Maradona en Cuba de la fábula en la que pocos son rey

Por Redacción dat0s con apoyo de Claudio Fantini analista internacional
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Maradona, Fidel Castro y Mavys Álvarez

La revelación de Mavys Álvarez de que mantuvo relaciones con Maradona durante el supuesto tratamiento para curar su adicción a las drogas, un episodio post mortem que deja mal parado a líder de la Revolución Socialista.

Maradona en Cuba

Hace tiempo atrás surgió una rubia descremada de la élite cubana que por algún motivo se puso al frente de un programa de la televisión en Miami para denunciar las excentricidades que pasó durante un tiempo en Cuba con Diego Armando Maradona, cuando el crack argentino se encontraba supuestamente sometido a un tratamiento antidoping contra la dependencia del consumo de cocaína.

La Isla de Cuba fue el centro de atención durante algún tiempo porque allí, invitado especial de Fidel, Maradona iría supuestamente a ponerse en las expertas manos de especialistas quienes lo salvarían de su dependencia a las drogas.

Al aceptar el desembarco de Diego Armando en Cuba la prominencia de su emblemática figura ocupó un lugar en la paternidad de Fidel Castro que no se cansó en proclamar a sus defensores como los verdaderos iluminados terrenales.

La metáfora explica el impacto del escándalo post mortem de “el 10” en la imagen de un prócer revolucionario: Fidel Castro”, escribe el periodista argentino Claudio Fantini. “La revelación de la mujer a la que entonces con sólo 16 años, su madre, tía y abuela acostaron en la cama de un argentino famoso y millonario, no sólo expuso el envilecimiento en el que había caído Maradona a esa altura de sus adicciones”, dice el periodista especialista en análisis internacional.

¿Qué dicen Claudio Fantini y Castro?

“Por cortejar al futbolista debido al valor estratégico que tenía para su régimen tenerlo en la isla, Fidel Castro le concedía tener sexo con menores de edad y consumir drogas”, apunta Fantini. Es imposible que los médicos que trataban a Maradona no se percatasen de que estaba consumiendo cocaína, y también es imposible que no lo reportaran a la cúpula del régimen.

“Si Maradona recibía y consumía drogas en Cuba, Fidel lo sabía. Y también sabía que, dando regalos carísimos y una vida inaccesible para el común de los cubanos, obtenía el permiso familiar para disponer de una adolescente”.

Habría que analizar el valor estratégico que para Castro tenía mantener a Maradona en Cuba. El crack de fútbol era una compensación importante para la propaganda castrista, lo extraño aquí es admitir que un tratamiento contra la adicción de consumo de drogas no podría desbordar en algún escándalo mayúsculo.

El hecho es que Castro aseguró que jamás permitiría el ingreso de drogas y ahora Mavys Álvarez (la adolescente cubana que convivió en la Isla con Maradona) confirma que “se drogaba en Cuba. Estando protegido por el G2 (el servicio de Inteligencia cubana) al astro le facilitaban cocaína a pesar del blindaje con que el régimen controla todo lo que entra y sale de la Isla. Algo así no podía ocurrir sin la venia del comandante. Por eso, la cocaína y la adolescente que Maradona consumía, impactan en la imagen del líder cubano”.

Falta ver cómo lo digiere la feligresía de latinoamérica que lo venera como un apóstol de la moral revolucionaria.