La pesada herencia de la clase política boliviana

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Gayetano Mosca, estudioso italiano, impuso en el pasado siglo veinte el concepto de “clase política”, utilizado en el mundo, en clara referencia a personas, de ambos sexos, dedicadas a la práctica política.

El término “clase política”, involucra a caudillos y profesionales de la política.

Los viejos caudillos y la burocracia partidaria constituyeron un candado al ingreso de jóvenes políticos, salvo el caso en que, el caudillo cercano a la muerte apadrine a su delfín o imponga a su heredero. Valgan los ejemplos de Gonzalo Sánchez de Lozada, delfín de Victor Paz Estenssoro y Jorge Tuto Quiroga, que reemplazó al general Hugo Bánzer Suárez, cuando este falleció.

La desaparición física de Víctor Paz Estenssoro y Hugo Bánzer Suárez, del Movimiento Nacionalista Revolucionario y Acción Demócrata Nacionalista, dejó un profundo vacío de liderazgo. El MNR no fue, nunca más el partido de vanguardia y ADN, casi pereció junto a su fundador. Durante la relativa estabilidad política que significó el mandato de Victor Paz Estenssoro y Hugo Bánzer Suárez surgieron las alianzas tácticas de cogobernar con el poder político, descuidando la capacitación de militantes jóvenes, como recurso humano capaz de reemplazar a los caudillos. Muertos ambos, muertas las sucesiones, muertas las alternativas.

Peor aún, cuando las ciudades de El Alto y de La Paz se sublevaron contra el gobierno de Sánchez de Lozada; los partidos tradicionales estaban agotados. Su militancia fraccionada, sin programas reales, ni argumentos sólidos para resolver en el acto, el reto social, político y económico que significó el levantamiento popular de Octubre.

En aquel episodio, el MNR, ADN, MIR, las fracciones indigenistas comandadas por Felipe Quispe y partidos pequeños, entre ellos el Partido Demócrata Cristiano, también habían perdido la batalla política.

Sin embargo y no es nada nuevo, sobrevivió la vieja ideología y la antigua manera de hacer política, tal cual constatamos en la opinión pública.

ELECCIONES 2014

Los políticos sobrevivientes de la hecatombe social, no habrían comprendido este fenómeno social de cambio en las estructuras económicas y políticas de nuestro país. Continúan estáticos, bajo la influencia de la vieja ideología.

Tal vez, por esta razón, no ofrezcan hoy un programa alternativo y capaz de ganar la batalla electoral el próximo 12 de octubre. (Clovis Díaz)