Nueva sonda de la NASA a Marte
La sonda espacial Maven, de la NASA, diseñada para ponerse en órbita de Marte e investigar su alta atmósfera, ha sido lanzada con éxito desde la base de la Fuerza Aérea Estadounidense en Cabo Cañaveral (Florida) en un cohete Atlas V. El despegue se ha realizado a las 19.28 (hora peninsular). La Maven, (Mars Atmosphere and Volatile Evolultion), tras un viaje de 10 meses, llegará a Marte en septiembre del año que viene y se sumará a la flotilla de artefactos que están funcionando allí, pero esta es la primera sonda con la misión específica de estudiar la atmósfera y su evolución, afirma la agencia espacial estadounidense. Actualmente están operando en órbita de Marte la Mars Reconnaissance Orbiter, la Mars Odyssey, ambas de la NASA, y la Mars Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA). En el suelo, trabajan el robot Opportunity y el Curiosity. Con destino al planeta rojo India lanzó, el pasado 5 de noviembre, la Mars Orbiter Mission (MOM),que está aún en órbita terrestre mientras se ultiman las comprobaciones antes de emprender el viaje.
Está previsto que la nueva nave funcione al menos un año dando vueltas al planeta rojo y acercándose hasta 150 kilómetros de la superficie en su órbita elíptica, para tomar datos directos de la composición del gas. Además, descenderá en algunas fases de la misión hasta 125 kilómetros del suelo. A la máxima distancia orbital, unos 6.000 kilómetros sobre la superficie del planeta, podrá captar imágenes en ultravioleta de todo Marte. “La combinación de mediciones detalladas e imágenes globales es un enfoque poderoso para comprender las propiedades de la alta atmósfera”, señala la NASA. “La Maven tomará datos en todas las regiones del espacio cercano a Marte que permitirán a los científicos caracterizar el estado de la alta atmósfera y la ionosfera, determinar las tasas actuales de pérdida de gas al espacio y explorar la evolución pasada para determinar la pérdida de atmósfera que se ha producido en la historia del planeta”, continúa. El coste de la misión asciende a 500 millones de euros.
Aunque las observaciones de la Maven podrían ayudar a los científicos a comprender mejor la habitabilidad pasada y presente de Marte, la misión no realizará una búsqueda activa de signos de vida. De hecho la sonda no va equipada con un sensor de metano, un gas que podría ser un buen indicador de vida (alrededor del 90% del metano en la atmósfera terrestre está producido por los organismos vivos). Con el presupuesto del proyecto los científicos no podían permitirse incorporar un detector de metano, según han explicado ellos mismos, informa Space.com.
Varias universidades estadounidenses han desarrollado los instrumentos científicos de a bordo o han colaborado en ellos, como el detector de partículas energéticas, los analizadores de iones y de electrones del viento solar, el aparato encargado de determinar la composición del gas, y el magnetómetro. La Maven tiene una masa de 903 kilos (2.550 con combustible en el lanzamiento) y mide 11,4 metros con los paneles solares desplegados. Del proyecto se encarga el Centro de Vuelos Espaciales Goddard, de la NASA, y el investigador principal de la misión es Bruce Jakosky, de la Universidad de Colorado.