Los más influyentes, el espejo de una sociedad

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Dat0s recurrió a un total de 50 destacadas personalidades entre periodistas, artistas, empresarios, analistas y observadores sociales a fin de que escogieran a los 10 personajes más influyentes del país en la gestión 2015. Debemos aclarar que no se trató de una encuesta y el resultado obedece a una selección de cada uno de los invitados, el posterior proceso de selección fue sencillo.

Ocupó el primer lugar y los puestos sucesivos los que recibieron más votos. La suma de aleatorios correspondió a una selección de variables entre gente de la política, la cultura en todas sus niveles, líderes cívicos, empresarios, docentes universitarios, educadores, religiosos y profesionales de las diversas ramas. En un par de listas apareció el Cardenal Julio Terrazas; no está entre los seleccionados aunque sí podría haber sido incluido después del revuelo que se armó con el estado de su salud, pero como las noticias jamás golpean la puerta, explica el porqué no aparece en el team de notables.

En la lista también fue mencionado Petardo, el perro que acompañó a la delegación potosina para que sus demandas sean escuchadas en la sede de Gobierno; el can tampoco figura entre los personajes no por animal, sino porque fue condecorado después de que los dados estaban echados, quizá si estos se encontraban quietos, Petardo hubiera salido en la nomina. No existió una lista previa, lo que quiere decir que en cada caso el voto fue espontáneo y desprovisto de cualquier tipo de interés. El dato más relevante

es que a pesar de las diferencias no hay demasiada divergencia incluso en los votantes de la región Oriental, sobre el interés que suscito el tema marítimo. Fue la elección perfecta en concordancia con la estrategia que persigue el país en su demanda jurídica planteada ante la CIJ de La Haya.

Fue por definición, la noticia del año, por encima de la reelección de Evo y la discusión sobre el papel del Tribunal Supremo Electoral o la visita del Papa. El reclamo marítimo unió a los bolivianos, mientras que el referéndum sobre la reelección divide y fragmenta. La visita del Papa ha sido un hecho altamente esperado, por la bifurcación de interés que se jugaron en la espectacular movida. Se debe reconocer la habilidad del presidente Morales de convencer a Bergoglio venir a Bolivia; el Papa tiene una agenda repleta de compromisos muchos de los que a veces esperan años. Fue una visita que unió a los bolivianos. Esa constatación es relevante ya que el vigor de una política de Estado parece reflejar el camino que el país debe seguir para fijar metas.

El top ten ya es casi una tradición. Tal cual sucedió en anteriores años, de los primeros siete puestos, Evo Morales (3) y Luis Arce (4) son los únicos con vida. La diferencia con años anteriores es que en este no se repiten las mismas caras: entraron los expresidentes Carlos Mesa (1) y Eduardo Rodriguez Veltzé (2). Preferimos no hablar de los que salieron, para no dar cuerda a la enorme vocación que tenemos los bolivianos por recordar a nuestras celebridades por sus errores.

Con el 2016 en puertas, de seguro que nuestro objetivo cambiará la forma tradicional de ver el país a través del lente de algunos personajes. Si bien hay quienes se aferran a la palabra escrita, en una época tan fluida como la que vinimos, quizá convenga algún tipo de estimulo vital para producirse. Como se trata de ser transparentes, no faltaron quienes escogieron a un grupo de periodistas que se ganaron el sentimiento de aprobación por sus críticas a las autoridades del Gobierno. Empero, la votación no alcanzó para que ocuparan los primeros lugares. Ni Amalia Pando, ni Enrique Salazar, ni Carlos Valverde ni Raúl Peñaranda obtuvieron los votos  sufícientes.

Entre los seleccionados aparecen empresarios pero el que se llevó el podio fue el cruceño Cristóbal “Pili” Roda (5). Da la sensación de que en un país marcado por sus índices de prosperidad económica, descollan los empresarios honestos y detrás de estos un conglomerado de artistas que expresan con f delidad y con mayor libertad la expresión del proceso que vive el país.