Todo lo que se dice no es (El creador de frases de ganadores)

Después de la derrota de mitad de mandato de Milei lo que se viene es una elección en Bolivia, los efectos del fenómeno argentino pueden estar lejos de configurar un panorama, pero no dejan de estar cerca cuando de vecindad hablamos. No hay que olvidar que Jaime Paz Zamora fue uno de los grandes amigos de Carlos Saúl Menem, político habilidoso de la estirpe argentina, con múltiples facetas y escándalos que no le privaron de una gran popularidad que lo llevaron a Comodoro Py (mención a los tribunales federales de justicia). Qué consecuencias se preguntará usted de saber un poco más de las elecciones de segunda vuelta que se disputarán el próximo mes.
Por partes, una de las más connotadas es la creación de frases de estándar avanzado para la gigantesca comprensión de Jurasic Park habitada por la especie política. En la era mileista fue “la casta” para describir una tribu en abundancia y crecimiento sostenido usada por Milei para evitar ser enterrado en esta especie que pelea un espacio en el Homo Sapiens, en sentido contrario inferior a sus “fuerzas del cielo”, conformada por unos cuadrúpedos que forman parte de la mesa chica del presidente libertario. Los animalitos se hicieron famosos, aunque el veterano Conan haya pasado a mejor vida, sigue rondando con el mismo espacio reservado para los espíritus de alta densidad energética. A la “casta” le siguió la “motosierra” para descuartizar (hasta le llevó una de regalo a Elon Musk que estuvo a punto de desangrar la cabeza de su exaliado el presidente Donald Trump) a esa “casta” del Jurasic Park argentino que psicoanalizada es una de las más raras del planeta.
De ahí fueron bajando las categorías a “estúpidos”, “mamuts”, “ensombrados” (en alusión a los periodistas que reciben cash para hablar mal, que en Bolivia se ocultan, pero refuerzan su buena vida como comediantes de circo y sonrisa Colgate incluida), los HDP que representaban aquel siniestro clan “zurdo” que corre desde la Patagonia argentina hasta México.
En Bolivia esas capacidades han quedado reducidas a la poca imaginación de los actores políticos que se desprenden de sus alturas para atacar al adversario metiéndose con la familia, cierta especie de agresividad no recomendable en un medio tan tradicional como el nuestro, que tiembla con la palabra Homo Sapiens para no hablar detalles del desprendimiento de esa rama.
Oscar Eid, por ejemplo, el hábil político boliviano que se daba modos de hacer lectura de las principales noticias del día y salir a la plaza Murillo para inconfundiblemente rebatirlas con frases del ruedo juraquiano, fue el categórico triunfador en las paradigmáticas frases que definen la identidad de la especie política, quien ideó el “triple empate” que de triple no tenía nada, pero que tuvo el genio de hacer presidente a Jaime Paz Zamora.
Hoy a 38 días de la segunda vuelta con toda la degradación junta que se viene con el capitán Edman Lara, su presidente en la fórmula ganadora del PDC en el primer turno electoral, ha calificado a su polémico vicepresidente como el “capitán general de la Asamblea” con lo que avala, sustenta, lidera una corriente que está encolerizada por todo lo que dice el excapitán. Así que ya se sabe de antemano que el excapitán Lara ahora será a todo pecho y sin ocultarlo un “capitán general”; desarma el escenario de “guerra sucia” que el asesor de las polarizaciones (Jaime Durán Barba) se la tiene preparada al binomio ganador.