Los demonios de comenzar emprendimientos de cero

Mikio Obuchi Ugarte
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emprendimientos

Muchas veces uno se esfuerza y suele sacar sus emprendimientos adelante, eso es realmente digno de respeto: Ves a un amigo (o persona cualquiera) empezar algo con lo que tienen un pálpito y observas cómo van siendo guiados por sus intuiciones, sus conocimientos para conseguir una meta, es así como entre derrotas y victorias van sacando sus deseos adelante. Sin embargo, también es fácil que un cierto tipo de discurso va llenando las cabezas de estas personas; supongo que algunos les funcionan y a otros sólo les rompe el corazón, (la suerte del típico afán de buscar fórmulas, nadie salta al vacío sin ninguna salvaguarda).

¿Qué significa emprender? El significado es empezar (en la versión corta), en su versión larga de la RAE es: acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierra dificultad o peligro. Etimológicamente viene del latín vulgar está formado por el prefijo in, en, que significa en o hacia adentro además de prendĕre y significa coger, atrapar, tomar. Es claro ese sentido de aventura casi heroico a la que nos remite la palabra (esta es la idea más popular hoy en día, funciona como una voz de seguridad, un argumento para vencer la inercia, alimento para el corazón romantizado y para el ego). Emprendedor actualmente es algo así como un empresario estoico, (el equilibrio entre ambas no siempre funciona).

La idea habitual que nos hacemos del emprendedor es la de aquel héroe impasible que se lanza sin temor de las consecuencias tras una meta y quizás la vaya a conseguir. Pero este ser no va desarmado, muchas veces van bien pertrechados de esas famosas frases, emotivas e inspiradoras que les sirven de argumento seguro frente al temor del fracaso, también poseen una imagen ideal del hombre de negocios frío, calculador, ansioso, apresurado por la acción y lo que más interesante: avanzan pertrechados de conocimientos básicos o avanzados sobre economía, inversiones, etc.

Pienso que muchos emprendedores van con todas esas herramientas, otros van solamente con el inmenso arsenal de frases épicas tipo: “No siempre conseguimos lo que queremos… Pero tarde o temprano la vida nos da aquello que merecemos” (pero ¿qué nos ganamos? Si es malo y para nosotros mismos ¿nos lo merecemos? Si es bueno ¿Por qué alcanzamos tal? Y la pregunta más importante ¿es en realidad lo que quieren para sí? Ojo que nos saltamos la de: ¿a quién dañamos?), estas frases son un enorme conjunto de formulitas de distinto tipo, que pueden hacer mucho, poco, nada, bien o mal, aunque no resisten el contraejemplo o un análisis concienzudo.

Alguna vez escuche esta frase proveniente de un emprendedor en salteñas, este decía en cierto tono seguro y quizás algo paternalista: “es mejor empezar desde cero, porque tiene más valor”. (al escuchar me preguntaba si se emprendía desde cero, cero, cero. ¿Es decir cero conocimientos, cero capitales, cero existencias? Y si se comienza desde cero cómo hacer la luz de la nada, me dejó esta inquietud). Pienso que ese es un argumento malo al final de cuentas, debe ser difícil empezar en una condición de cero absoluto con frases heroicas que abundan gratis en Facebook.

Pero hay algo que el significado actual de la palabra emprender olvida y es que todos somos emprendedores; es decir todo el mundo empieza en cama sale a la calle arriesgando un universo de cosas (infinitas posibilidades, vida, momentos de seguridad, la familia, etc.) para volver a dormir cada noche; parece que el emprendedor siempre produce para recibir un “premio”, por lo general es una recompensa económica por su esfuerzo o experiencia (esto va sonando a futbol); un premio se da en el corto o mediano plazo.

Pero, asumiendo que todos somos emprendedores, qué sucede con esta lista de emprendedores: James Joyce, Edgar Allan Poe, Van Gogh, Vizcarra, por mencionar unos cuantos, creo que recién después de muertos estamos viendo los resultados de su emprendimiento y hay que reconocer que no todo emprendimiento es a corto plazo y no obtener un éxito inmediato no hace menos emprendedor al que muere enfermo o pobre por seguir su camino.

Me pregunto: ¿Qué será del emprendedor del minibús? ¿Serán ricas sus salteñas? Cuantas frases más habrá acuñado para decirlas como un argumento indiscutible, quizás sea la maldición del voyerista de minibús… Nunca lo sabré.

 

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