La Iglesia devela que Salvatierra y Rivero se negaron a la sucesión

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Foto: APG

La “Memoria de los hechos del proceso de pacificación en Bolivia octubre 2019-enero 2020” saca a luz los pormenores de lo acontecido en ese periodo desde la perspectiva de la Iglesia católica.

Entre otras cosas, el informe revela que el 8 de noviembre de 2019 la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) se reunió con el entonces presidente Evo Morales, quien “les pidió insistentemente que se publique un llamado de paz”.

Refiere que el 11 de noviembre de 2019 el único orden del día que se permitió por parte de representantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) fue garantizar la salida Morales, con seguridad y sin peligro para su vida, a México.

La Iglesia detalla todos los pasos, los actores del MAS y otras representaciones políticas y la negativa de Susana Rivero y Adriana Salvatierra de asumir la presidencia bajo el argumento de que sus vidas corrían peligro

Indican que la ley de convocatoria a elecciones fue elaborada con la participación de los exministros Héctor Arce, Javier Zavaleta y Carlos Romero, entre otros.

Es así que en sus puntos finales señala: “La Iglesia católica rechaza toda acusación relativa a conspiración, propiciación, encubrimiento u otra forma de actuación que se relacione con un supuesto golpe de Estado. (…) Tiene la misión de decir la verdad, llamando siempre a la paz y a la construcción de un mejor país para todos, sin discriminación”.

Tras conocer el informe de la Iglesia católica, la exdiputada del MAS Susana Rivero descartó que en las negociaciones de noviembre haya rechazado los ofrecimientos de asumir la Presidencia. El informe remarca que ese vacío provocó un caos y una escalada de violencia en el país, por esa razón, se pidió a la Policía y a las Fuerzas Armadas (FFAA) contener la violencia en las calles y restituir el orden público.

En uno de los encuentros, el MAS señaló que no iba a aceptar la renuncia de Morales, tampoco que la senadora Jeanine Áñez asuma la Presidencia; sin embargo, propusieron que asuma el mando del país uno de sus legisladores o en todo caso el senador opositor Víctor Hugo Zamora.

Esas propuestas fueron cuestionadas por ser inconstitucionales. Además, se remarcó que las reuniones no eran para tomar decisiones, sino para plantear salidas a la situación conflictiva del país, provocado por el vacío de poder.

 

El MAS no cumplió con compromisos asumidos

Según la memoria que difundió la Iglesia católica sobre el diálogo con los actores políticos durante la crisis de octubre-noviembre de 2019, “la senadora Adriana Salvatierra pidió una reunión a puerta cerrada, misma que se realizó con ella, la diputada Susana Rivero (del MAS), Oscar Ortiz (de Demócratas) y Mons. Eugenio Scarpellini, como garante del diálogo, cuyo contenido no se dio a conocer”.

La memoria dice que, tras dicha reunión a puerta cerrada, se reinició la “reunión general” y las representantes del MAS aseguraron la participación de su bancada en la sesión de la Asamblea Plurinacional, esa tarde del 12 de noviembre, en la cual reconocerían a Jeanine Áñez como presidenta de la Cámara de Senadores y, en consecuencia, presidenta del Estado.

Sin embargo, “la bancada del MAS no cumplió el acuerdo y no se presentó en la Asamblea Legislativa”.

 

La Iglesia como facilitadora

En la memoria de 25 páginas detalla todo lo acontecido y la participación de los actores en este proceso desde la mirada de la Iglesia católica como facilitadora del diálogo.

Refiere que la CEB, la UE, la Embajada de España y las Naciones Unidas acompañaron el diálogo.