Viaje a Harvard

Por Carlos Rodriguez San Martín
0
252
maria corina machado venezuela
Foto: Bloomberg

Hay dos imágenes contrapuestas que se difunden profusamente en estos últimos dos días. Por un lado, la de Corina Machado que se ha convertido en una de las figuras más notables de la resistencia al gobierno de Nicolás Maduro y, por otro, la chabacana vestimenta del sucesor del líder de la revolución socialista del siglo XXI, Hugo Chavez, levantando en lo alto los brazos triunfantes, mientras hace gala de su despotismo y superioridad en las urnas de las recientes elecciones legislativas fraudulentas celebradas en el país caribeño.

El sentido inquebrantable de esta lectura contrapuesta en imágenes, no demanda a estas alturas que hacer muchas conjeturas ni análisis. Machado es Machado, presentada como una heroína en los medios occidentales, un emblema, un símbolo de resistencia que no puede contra la dictadura del impermeabilizado Maduro. Eso es Corina. El punto de reflexión es que, pese a todo, haga lo que haga, está condenada a seguir proyectando esa imagen sin conseguir su objetivo de derrotar a Maduro.

Ella acabada de participar en el conversatorio Bolivia 360 realizado el pasado fin de semana en los Estados Unidos en la Universidad de Harvard, el nuevo centro de ataque del líder republicano y presidente norteamericano Donald Trump, que según varios expertos y amigos del socialismo del siglo XXI está desmontado el neoliberalismo, tal como lo conocemos, que no deja de ser cierto. Trump está desmontando organizaciones que durante décadas después de la Segunda Guerra Mundial, se formaron para sustentar el modelo.

Los bolivianos que asisten al foro Bolivia 360 saludan y hacen preguntas a Machado que participa por video conferencia; puede ella parecerse en algo (un poco) a Jaime Paz Zamora que tuvo que jugarse el pellejo después de un atentado en el que cayó el avión en el que viajaba, matando a todos sus ocupantes y dejándolo a él con graves quemaduras; tuvo casi inmediatamente que recorrer el mundo para denunciar el nivel de la canallada de los golpistas que en 1981 tomaron el poder apoyados por paramilitares a la cabeza de Klaus Barbie, detentor de una relación mafiosa con el líder del narcotráfico Pablo Escobar.

La diferencia abismal radica en que un año después de ese atentado contra el avión en el que se desplazaba la alta dirigencia política de la UDP, entre ellos Jaime Paz Zamora, alcanzó la vicepresidencia en un frente amplio de partidos de izquierda a la cabeza de Hernán Siles Zuazo, lo que no puede la oposición venezolana, llámese Machado, Gonzáles, Capriles a los que se suman otros nombres aleatorios que hace más de 10 años pelean por derrotar al dictador venezolano.

Que la presencia en el auditorio de Corina en el conversatorio hardvadiano no sea una señal premonitoria de que todo lo que en estos días sufrimos y enfrentamos los bolivianos, sea solo una pesadilla pasajera, no el viaje sin retorno por el que han optado los dirigentes de la oposición caribeña.

"Estudio y practico la tecnología para odiarla mejor"

Nan June Paik (artista e investigador)
Si quieres apoyar nuestro periodismo aporta aquí
Qr dat0s