Dos Nobel reclaman a ONU mecanismos para reestructurar deudas soberanas

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Stiglitz y Solow reclaman que se regulen los procesos de reestructuración.

En una carta firmada junto a otros intelectuales, solicitaron una herramienta legal para evitar “la aparición de comportamientos especulativos y desestabilizadores en los mercados internacionales”. La influencia del caso argentino.

Los premios Nobel de Economía, Joseph Stiglitz y Robert Solow, enviaron ayer una carta al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que se regulen a nivel mundial los procesos de reestructuración de deuda soberana. La iniciativa contó con el apoyo de otros intelectuales de las ciencias económicas y sociales. La presentación destacó que los países desarrollaron mecanismos para resolver en forma ordenada casos de deudas entre privados, pero que no existe una herramienta legal comparable para solucionar tensiones con el pasivo de las naciones. Agregó que la disputa judicial de la Argentina contra los fondos buitre es un caso concreto de la necesidad de implementar un nuevo marco normativo.

“Los eventos recientes (por la sentencia del juez Griesa) han puesto a la luz los riesgos de no contar con un mecanismo de reestructuración de la deuda soberana”, indicaron los intelectuales. Mencionaron que “estos acontecimientos motivaron la aparición de comportamientos especulativos y desestabilizadores en los mercados internacionales de deuda”. A su vez, subrayaron que “la relevancia de esta laguna (legal), con sus serias repercusiones, ha sido reconocida en múltiples ocasiones por el Fondo Monetario Internacional y por la Comisión de Expertos en Reformas del Sistema Monetario y Financiero Internacional, convocada por el presidente de la ONU”. Frente a este panorama, los especialistas pidieron la construcción de una convención para resolver problemas de deuda de las naciones. “Existe la necesidad urgente de mejorar la coherencia, la gobernanza y la consistencia de los sistemas monetarios y financieros internacionales a través de fortalecer la arquitectura financiera internacional”, aseguraron en el documento.

Stiglitz fue una de las personalidades del mundo de la economía que se mostró más activo para señalar las distorsiones que generó la sentencia del juez Griesa contra la Argentina. En un nota de opinión de esta semana en el diario El País de España, criticó las ganancias “ridículas” que pretenden conseguir los fondos buitre en el juicio contra el país, la especulación de los bonistas no reestructurados con los seguros contra default y las distorsiones de la Justicia norteamericana y del sistema financiero internacional. Aseguró que el magistrado de la Corte de Nueva York es el responsable de las tensiones financieras que atraviesa la Argentina, al tiempo que se manifestó en contra de que Estados Unidos sea la sede para emitir títulos de deuda soberana.

“El desembolso en los términos de Griesa devastaría la economía de la Argentina”, dijo. También explicó que los fondos especulativos NML Capital y otros buitres representan sólo el uno por ciento de los bonistas, pero recibirían un total de 1500 millones de dólares. El resto de los holdouts representan el 6,6 por ciento de acreedores y percibirían cerca de 15.000 millones de dólares. Pero a esto se sumaría que los bonistas que aceptaron reestructurar su deuda estarían en condiciones de reclamar el mismo trato que los buitres, por lo que la deuda ascendería a más de 140.000 millones. “Cada argentino, por tanto, tendría una deuda de más de 3500 dólares, equivalente a la tercera parte del ingreso per cápita del país. Todo para llenar los bolsillos de algunos multimillonarios decididos a exprimir al país y dejarlo sin un centavo”, agregó.

Además de Stiglitz y Solow, la presentación de los intelectuales ante la ONU llevó la firma del vicepresidente de Brookings Institution, Termal Dervis; del profesor de Economía de la Jawaharial Nehru Universisty, New Delhi y secretario ejecutivo de Ideas, Jayati Ghosh, y de los docentes de la Escuela de Ciencias Sociales en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Dani Rodrik y Albert O. Hirshman. También del profesor de Ciencias Políticas y Económicas de la Yale University, John Roemer, y del ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, Héctor Timerman.