya sin vida por su esposo a una clínica. Dijo que ella tuvo un accidente. En un principio se presumía que ella habría fallecido por broncoaspiración, pero la autopsia reveló que tenía signos de violencia. El examen determinó que murió por asfixia mecánica y estrangulamiento. El acusado fue enviado a la cárcel.

Manuela falleció tras ser golpeada

El 9 de agosto, Manuela P. P., de 45 años, fue encontrada muerta en su vivienda ubicada en la avenida 24 de Diciembre, de la ciudad de El Alto. De acuerdo con la autopsia médico legal, la víctima murió por asfixia mecánica por estrangulamiento manual y múltiples golpes propinados con algún objeto aún no determinado. El agresor todavía es buscado por la Policía.

Cajuata está de luto por Daniela

Daniela, de 17 años, fue asesinada hace una semana en el municipio paceño de Cajuata. El principal acusado es su enamorado, Carlos, quien tiene 22 años.

Los familiares indicaron que la joven quería alejarse de su pareja porque era muy celoso, pero Carlos no aceptó. El joven le quitó la vida y cuando la familia le preguntó por ella, él negó haberla visto. La justicia le dio detención preventiva.

Punto de Vista

Patricia Shuver, directora de Acción Semilla Bolivia

La denuncia es un tortuoso camino