La neurona del bloqueo en el boliviano

Por Carlos Rodriguez San Martín
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bloqueo de caminos, protesta social
Foto: Jorge Abrego | EFE

Nadie con los cinco dedos de frente entendería los ataques que ha sufrido el vicepresidente del Estado Plurinacional tras promulgar la Ley 144 que convoca a las elecciones para el órgano judicial. Lo que se ha logrado, bajo la batuta de un bloqueo nada inédito a los que los bolivianos estamos acostumbrados de por vida; hasta que nuestros dirigentes políticos lo deciden otra cosa sino el bloqueo. Nada extraordinario. Uno festejará que las calles estén bloqueadas y las carreteras regadas de troncos, árboles, palos, piedras de gran tamaño y promontorios de tierra para evitar la libre circulación.

Un turista estaría impresionado por los bloqueos, ya un extranjero que vive en Bolivia alentaría las manifestaciones si es que serían por algo bueno, así que dirían que sigan bloqueando por mejores salarios y por arrancar del poder sus demandas siempre que estas sean justas, lo que nos preocupa a todos es el bloqueo mental que estos bloqueos provocan. Unos afirman que es la herencia maldita de la Iglesia Católica que llegó con la conquista, otros al imperialismo, ahora a las organizaciones sociales. Pero ni los gobiernos neoliberales a los que se condenó por sus fechorías contra el pueblo trabajador (maestros, gremiales, transportistas, médicos, enfermeras, mineros, cocaleros, comerciantes y demás sectores sindicalizados) salían a las calles a bloquear con innovaciones excéntricas como el de las mil esquinas y otros inventos.

Para variar, un representante de una de las cámaras de industria se sienta con un enorme capuccino y sin más sorber el espumoso café reniega contra los bloqueos y lanza una verdad de perogrullo: “En 2023 ha habido 250 bloqueos”, orienta la discusión. No estamos equivocados, si a este dato le hacemos un cálculo de que en cada bloqueo participan unas 250 personas (día), nos da que al año 62.500 bolivianos viven el permanente bloqueo (la suma crece si son más días), si al dato le añadimos que cada ser humano tiene 100 mil millones de neuronas, sale a la luz que el bloqueo mental es el gran drama que vivimos. Nadie, por supuesto se atreverá a algo que parecería irreal o el miedo a ser a ser catalogado de imbécil.